ALTERNATIVAS

8 de diciembre de 2018

PRESOS

Ahora la represión va a empezar metiéndonos a todos presos. Los opositores vamos a ir a la cárcel, exactamente como se hizo en Venezuela. El libreto se copia y se repite, ya que desde Caracas alcanzó buenos resultados.

Hace dos años, cuando el Referéndum del 21F, el MAS llegó a una conclusión, consecuente con curarse de semejante error y de la derrota que los ha metido en un callejón sin salida, porque el país les espetó en la cara, un rotundo ¡Bolivia dijo NO! Primero habilitar a Morales Ayma (ellos le llaman Evo) -dijeron- y después barrer con los opositores; cuando lleguemos a las elecciones el año 2019 no debe haber nadie en Bolivia que hable mal de Evo. Así lo expresaron, esa es una consigna.

La receta Venezolana es sencilla. Esperar y fomentar que líderes y lideresas de la oposición democrática llamen al pueblo a protestar en las calles, ahora que hay furor y rabia. Y provocar enfrentamientos hasta que se produzcan uno, dos tres... cien muertos. Y entonces tomarnos presos, bajo la acusación de haber incitado a la violencia y ser culpables de los muertos.

Mientras tanto, con los ciudadanos de a pie, uno a uno según su influencia, según el malestar de quienes toman decisiones, según la consideración que tenga el tira encomendado para seguirte y perseguirte: Primero amenazas, amedrentas, le haces dar una pateadura y te encargas de que se sepa, lo metes preso unos días, algo de tortura a alguno sentaría bien, lo desapareces de ser necesario. El miedo, hay que instalar el miedo, pero el miedo de verdad.

El miedo genera ansiedad, incita a defenderse, a rebelarse antes de tiempo, a golpear sin tener la fuerza suficiente. Eso es lo que quieren ellos.

Ellos saben que la única ruta de resistencia democrática posible son las elecciones. Ellos quieren que los grupos radicales, normalmente de gente joven y sin experiencia, que busca soluciones rápidas y que piensa que puede soliviantar al pueblo con cuatro consignas irresponsables, nos arrastren lejos de las urnas y allí nos dispersemos; mientras las y los masistas cuentan votos azules en su Tribunal Electoral.

No hay camino de unidad si no es el de las urnas. Las otras opciones, violentas y no democráticas pasan por las armas y yo proclamo hoy, como siempre, un rotundo NO A LAS ARMAS, NO A LOS GOLPES MILITARES, NO A LA GUERRA. La resistencia es pacífica y es democrática. Vaya por donde vaya, tiene que terminar frente a una urna de votación y con una papeleta multicolor y multisigno en las manos. Eso construirá la Unidad en grande y coronará la lucha con una rutilante victoria.



¡RESISTIR SERÁ VENCER!

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