No creo en los resultados del Censo trucho 2012.
Las diferencias entre los resultados preliminares y los oficiales hacen pensar que estos han sido acomodados a las necesidades electorales de los futuros candidatos oficialistas, porque está claro que los recientemente presentados le quitan pesos y responsabilidades en la distribución de los escaños en diputados, que de otra manera los iban a desfavorecer, o por lo menos meter en un buen lío. No hay que olvidar que a más de un claro favoritismo por los departamentos que tradicionalmente votan con mayor facilidad al populismo, hay una abusiva sobrerepresentación campesina que "da calambre".
Y si esto es así, también podríamos dudar de otras acomodaciones destinadas a planificar políticas consecuentes con los intereses gubernamentales. Los autores tendrían que reconocer que sus datos son al menos dudosos. Tanto dinero gastado en vano, para tan magros resultados.
No creo en los resultados del Censo 2012 y no solo porque hayan tardado tanto en prepararlos, por un tiempo suficiente para manipular los datos, sino porque nuestros gobernantes no tiene escrúpulos ni problemas éticos a la hora de manipular y cambiarlos con el solo objetivo de perpetuarse en el poder, porque su Revolución plurinacional así lo necesita. Baste de ejemplo los datos que habitualmente proporciona el INE que están siempre acomodados, como los de la inflación, mentirosos como ellos solos. Y si no, no hay datos, porque este gobierno sobresale por ello, por ejemplo, desde el año 2006 han desaparecido los informes sobre los presupuestos ejecutados, nadie sabe ni puede saber, cuánto se gastó, cómo se gastó ni en que.
No creo en los datos del Censo trucho por la calidad técnica del trabajo. Porque ha sido mal organizado, mal programado, se ha trabajado sobre una cartografía obsoleta, los coordinadores y agentes censales no han sido capacitados y se ha improvisado el llenado de las boletas. No creo en esos resultados porque el sistema automático de lectura no ha sido confiable ni para sus autores y se han tenido que escudriñar y acomodar los resultados manualmente y luego a la inversa, llamando a la desconfianza de sus propios organizadores. Tampoco se realizaron las pruebas poscensales de validación que cualquier censo exige en el mundo, para ser creíble.
Esta mezcla de incapacidad y dolosa mala voluntad no puede dar buenos resultados. Tendremos que repetir el Censo de una manera limpia y profesional, será dentro de diez años, cuando los incapaces e inmorales dejen el poder y el país se libere de semejantes tropelías.
Mientras tanto ya sabemos del Instituto Nacional de Estadísticas. INE - IPSP, vamos a llamarle
Por el momento, es legítimo, exigir explicaciones.
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