Sean Penn se ha expresado así de Bolivia: “miles de prisioneros viven rodeados del tipo de salvajismo humano que sólo imaginamos en pesadillas”.
Los masistas, fieles a sus formas y a su cultura política, han salido a decir que es un pésimo actor, que ofende al pueblo boliviano, que hay que retirarle el nombramiento que le hiciera Evo Morales de embajador de causas bolivianas.
A nadie (incluso en la oposición que creerá ahora que se trata de un gran actor) se le ha ocurrido pensar lo que Penn ha visto en sus visitas a Bolivia, en la cárcel de Palmasola, en los juzgados, en sus entrevistas con los fiscales…
¿Será que realmente en Bolivia se vive en condiciones de “la peor pesadilla” y que no nos damos cuenta, ni nos inmutamos cuando nos lo enrostran, porque nos hemos acostumbrado y creemos que el mundo entero es así, como nosotros?
¿Con qué ojos nos estamos mirando a nosotros mismos, que no podemos vernos?
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