ALTERNATIVAS

8 de marzo de 2024

PRIMARIAS EN LOS PARTIDOS

En un momento crucial para nuestra democracia, es de vital importancia reafirmar el compromiso ciudadano con la transparencia y la legitimidad en la selección de los candidatos que cada partido político legalmente inscrito en el Tribunal Electoral de Bolivia pueda presentar. Hay que reconocer que la elección democrática de los candidatos fortalece la participación ciudadana y promueve la representación de los intereses de la población.


Quiero abogar y adherirme a la celebración de elecciones primarias internas dentro de los partidos políticos, ya sea en formato abierto o cerrado, como el mejor método para seleccionar a los candidatos, aunque debiera permitirse otras maneras o métodos, vinculados a la concepción de lo que es la Democracia en cada una de esas organizaciones. Creo que estos procesos brindan una oportunidad para que los miembros de los partidos y la ciudadanía en general participen activamente en la elección de aquellos que nos representarán en los comicios nacionales del año 2025.

Sin embargo, es imperativo señalar que, en el caso de elecciones internas abiertas, existe la posibilidad de que el gobierno nacional pueda interferir con malas intenciones, maniobrero y ladino, como ha demostrado ser. Esta interferencia podría manifestarse en forma de sabotaje a los candidatos más idóneos, con el propósito de promover a aquellos menos atractivos o que respondan a intereses ajenos a los del pueblo y la ciudadanía boliviana.

Por tanto, hay que instar a la Asamblea Legislativa, que está tratando una propuesta de ley en ese sentido, a garantizar que las elecciones internas, si son abiertas, se lleven a cabo de manera justa y transparente, protegiendo la integridad del proceso electoral y asegurando que la voluntad de los votantes sea respetada. Es fundamental garantizar la neutralidad y la imparcialidad de otras instituciones políticas (el Gobierno es siempre una de ellas) durante todo el proceso, evitando cualquier forma de manipulación o interferencia indebida.

Llamemos a la ciudadanía a permanecer vigilante y activa, defendiendo los principios democráticos y denunciando cualquier irregularidad que pueda poner en riesgo la legitimidad de los procesos electorales que se avecinan. Solo mediante el compromiso colectivo con la transparencia y la justicia podremos consolidar una democracia sólida y representativa en nuestro país.

20 de enero de 2024

¿QUÉ HACER AHORA?

¿Qué debemos hacer los próximos seis meses, hasta agosto de este 2024?:


1. Azuzar la división y la pelea entre Evo y Tilín aportando razones y sinrazones para asegurar una pugna irreconciliable, y que el MAS/IPSP se divida, y presente dos o más candidatos el 2025.

2. Jubilar a la gerontocracia que ha conducido de manera estéril la oposición los últimos veinte años, siempre hacia la desunión y la derrota. Tutos, mesas, bombones y demás caterva deben irse a sus casas... Eso limpiará el camino.

3. Con nuevos liderazgos, ideas y propuestas, hay que pelear por la UNIDAD POSIBLE, amplia, democrática y progresista.

Un arco político que vaya desde la derecha liberal a la izquierda democrática, donde quepamos todos y todas, respetando nuestras diferencias, étnicas, regionales, culturales, ideológicas, religiosas, de géneros, etc.

El objetivo principal es ser MAYORÍA electoral este 2025, porque lo que viene, no es sino otro momento de transición a la boliviana, entre el modelo etnonacionalista y autoritario y un nuevo tiempo, aspirando a una democracia plena, al imperio de las leyes y un desarrollo equitativo y sustentable.

Se puede hacer. Existen caminos por los que podemos transitar UNIDOS, para dotar:

a) Al MERCADO de libertad de emprendimiento, igualdad de oportunidades, acceso a las rutas globales de capitales, seguridad jurídica, solidaridad, cooperación entre sujetos privados y el Estado.

El mercado y sus libertades son el epicentro para la generación de la riqueza social e individual; sin mercado solo hay pobreza para distribuir.

b) Al ESTADO de un rol regulador efectivo, con límites claros; comprometido con el desarrollo, para evitar desigualdades que impiden hasta hoy el crecimiento integral de nuestra sociedad.

