ALTERNATIVAS

29 de marzo de 2019

LA ESTÁN CAGANDO MUCHACHOS

No me gusta escribir este tipo de cosas, pero si no las digo ahora me va a salir una úlcera del tamaño del un volcán, porque considero que estamos aún a tiempo de hacer mejor las cosas y lo pongo así, para que ellos reaccionen de buena manera, aunque casi es demasiado tarde. Aclaro que, como yo, muchos que pensamos lo mismo, vamos a trabajar por una candidatura como la de Carlos D. Mesa G., con o sin su permiso, porque la situación trasciende la buena o mala voluntad suya o la de quienes organizan su campaña. Este es un problema de todas y todos los bolivianos, o sea que no se me recientan, como suelen hacer, acostumbrados como están a mirar tan desde arriba.

Y es que, así como la caída de Morales Ayma en las encuestas se ha estancado en un 30% de intención de votos, el crecimiento de Carlos Mesa se ha estancado también en un 30%, quedando ambos empatados, lo que no es suficiente, dadas las circunstanciaras que impelían a construir una tendencia de concentración del voto ciudadano en una candidatura ganadora, porque el descontento del electorado oficialista esta vez sí lo hace posible; porque la apuesta era superar esa barrera, dado el buen gatillamiento del inicio de la campaña que lo mostraba como un potencial vencedor. Finalmente si en las anteriores elecciones Reyes Villa, Tuto Quiroga y Samuel Doria Medina se movieron en el rango de un 26 a un 29 por ciento, ¿cual es el mérito de Carlos Mesa si solo va a repetir esa votación?

Algo anda mal, muy mal.

El único motivo por el que la ciudadanía diversa y unida puede apoyar y concentrar su voto en una candidatura, en este caso la de Comunidad Ciudadana, es para sacar a Morales Ayma del poder y recuperar la Democracia en Bolivia, a sabiendas de que lo que se viene será un gobierno de transición, que lo único que podrá hacer será devolver la independencia a los poderes estatales, fortalecer las instituciones para que deje de imperar el capricho de un caudillo, respetar las leyes, meter a los corruptos en la cárcel y avanzar en un posible Acuerdo Nacional para enfrentar futuros temas que nos son trascendentales.

Contrariamente, la última orden interna en Comunidad Ciudadana fue que las plataformas aliadas deben autodestruirse, porque dentro de Comunidad Ciudadana no se aceptan corporaciones, ni gremios, ni sindicatos, ni nada de nada que quiera expresarse orgánicamente a su interior; aunque sí aceptan a las personas como individuos, uno por uno. Los dirigentes están preocupados, porque sus plataformas son antiguas, existían antes que Comunidad Ciudadana y les otorgan, mas que esta, identidad y cohesión a su trabajo. Yo me imagino a las plataformas, los sindicatos, los gremios, los movimientos sociales, las barras del fútbol, los clubes de amigos, las promociones de cursos en colegio, como gallinas sin huato, buscando otro corral donde los valoren, los acepten y los tomen en cuenta. "No queremos servir sólo de escaleras" -dicen-.

El país no va a juzgar a Carlos Mesa ni a su equipo porque tengan un maravilloso programa, ni por lo apuestos y bellas que son, ni por lo honestos que parecen, ni por los principios que proclaman. No los vamos a juzgar porque supieron mantener la naturaleza y pureza de su proyecto -como me han dicho alguno de ellos con las mejores intenciones; porque por mantener incolumne lo que piensa un grupito, pueden (podemos) perder las elecciones y repetir lo que nos ha venido pasando los últimos tres comicios generales. El país los va a premiar por intentar unirnos, sin exclusiones, a moros y cristianos, indios y blancos, jóvenes y viejos, hombres y mujeres, cambas y collas, conservadores de derechas e izquierdistas democráticos y hasta masistas descontentos y frustrados (que los hay y muchos), para votar por Carlos, para controlar el voto, para defenderlo contra el fraude que se viene preparando. Por eso los vamos a juzgar.

¡O sea que déjense de pendejadas, y pónganse a trabajar!

No hay comentarios:

Publicar un comentario