ALTERNATIVAS

18 de julio de 2011

VOTAR en Libertad

Ya está hecho, aunque noconsumado del todo, porque falta el pataleo y mucha bulla por hacer.

Estamos en carrera sin que nadie sepa bien para llegar a donde, con candidatos a jueces y magistrados que son unos ilustres desconocidos por no haber hecho nada sobresaliente en la vida, salvo jurar lealtad al MAS, y por lo tanto nadie tiene por qué saber de ellos, menos fiarse de su idoneidad y de la ética personal que prediquen. Por ese lado enfrentar la papeleta va a ser un problema, si no conozco a Maruja o a Casiano (por suponer nombres, tan desconocidos como los verdaderos) y estoy además prejuiciado por sus vínculos de lealtad al etnonacionalismo autoritario, que los hace obsecuentes con el poder y parciales ante la justicia… ¿por cuál de los ellos votar?

El otro asunto es la papeleta en si misma, que en nuestra cultura electoral, era una pista de afinidades ideológicas… los azules, los rojos, los anaranjados. Esta vez tendría que mirar a ver cual carita se ve mejor y de las esforzadas sonrisas, cual es la más digna de un cepillo y "Colgate". ¿Y a votar por ella? Ni hablar, uno no puede tomar esas decisiones por caritas...

Y todo lo prohibido. Está prohibido que los candidatos hagan campaña, es decir que expliquen por qué debiéramos elegirlos a ellos o ellas entre todos los demás. Está prohibido que se digan cosas sobre ellos, a favor o en contra, que se los denuncie por alguna cosa que se deba denunciar. Y si los entrevistan, está prohibido que les formulen preguntas que no estén aprobadas por el llamado Tribunal Supremo Electoral, cuya fama en un próximo futuro será peor que la de la corte que manejaba la “banda de los cuatro” aprobando y anulado votos a placer y necesidad.

¿Seguimos? No hay control en las mesas de sufragio el 16 de octubre, ni de los partidos, ni de las universidades o los colegios de abogados, ni control de los movimientos sociales en los que no se puede confiar, pero que servirían para disimular. Es decir, en las mesas de la periferia urbana o en el campo, los delegados de la nueva Banda Electoral podrían cambiar los votos según se les antejo y les convenga.

¿Y quieren que vayamos a votar? ¡Que vaya a votar su abuela… ! Es que en Bolivia es obligatorio, lo manda la ley.

Entonces queda votar en blanco… ir y ponerse en las fila, aguantando el sol, llenar los formularios y votar en blanco. Pero si no hay control ciudadano ni de ningún otro tipo, vienen los masistas y llenan la papeleta a su conveniencia.

Entonces queda pifiar, escribir algún insulto o diatriba irrepetible en la triste papeleta del escarnio electoral.

Pero resulta que también está prohibido: No se le puede explicar a la gente que eso es lo que tiene que hacer si se respeta a si misma, o si cree que la democracia es un sistema de gobierno, entre ciudadanos iguales, en libertad y para la libertad.

¿La Libertad? ¿En qué rincón de la historia habrá quedado guardada y esperando, la querida Libertad?

2 comentarios:

  1. Ramiro González Andulce21 de julio de 2011, 16:38

    A ver:
    1. Hay que empezar admitiendo que antes no era mejor. Los elegían por conveniencia y como parte de "acuerdos de gobernabilidad"; nunca fueron los mejores, no se buscaba "notables", no?. Lo de ahora, en el fondo, es casi lo mismo, con la diferencia de que se hace intervenir al "soberano" para que "valide" una elección ya hecha.
    2. Lo malo es que todos esperabamos un cambio cualitativo, no un simple cambio de sujetos que incurren en las mismas prácticas deleznables.
    3. Entonces, el rechazo debe expresarse sea por el voto nulo o por el voto en blanco, sin hacer distinciones que lo único que consiguen es confundir a la población. Se trata simplemente de explicar: "Si no sabes por quien vas a votar, si no conoces a los candidatos, vota en blanco o nulo". No es mas que eso.

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  2. Lo de antes no era lo óptimo, pero era mejor. Un acuerdo parlamentario es siempre superior a la imposición unilateral de una decisión. Eso no quiere decir que los resultados fueran mejores, también una decisión impuesta puede ser una buena decisión.

    En Bolivia pocas veces se eligieron notables, aunque hay algunos antecedentes en la Corte Nacional Electoral cuando la reforma de 1990 que puso a la cabeza a D. Huascar Cajías y quiso iniciar una nueva tradición, ya rota del todo por la actual administración. Lo que si, entre acuerdo y acuerdo se podía notar el peso de una trayectoria mejor que la otra, los últimos años de la democracia, por lo menos, no bastaba con traer al compinche partidario, sino que algo tenía que valer; esa, más que una realidad, fue una tendencia. Hubiera sido importante que el tiempo la hubiera instaurado como en otras sociedades con una tradición institucional más larga.

    En lo demás estamos de acuerdo.

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