Esto requiere de eficiencia en las instituciones, que mantienen maniatado, como con una camisa de fuerza, el trabajo, la producción y el comercio individual y colectivo.

c) A las regiones, de una real AUTONOMÍA departamental y municipal, que les garantice el AUTOGOBIERNO, mediante la transferencia y el buen uso de los recursos para el ejercicio efectivo de sus competencias, establecidas en la ley, que hasta ahora se ha evadido desde el centralismo abusivo, ineficaz e inoperante.

d) A la JUSTICIA absoluta independencia, desligandola de la influencia de los jerarcas del poder, a través del ejercicio de la inviolable separación de poderes entre los órganos del Estado, garantizada por la ley, y por el nombramiento consensuado de jueces probos, bien remunerados, de reconocidos méritos y de honorabilidad intachable.

e) A nuestro SISTEMA POLÍTICO, devolverle calidad, representatividad, deliberación, reconocimiento del otro diferente, y genuina participación.

f) A nuestra COLECTIVIDAD la capacidad de convivir digna y solidariamente, fruto de una urgente reforma intelectual en el seno de nuestros usos y costumbres, poco democráticos y muchas veces depredadores de la naturaleza y del medio ambiente.

g) Y todo ello, mientras el conjunto de nuestra SOCIEDAD se incorpora a los procesos mundiales del desarrollo, el conocimiento global y la modernidad, en el buen sentido de esa palabra.

Otros temas son ineludibles: la corrupción, la mediocridad y la ignorancia, deben ser abordadas con franqueza y valentía, dejando de lado hipocresías que nos impiden mirarnos a nosotros mismos y cambiar en consecuencia.

Para salir adelante, para igualar a los pueblos que nos aventajan, asimilemos sus ejemplos: EDUCACIÓN, EDUCACIÓN, EDUCACIÓN Y MÁS EDUCACIÓN.

El resto es rescatar, mantener y continuar todo lo bueno y positivo que se ha hecho hasta ahora, que no es poco. En 1952 se creó el Estado/nación como lo conocemos hasta hoy, 1982 consolidó la democracia boliviana que es irreversible, 2006 abrió las puertas a la inclusión indígena, de las mujeres, de las y los diferentes. Todo eso está incompleto, pero no se lo puede dejar de lado sin volver a cero; esto es el nuestro, lo que nosotros, las y los bolivianos hemos cimentado para sostener nuestra casa.

Dicho esto, y si estuviéramos básicamente de acuerdo, la pregunta del millón para cada quien, es:

¿Qué estoy haciendo yo, para que esto acontezca?

Sin importar la militancia que uno tenga, sea en un partido, en un sindicato, un comité cívico, un culto religioso o una iglesia, o cualquier otro organismo social o ciudadano, cada quien debe hacerse cargo de su responsabilidad. Este es un llamado a recuperar la grandeza espiritual que ha sido la característica de ilustres bolivianos y bolivianas a lo largo del tiempo.

Y esa grandeza personal clama por evitar competir ahora por uno u otro posible candidato de los emergentes; en este momento no podemos pelear entre nosotros apoyando los unos a este, los otros al de más allá; que cada uno de esos o esas valientes (porque hay que ser valientes para encabezar esta trifulca política) haga lo que tenga que hacer para que se conozca su propuesta y su figura. El decidir por quién tiene que ser el problema principal dentro de un año, pensando siempre en la UNIDAD POSIBLE.

Lo único que tenemos que hacer ahora es hacer lo que tenemos que hacer ahora (valga la importante redundancia); porque todos y todas, desde nuestro lugar y condición, desde nuestro tamaño e influencia, podemos aportar con nuestro granito de arena.



10 de enero de 2024

CHICHA y LIMONADA, la Transición y el Futuro



He leído con atención la columna de Ronald MacLean-Abaroa “Ni Chicha ni Limonada, la Razón del Fracaso de la Oposición Boliviana” publicada en Brújula Digital, y la claridad de su argumentación me ha llevado a escribir este comentario, en calidad de respuesta:

Yo le creería a nuestro amigo Ronald, y hasta podría apoyar un proyecto hegemónicamente liberal como él propone, en tanto este respete los derechos humanos y laborales conquistados hasta ahora, si nuestro país no tuviera cuentas pendientes con el pasado y hubiéramos superado el tiempo nacional/democrático/popular y construido un tejido social ciudadano.

Pero no, estamos atrapados en ese tiempo que parece inamovible; los procesos de urbanización y modernización no han calado lo suficiente como para permitirnos pensar que la mayoría de la población, urbana y de clases medias, haya asumido su rol de ciudadanos, conscientes y practicantes de sus derechos, sus deberes y de su papel en el diseño y construcción del futuro. El sueño de una élite liberal y moderna, es un espejismo ideológico de tres gatos en Santa Cruz y algunos en La Paz (en el resto del país, ni siquiera hay de esos gatos aún).

