El Defensor del Pueblo, está deformado en su concepción boliviana por la visión ultraestatista del equipo político que gobierna Bolivia. Ellos conciben el Estado como el todo que contiene al conjunto de la población y así lo dicen: "el Estado es el pueblo".
De esa manera el Defensor del Pueblo se convierte en un funcionario dentro del Estado que defiende los derechos de la gente, sus derechos universales, sus derechos humanos. No goza de ninguna autonomía, porque el concepto parte del principio que es el Estado en su conjunto que cumple cion esa labor, siendo el Defensor un funcionario operativo que ejecuta esa encomienda.
Y no es así. El Ombudsman (que es su nombre germano de origen) tiene por finalidad defender a la ciudadanía de los abusos del Estado, de cualquier Estado. El Defensor del Pueblo no es un defensor de los Derechos Humanos, eso somos todos, en el Estado o fuera de él. Para ello debiera gozar de total independencia y aunque sus resoluciones no sean de obligatorio cumplimiento, su fuerza moral las hace ineludibles; para ello se requiere una personalidad consensuada entre todos, elegida entre todos y respetada por todos.
El Defensor del Pueblo tiene como tarea el evitar que el Estado y su poder trasgreda los derechos ciudadanos y que cumpla la ley constitucional sin aplicarla en su propio beneficio y en desmedro de los derechos e intereses de las personas. Esa es su función, sino, es innecesario.
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