Frente mío (del departamento donde vivo al frente), cruzando la calle, trabaja Gregoria; es parte del servicio doméstico de una residencia de mucho tener. Ella me cuenta cómo es que se prepara para vivir el Censo este próximo 21 de noviembre. Es aymara y alteña, la única propiedad que ha logrado acumular en sus 40 años de vida, luego de migrar a la ciudad de La Paz cuando apenas tenía 14 es un terreno en villa no se qué, en la ciudad de El Alto, donde ha invertido sus ahorros; hasta ahora ha logrado cercarlo, y espera una oportunidad para que ayudada por su familia pueda construir un par de cuartos e iniciar el sueño de la “vivienda propia”. Mientras tanto alquila una habitación con derecho a baño y cocina, en el otro extremo de la ciudad de El Alto, donde pasa los fines de semana, con su hija.
Pues bien. El 21 de noviembre va a pasarlo en la sede social de la juta de vecinos del barrio donde tiene el lote, que en realidad es una asociación de propietarios de terrenos, porque hay muy poco construido. Va a dormir en la tal sede y esperará allí a que lleguen los censores porque se ha tomado la decisión de empadronarse en ese sitio, para que crezcan los datos de la población que “vive en el lugar”, ya que a más habitantes, mayor participación en el reparto del dinero que el estado asigna al territorio, según cantidad de habitantes.
Si Gregoria no va, la sanción es que todos los meses tendrá que cancelar a la junta de vecinos o asociación de propietarios, la cantidad correspondiente a la perdida de dinero por haber faltado una persona (no sé como ni quien harán el cáculo). De no hacerlo, no tendrá acceso a los servicios que deben instalarse algún dia para el barrio, electricidad, agua potable, alcantarilla, teléfono, internet y otros.
O sea que el mundo rural o semi-rural está preparando un desplazamiento obligatorio y provisional durante ese día, a los barrios de las periferias, a los pueblos del altiplano, a los lugares de origen, para mentirle al censo y lograr asegurar unos centavos.
Asi funciona Julio... por cada habitante censado en El Alto, significa 600 bs/año para proyectos municipales gestionados por la Junta de Vecinos.
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