ALTERNATIVAS

8 de junio de 2020

LA MEMORIA DEL CORTO PLAZO

Nuevamente hemos reingresado a la discusión de si fraude o no fraude, aunque sea este un debate sin pies ni cabeza, porque la Asamblea Legislativa determinó hace meses la anulación de las elecciones pasadas, entre otras cosas, aceptando la idea de que fueron fraudulentas. Y discutir eso desde fuera del país es un atentado contra nuestra soberanía encarnada en una decisión legislativa que otras terceras potencias no pueden poner en duda. Discutir esto desde dentro, pasa por replantear esa decisión en el seno del Órgano Legislativo, y hasta donde llego a mirar, eso no va a suceder.

O sea que si hubo fraude o no hubo es una artimaña estrictamente electoral, que le permite instalar al MAS esa consigna con la que viene machacando desde hace meses, sobre que en Bolivia hubo un “Golpe de Estado”, porque les da rédito, o ellos piensan que les da rédito. No conozco ninguna encuesta que haya medido realmente el efecto de semejante galimatías.


Todo discusión sobre este tema, o sobre cualquier otro que se agende los próximos meses de campaña, para ser creíble debe partir del detalle insoslayable, de que todo este lío comenzó un 21 de febrero de 2016, cuando la ciudadanía boliviana le dijo a Juan Evo Morales Ayma que no podía volver a intentar una cuarta candidatura, y que en las Elecciones Generales previstas para el año 2019 el MAS debía contar con otros candidatos, porque así lo establece la Constitución Política del estado Plurinacional de Bolivia y cuanta ley que al respecto se pueda encontrar. Todo el bochinche se inició cuando Morales Ayma y su partido decidieron “hacerse pis” en ese Referéndum y saltar por sobre sus resultados.

Todo lo demás deviene en “cuento viejo”. Que si la gente mostró su enojo y se iniciaron movilizaciones para recuperar la Democracia, que si Morales Ayma montó un fraude del tamaño de una parroquia de pueblo o más grande que una catedral, que si la gente paralizamos el país durante semanas para que el susodicho se vaya como que se fue, que si le siguieron el vice, senadores, diputados y cuantos demás fueron necesarios para crear un vacío de poder y restaurarlo en el sillón presidencial, que si olvidaron el sitio correcto y el momento adecuado de una senadora que a la sazón era Vicepresidenta del Senado a la que le tocó presidir la Cámara y luego el país, porque así lo dicen nuestras leyes y reglamentos, lo que fue refrendado por el legislativo y luego por el propio Tribunal Constitucional…


Es cuanto viejo, porque ya nadie puede dudarlo y quien lo cuestione abstrayéndose de las leyes y los procesos, lo hace con mala saña y para beneficio propio, aunque en el tiempo de las redes, líquidas como son, basta subir un poco la temperatura para que las evidencias se tornen vapor y cueste retenerlas hasta en la memoria de corto plazo, más aún cuando uno o dos de los actores juegan con eso de la obsolescencia de lo novedoso, sabiendo que su cantaleta puede hacernos relegar la historia reciente y transferir los males a quien esté responsable del poder en el momento de postearlo, más aún con la gravamen de luchar contra el coronavirus, que se expande sin control como una mancha corrosiva por el mundo, arrastrando consigo la credibilidad hasta del político mejor posicionado.

Entonces escribo para retener la memoria, así sea la del corto plazo. Escribo para que no se pierda entre el maremágnum de consignas y terminemos contándonos y creyéndonos las mentiras de uno y otro lado. Escribo para reivindicarle al olvido la valentía de la Sra. Jeanine Áñez Chávez, su fortaleza y don de mando; porque en noviembre del año pasado esto era de vida o muerte, de quienes ingresaron a Palacio y para la Democracia boliviana y a la boliviana, que según cualquier otro desenlace sería hoy como el humo, al que se lo pudiera llevar el viento. Sin este dato, del del 21-F y su correlato, de cuando comenzó todo, cualquier cosa que se diga es una mentira.

Significado de Memoria: Estructura, Importancia y Clasificación

Pero además escribo porque me corresponde, como parte de la generación que puso los cimientos para la Democracia, para la Libertad, la Solidaridad y la Igualdad entre los bolivianos y bolivianas; y ¡qué diablos!, los pusimos tan bien y llegaron tan profundo que ni el mismo diablo los pudo arrancar hasta ahora. Tan es así que, en sus campañas, unos y otros reclaman democracia; yo sé dónde se encuentra de eso, y no está ni en medio del populismo autoritario que ha sido azote en América Latina, ni en los etnonacionalismos tribales que más bien son africanos, aunque algo de ellos nos toca, ni en los extremos de los arcos ideológicos donde conviven los pocos fascistas y comunistas que quedan, dándose de palos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario