La tendencia está clara, una promesa de modernización institucional, algo de armamento sofisticado (para estos lares), un rol cada día más intenso en actividades no militares, un discurso patriotero digno de los viejos fascismos europeos, y (no comprobable, pero se dice) sustanciosos bonos de lealtad para quienes comandan esas instituciones.
Estas fotografías no solo son una vergüenza para los participantes (para cada uno de ellos, sus familias, sus amigos, las Fuerzas Armadas), que aparecen como voraces “chupamedias” del caudillo, sino la prueba de un delito establecido en nuestras leyes, porque las Fuerzas Armadas de la Nación y la Policía Nacional no deliberan, no se comprometen, ni hacen política. Habrá que juzgarlos.
y cuando tu partido se codeaba con sus verdugos vos que decias?. Bien gracias, no.
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