La sociedad boliviana parece lista para dar el salto, pero no sabe hacia dónde. Los valores que guían los derroteros de la modernidad y que son sin duda democráticos y liberales, están sesgados en Bolivia por una narrativa identitaria que ha racializado nuestras diferencias e intereses ante el poder político y estatal. Esto es todavía recurrentemente taras contra karas, cambas contra collas, el campo contra las ciudades, el imperialismo contra la nación, colonizadores que nadie sabe dónde están contra colonizados que ni entre ellos mismos se entienden.

La narrativa que ha hecho carne y que está en la médula de la cultura política boliviana es populista y autoritaria, a más de prebendal y patrimonialista; desgraciadamente, a la hora de los quéhubos aparece como determinante en la formación de la representación política y como guía de las tendencias predominantes del voto. Está con nosotros desde hace décadas, desde que los hitos transformadores han hecho y construido historia; es la interpretación popular de lo nuestro.

La concepción de lo que es y el rol  que juega el Estado (1952), las formas democráticas de articulación del poder social y político (1982) y la igualdad, inclusión e integración social (2006), han reiterado insistentemente, para ser sí mismas, los tópicos que nos otorgan una forma de pensar y vivir el mundo, de interpretar y entender nuestra historia, con la cual casi nadie está contento, pero que no ha sido desplazada por otra hasta hoy.

En esas condiciones es que debemos enfrentar y superar la decadencia del masismo, construyendo y consolidando una mayoría electoral alternativa. Y es por eso que reniego de quienes llaman a no expresar, como corresponde en estos casos, una propuesta de futuro desde una narrativa integradora y quieren hacernos creer que podemos hacer mayoría electoral desde la pureza de un discurso de la derecha liberal; aunque por esa derecha liberal no esté dispuesta ni a considerar, y menos a votar, una parte importantísima de la población, que cree en otro cuento y que ha vivido (en el sentido de la cultura asentada en la experiencia) desde otro "modelo" avances sustanciales en su desarrollo personal.

Un amigo vino desde Estados Unidos para un tratamiento odontológico en un consultorio de Santa Cruz en el que la dentista es hija de la que fuera la empleada (sirvienta se decía hasta hace no mucho) de su familia en La Paz. Conozco a una ingeniera que es hija de otra empleada de danzante y orgullosa pollera, que trabaja como ejecutiva en un banco del sistema financiero nacional. A ver si a ellas y a sus madres las podemos convencer de que el movimientismo, el mirismo y/o sustancialmente el masismo son y fueron la base de un discurso populista que nos está enterrando y convirtiendo en otra Cuba.

Nuestros amigos liberales (tan excitados desde la victoria de Milei en Argentina) tienen que entender que el tiempo que viene es de transición, que se necesitan los votos y el consentimiento de al menos un tercio de quienes han votado por el MAS para vencer al MAS, ahora que están en franca división y deterioro; se necesitan los votos de aquellos que se beneficiaron de lo que vino después de la victoria de Evo Morales el año 2006, y que han crecido bajo el convencimiento de que su bienestar y desarrollo es fruto de ese tiempo; esa opinión no va a cambiar, de la noche a la mañana, aunque quienes pugnamos por la institucionalidad democrática, la independencia de poderes, el gobierno de las leyes y las instituciones y en la igualdad ciudadana, prediquemos que quienes dirigieron el Proceso de Cambio han desperdiciado la siembra de decisiones tomadas por gobiernos anteriores.

En los procesos políticos sin ciudadanía, por muy democráticos que se pretendan, la UNIDAD no se acuerda entre líderes u organizaciones políticas, sino que se produce alrededor de movimientos corporativos y sindicales, sin los cuales es imposible consolidar un Bloque de Poder Alternativo; esto se ha dado cuando las grandes transformaciones en Bolivia, los años 1952, 1982 y 2006. No veo por qué tendría que ser diferente el día de hoy.

Cuando llegan las crisis económicas y los ingresos disminuyen, quienes gobiernan el Estado clientelar, pierden la capacidad de continuar satisfaciendo la demanda de los grupos y dirigentes que los apoyan y se produce un natural alejamiento de las y los descontentos que se desprenden del núcleo de poder, esos son los descontentos que bajan. Desde la sociedad, aparecen nuevos líderes que representan nuevas demandas y la consecuente protesta, que ya no pueden ser cooptados ni acallados por el poder, y esos son los descontentos que suben.

