ALTERNATIVAS

28 de julio de 2015

UNA ALTERNATIVA DE PODER

Ayer han sido dispuestos al público reveladores datos sobre la disminuida capacidad de la China para seguir creciendo su consumo de materias primas, y con esto, la caída de los precios a niveles que no se veían en años. Entramos en una etapa o ciclo de precios bajos y de ingresos bajos, para todos los países que como Bolivia dependen de dos o tres productos. Ha llegado el tiempo de las vacas flacas.

Y como repetía el sociólogo belga Guy Baijot, cuando decrecen los ingresos y hay menos dinero para repartir suceden dos cosas inevitablemente en los países de escaso desarrollo relativo (vaya nombrecito) o subdesarrollados, para utilizar un léxico obsoleto. Dos cosas, en todos los casos. La primera es que en el bloque de poder, articulado por las élites poco productivas de sectores y grupos sociales que medran del Estado, se empiezan a desprender los descontentos, porque ya no consiguen lo que quieren o no acceden a los privilegios que se les habían otorgado en momentos de bonanza.

La segunda, es que en el "pueblo" (utilizo este nombre siempre para diferencias a los que mandan de los mandados, el pueblo es siempre un algo contra el poder) emergen también los descontentos que hasta ahora se habían mantenido quietos y callados, porque les llegaba algo de las migajas al caer de la mesa de los poderosos, o porque la intimidación o la represión, los tenían obligados. El descontento en el pueblo empieza a hacer olas.

El resultado es el encuentro entre los descontentos que bajan con los descontentos que suben, y ese encuentro es el que produce la posibilidad de un Bloque Social de Poder Alternativo. El discurso es  el mismo cada vez, los que bajan reclaman eficiencia, modernidad, transparencia, honestidad; los que suben exigen justicia social, igualdad, mejores oportunidades, inclusión, respeto y dignidad. El plato está servido.

Solo en ese momento se le puede pedir a la oposición la articulación de un discurso diferenciador y alternativo, y solo en ese momento los nuevos actores pueden superar a los viejos y desgastados políticos. Otra cosa es como conjugar el discurso emergente, en este siglo donde lo digital y la abundancia ha reemplazado a lo analógico y su cultura de la escasez; esa amalgama compleja es la que debe nacer los próximos años, en Bolivia y en América Latina, porque un grupo importante de países estamos viviendo lo mismo.


No hay comentarios:

Publicar un comentario