ALTERNATIVAS

14 de junio de 2018

¡MORALES AYMA ESTÁ EN MOSCÚ!

La diplomacia se ha especializado hace siglos en la recepción de visitantes ilustres que viajan de un país a otro; y cómo no, de la llegada de Jefes de Estado que visitan otro país. Esas llegadas se clasifican en Visitas de Estado, Visitas Oficiales o Visitas Privadas.

Las Visitas de Estado requieren de al menos dos años de preparación, como ha informado la Cancillería boliviana, y se acompañan de un pesado protocolo que conlleva alfombra roja en el aeropuerto de llegada, recepción por el Jefe de Estado del lugar o su Canciller, el embanderamiento de la ciudad visitada, la organización de una cena o comida de recepción y otra de despedida que ofrece al irse el Jefe de Estado visitante, declaración de Huésped Ilustre por el ayuntamiento o alcaldía de la ciudad, intercambio de condecoraciones, firma de convenios bilaterales, encuentros biministeriales o en grupo sobre temas ya acordados, y otras de menos boato. 

Las Visitas Oficiales no requieren tanto protocolo, se preparan con solo meses de anticipación, mantienen un protocolo menor aunque parecido al primero, y culminan normalmente con la firma de acuerdos puntuales sobre asuntos de mutuo interés. Y las Visitas Privadas son como su nombre dice, privadas, cuando el Jefe de Estado visitante arriba a un país por razones personales; en esos casos el Estado receptor provee la seguridad necesaria y todo puede terminar con una visita protocolar al dueño de casa, un estrechón de manos y algunas fotos para el recuerdo.

Por lo visto hasta ahora, sabemos ya qué tipo de visita programó el Kremlin para el Jefe de Estado Boliviano, ni más ni menos que la de otras personalidades que llegan a Moscú acompañando a sus selecciones de fútbol al Mundial, lo que en este caso el encuentro con Putín duró tan poco que podría calificarse como una visita de cortesía.

Será interesante ver cómo ha clasificado oficialmente el Kremlin la visita de Morales Ayma en medio del despliegue de actividades del Sr. Putin por la inauguración del Mundial de Fútbol. Se puede asegurar es que no se trata de una Visita de Estado y que los mil millones era un cuento para justificar el viaje, y que son convenios ya acordados y firmados que Morales exhibirá a su retorno como trofeos, pero que no estuvieron en la agenda Putin en ningún momento.

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