El Bloque de Poder Alternativo se articula entre los descontentos que bajan con los descontentos que suben, que logra expresarse con partidos y líderes políticos que lo representan en el campo político/electoral. Si no se entiende ese proceso y se continúa buscando un purismo programático e ideológico, como es el caso de quienes se pretenden liberales extremos, como Saravia o McLean, por poner dos ejemplos (hay otros, como Jaime Dunn, menos fundamentalista), la política va a retrasar la inevitable caída del masismo decadente y va a permitir que el pataleo interno en ese partido se prolongue por años, perjudicando al país en su conjunto.

Por eso, para enfrentar al etnonacionalismo masista de Evo Morales o el populismo autoritario del presidente Luis Arce, la UNIDAD POSIBLE debe convocarse bajo un arco desde el liberalismo hasta la izquierda democrática, incluyendo varios “ismos”: indianismos, indigenismos, regionalismos, feminismos, ecologismos, animalismos. Todo ello con la condición de mirar hacia adelante, es decir, sin una vocación restauradora de privilegios pasados y actuales (por inservibles y espurios, respectivamente), sino con una propuesta en la que quepamos todos y todas, progresista, libertaria, igualitaria, abierta y conectada con el mundo.


NOTA: Para un desarrollo más profundo y detallado que argumenta este breve comentario, visitar: ¿QUIÉN DIJO QUE TODO ESTÁ PERDIDO?

3 de febrero de 2023

MAGISTRADOS (otra vez)

Uno de mis bisabuelos se llamaba Francisco Urbano Lairana; nació en la ciudad de Jesús y Montes Claros de los Caballeros de Vallegrande y, hasta donde yo sé, es el único abogado que consta entre mis antecesores; sería de los pocos jurisconsultos que tuvo Santa Cruz a principios del siglo XX y su retrato bien trajeado y de bigotes adorna un salón de la Corte de Justicia cruceña entre los de los magistrados destacados que presidieron ese Tribunal. Dejó su impronta personal, ya que pasando por mi abuelo que creía fervientemente que lo único por lo que valía dar la vida era la Libertad, hasta llegar a mí, la Justicia ha sido un valor central en la tradición familiar.

No me imagino a ese Francisco Lairana compilando papeles, empezando por su título universitario, ni haciendo compulsar las sendas fotocopias para que quede claro que no las ha falsificado en la Gabriel René Moreno u en otras oficinas de por ahí, lo mismo que con sus otros certificados, el de nacimiento, el del servicio militar, su fotocopia legalizada (como no) del carnet de identidad, y llevándolos foliados –del último al primero– en folder amarillo con fástener y en sobre cerrado; ni haciendo fila por horas, para que cuando le toque, entregarlo a un secretario de marras, de los tantos que habrá en la Asamblea Legislativa y que están ahí aupados sin saber ni leer ni escribir, a puro masismo, quien le pedirá sus personales y le dirá que vuelva mañana muy temprano a recoger una constancia de su patriotismo y amor al Estado plurinosequé, que de la república, la nación o el país, ya no queda casi nada.

Una vez que esos papeles hayan sido revisados por algún especialista, mejor si un verdadero Rector de universidad o su encomendado, constatando que no falte ninguno y estén ordenados según los requisitos (lo que bien podría haber hecho un ujier), no me imagino a este mi bisabuelo en una entrevista con un par de diputados o diputadas que tienen ya preestablecida una lista de hermanos y hermanas para elegir, para que le certifiquen si sabe o no sabe lo que sabe, ya que estaba entre los más doctos de la República de su tiempo y que ejercía sus responsabilidades como un profesional respetable. A abogados así, en cualquier parte del mundo, se los invita y se les agradece si aceptan, no se les hace hacer fila para postularse.

Y ni les cuento el examen. Mi bisabuelo delante de una caterva plurinosequé de asambleistas, que de derecho y jurisprudencia no saben nada de nada, que no entienden ni un ápice de lo que le toque responder. Es que solo eso es una afrenta a la dignidad humana, a la que solo pueden someterse quienes no valoran su saber, su profesión, ni sus méritos.

No me lo imagino tampoco después, cruzando sus dedos, pendiente de la votación en una comisión o en el pleno legislativo, en la que seguramente lograría participar como parte de una lista por orden alfabético, donde no constan ni las calificaciones obtenidas por sus méritos, ni en el examen, ni de las entrevistas, después de haber llamado en secreto a alguna o algún diputado o senador (que es lo que hacen los postulantes que quieren ser electos), a ver si logra que resalten su nombre y aseguren por él, que va a ser fiel con su puño en alto y su diestra sobre el pecho, y lograr así los votos suficientes para ser seleccionado, gracias a quien logre asegurar una mayoría parlamentaria para este singular reparto, porque otra posibilidad no hay, entre los que van a salir a solicitar el apoyo popular que los legitime en elecciones.

No creería que es mi bisabuelo, si lo viera prometiendo y comprometiendo cosas, en nombre de la Justicia, ante las asociaciones de vecinos, o a los sindicatos campesinos, para que difundan su nombre y digan que hay que votar por él y no por otro que estará haciendo lo mismo. Menos lo puedo imaginar filtrando su fotografía en las redes del Internet y pagando a Feisbuc (Facebook, en inglés) para que la haga circular entre los bolivianos mayores de 18 que tendríamos que ir a votar si las elecciones se efectúan a tiempo, lo que ya está en duda, a ver si saca como un cinco por ciento del total, con lo cual gana estas elecciones truchas, lo que lo podría coronar Magistrado al fin.

Y menos aún me lo imagino, si después de toda esa indignidad, se viera impelido a dictar una sentencia cualquiera, a favor de alguien con un poquito de poder (poder azul, que es lo que se lleva hoy por hoy) que lo presione porque le debe el cargo, decidiendo en desacuerdo a su saber y su conciencia. Él sabría de antemano y desde un principio (desde cuando presentó los papeles para disputar tan grotesca indignidad), que si no obedece, va a ser acusado, juzgado y condenado en un raudo zipizape en el Senado plurinosequé, donde no valen argumentos sustentados, sino otra vez la mayoría, esta vez contrariada y vociferante, que lo condenaría culpable, a menos que antes él se apresurara a renunciar, confesando su desfasado atrevimiento de solo haber cumplido su deber.

Saben que; con todo el respeto que se merecen los organizadores de semejante fantochada, tengan la gentileza de irse a la mismísima mierda. Lo digo en nombre de mi bisabuelo que debe estar contento que lo escriba de esta manera y de que haga algo para cambiar esta forma comprobada de poner la justicia al servicio del poder. Pongan nomás sus jueces masistas truchos, alguno que haya experimentado siendo asesor en el sindicato de heladeros de Portachuelo o algo así. Un profesional de valía, experiencia y recto como una plomada, que los hay, y que son los que nuestra desportillada justicia necesita, no se va a presentar en este circo; y las universidades nacionales, las carreras de derecho de verdad, no debieran aceptar validar semejante payasada plurinacional (que ahora sí me vine a recordar del tal apelativo).

7 de enero de 2023

Apuntes sobre LA COYUNTURA (06.01.23)

Cuando Luis Arce Catacora habla de la democracia desde el poder que ostenta; cuando Rómulo Calvo o Luis Fernando Camacho hablan de democracia desde el púlpito cruceño; cuando David Choquehuanca habla de democracia desde el Templete de Kalasasaya, cada uno se refiere a una cosa diferente; y yo no les creo a ninguno de ellos, porque ninguno de ellos es un demócrata.

Hablar de democracia es otra cosa: https://bit.ly/IndiceNM

La lucha democrática se expresa en la coyuntura desde Santa Cruz de la Sierra, a pesar de sus líderes. Esa es la trinchera actual y de ella saldrá el proyecto estatal para concluir el ciclo nacional/democrático/popular iniciado hace 70 años en busca de una Bolivia moderna.

El gobierno masista, etnonacionalista, antidemocrático y autoritario, no le va a "doblar la mano" a Santa Cruz, porque hay una vocación democrática irrenunciable en las clases medias, urbanas, mestizas y modernas, que somos la mayoría y tenemos un destino común a construir, y esa vocación trasciende hasta las clases populares en las ciudades. Y Santa Cruz es la expresión de ese destino; pero será una pelea larga.

La dirigencia cruceña tiene que lograr componer o recomponer un bloque social nacional y popular que sustente un proyecto que convoque y represente al país en su conjunto; para ello el concepto de "Modelo Cruceño" tiene que cambiar, y la élite política tiene que expresar ese cambio. No se puede avanzar retrocediendo; Santa Cruz debe producir una propuesta acorde a los tiempos; es decir, nacional, democrática, moderna, progresista, liberal, popular, laica, con rasgos feministas y compromiso ecológico, que nos vincule al mundo y nos otorgue un rol entre las naciones.

Si no es así, pregunto ¿cuál sería la razón para encaminarnos, de pronto, todos y todas, detrás? La pura propuesta de "vamos contra el MAS", sirve para derrumbar gobiernos, pero no para abrir futuro.

Julio Aliaga Lairana

LEER: https://bit.ly/CicloBolivia