La pregunta del millón, que no sale en las encuestas, porque los sufragantes no pueden expresar su verdadera opinión, es ¿cuantos y cuantas masistas votarán NO en el referéndum?
No solo están los militantes de base, utilizados como escaleras para subir y sostener las roscas corruptas del poder, sino los muchos desplazados de las promesas no cumplidas y las dádivas que no alcanzaron a obtener; "los resentidos" les llaman desde arriba los jerarcas del MAS; ¿cuántos serán los resentidos que mascullando apenas muchas rabias contenidas se aprestan a votar contra quienes encarnan las humillaciones sufridas a lo largo de diez años de inmovilidad e injusticia internas?
Los descontentos con Alvaro, que viene a ser el lado flaco de la propuesta de reelección. Ha de ser un grupo más pequeño que se prepara a votar NO exclusivamente en su contra, porque consideran que otras tendencias hubieran llevado por mejor camino el "proceso de cambio".
Y los otros, ¿los que sienten que la dupleta Morales - García Linera es un tapón a sus aspiraciones? Porque no me digan que no habrá como tres o cuatro presidenciables o vicepresidenciables que saben que de ganar el NO serán posiblemente ellos los elegidos para encabezar la continuidad. Allí se debe estar fraguando una conspiración interna, soterrada por el más estricto de los silencios, pero tan perniciosa como todas aquellas que se fraguan a la sombra del prorroguismo inclemente de los tiranos enroscados al poder, en cualquier parte del mundo.
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