Se ha armado un pequeño debate desde mi cuenta en TuiterX sobre si el feminismo puede o no ser de derechas, lo que me ha motivado a escribir algo así:
UNA RESPUESTA, UN POQUITO LARGA, PERO NECESARIA (por encima de los 280 caracteres)
El feminismo, como movimiento comprometido con la igualdad entre los seres humanos, busca desmantelar las estructuras de poder que perpetúan desigualdades, no solo entre géneros, sino en todos los ámbitos sociales. Esta aspiración choca fundamentalmente con ciertas ideologías de derecha, especialmente aquellas que naturalizan y justifican las desigualdades sociales y económicas como consecuencias inevitables de diferencias innatas entre los individuos.
La derecha tradicionalmente ha enfatizado la importancia de las diferencias individuales y las ha visto como factores determinantes en la distribución de recursos y posiciones en la sociedad. Según esta perspectiva, cualidades como la inteligencia, la creatividad y la capacidad de trabajo son vistas como inherentes y, en muchos casos, inmutables, lo que justifica una jerarquía social donde "los más aptos" prosperan mientras que otros quedan atrás. Esta visión puede ser resumida en la creencia de que las desigualdades son naturales y hasta beneficiosas para el progreso social y económico, ya que promueven la competencia y el esfuerzo personal.
El feminismo aboga por reconocer y corregir las estructuras sociales y económicas que perpetúan la desigualdad. En el contexto del trabajo femenino, por ejemplo, actividades históricamente feminizadas como el cuidado de niños y ancianos, o la gestión del hogar, no se han valorado económicamente ni se han reconocido como contribuciones esenciales a la economía. Este desequilibrio refleja cómo ciertos roles y trabajos son infravalorados simplemente porque están asociados con las mujeres, lo que el feminismo busca cambiar.
Las posiciones de izquierda suelen alinearse más naturalmente con el feminismo en este aspecto, pues ambas perspectivas ven la desigualdad como algo construido social y culturalmente, y por tanto, susceptible de ser cambiado. Desde esta óptica, no solo se reconoce el papel de las condiciones históricas y sociales en la creación de desigualdades, sino que también se asume un compromiso ético para transformar esas condiciones hacia un modelo más equitativo y justo.
Dicho de otra forma, mientras que las ideologías de derecha pueden enfocarse en el mantenimiento de un orden social basado en diferencias percibidas como naturales o justas, el feminismo y las ideologías de izquierda buscan cuestionar y reformar esos mismos principios para promover una igualdad más profunda. Este conflicto fundamental entre la aceptación de la desigualdad como natural frente a la lucha por desmontarla y crear igualdad hace que sea complejo sostener ideales feministas desde posiciones conservadoras o de derecha, que tradicionalmente no priorizan la redistribución de poder y recursos como mecanismo de cambio social.
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