ALTERNATIVAS

8 de junio de 2015

¡LO QUE ESTÁ DETRÁS DE SOLEDAD CHAPETÓN!

El curso de los acontecimientos demuestra que Soledad Chapetón no está sola en su enfrentamiento con las mafias organizadas alrededor del populismo autoritario que ha gobernado la ciudad de El Alto los últimos años; se ha manifestado el apoyo ciudadano, que al estilo alteño ha salido a manifestarse en las calles, dejando aflorar la protesta y el descontento, acurrucados en la intimidad de los hogares en otras partes del país. Y soledad va a vencer en las calles, en las instituciones y en el corazón de la gente; más allá de los alteños, porque esta pelea es una pelea de todos los y las bolivianos/as.

Detrás de las mafias alteñas, organizadas en las Juntas Vecinales a través de aparatos políticos locales, cooptados y aupados por el MAS, está la concepción ideológica de la organización política-estatal corporativa que considera que el pueblo participa del poder a través de sus líderes sindicales, electos en asambleas cerradas al público (los panaderos entre panaderos, los heladeros en el sindicato de heladeros, los cocaleros entre cocaleros, los del distrito 9 solitos unos pocos de ellos y nadie más, etc.) y controladas desde el poder estatal por aparatos financiados con dádivas y dineros mal habidos. Así se sostiene el populismo autoritario en el poder, validando y legitimando las decisiones y los apoyos de estos grupos (que muy bien les han llamado las “minorías eficaces”), como una caja de resonancia que amplifica esas expresiones corrompidas suplantando “la voluntad del pueblo”.

Así, cuando la demagogia dice “gobernar escuchando al pueblo”, en realidad lo que se escucha son las voces de lo cabecillas de estas pandillas, que reproducen lo que se les dicta desde arriba. Quienes gobiernan “escuchando al pueblo” en realidad se escuchan a si mismos. Lo más peligroso es cuando quienes gobiernan se creen el cuento y consideran que el eco de sus propias miserias es realmente las voz del pueblo, que para ellos, desde luego, es la voz de dios, que no puede sino obedecerse.

Al frente de este concepto está la Democracia, que entiende que la ciudadanía participa a través de representantes elegidos por el voto universal e igualitario, que adquieren la capacidad de gobernar las instituciones en correspondencia a un programa o una idea que ellos han expresado y que son sus ideas, sus principios, sus valores, distintos a los de los otros. Cuando alguien vota por Sole vota por las cosas que la Sole cree, lo mismo que en otras circuantancias cuando se vota por Evo, se está votando por lo que Evo cree que es lo mejor para el país. Cuando un gobernante decide “escuchar al pueblo” y cambia lo que ha prometido por lo que dice una asamblea compuesta por estos aparatos cooptados, se convierte en una marioneta populista del destino en la que no se puede confiar.

Esta concepción corrupta de la democracia ha hecho carne de nuestros pueblos desde hace décadas, y viene repitiendo el sainete una y otra vez en varios países latinoamericanos, hundidos en la pobreza e incapaces de superar la dependencia a los mercados y otros poderes transnacionales; incapaces de confiar en sus propias fuerzas e ideas, porque carecen de proyecto y de futuro, están atrapados en "lo que quiere el pueblo", que no es sino el interés de estas minorías eficaces que aprovechan coyunturalmente y de manera egoísta del poder ilegal que han usurpado. ¿O a estas alturas alguien cree que una reunión de la cúpula palaciega que gobierna el país discute los grandes problemas y busca soluciones? Lo que discuten y planifican es como reproducir el poder, su poder, atrapados sin vuelta como están de los intereses particulares de los grupos corporativos que los sostienen.

Al defender a la Sole en El Alto no estamos defendiendo solamente a la valiente mujer que supo y pudo enfrentar y vencer al masismo en el bastión del autoritarismo populista, que fue cuna del nacimiento del fenómeno político conocido como Evo Morales Ayma. Quienes estamos apoyando a Sole somos quienes queremos derrotar un día el gobierno de las mafias, y sustituirlo por el gobierno de las instituciones y las leyes. Se trata de una pelea de titanes, de los gigantes de siempre, desde el advenimiento de la modernidad hace 500 años: el absolutismo contra la democracia, la libertad contra las multiformes tiranías.


Me gusta que sea así. Me gusta que sea la Sole quien protagoniza este enfrentamiento y que vuelva a vencer, esta vez no solo en las urnas, sino en la gestión institucional, demostrando que hay maneras democráticas de gobernar. Porque la Sole tiene todo lo que tiene que tener, es militante de una causa progresista, viene de una familia humilde y se ha hecho por si misma, es una mestiza aymara cultivada en el crisol democrático de las ciudades, es mujer, es joven, y es alteña. Por todo lo que representa hay que apoyarla, en su pelea se simboliza la Bolivia del futuro; la victoria (acompañada de una impecable gestión) puede acelerar el tiempo de su advenimiento.

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