Samuel Doria Medina dice que no debemos caer en la trampa de desviar la atención hacia él y dejar de observar el programa "Bolivia Cambia - Evo Cumple" porque a Quintana y a García Linera se les ocurrió desviar la atención hablando de su pasado. Lo que se está cuestionando en el país es esa caja negra que utilizó dinero público para satisfacer la voluntad y los caprichos del déspota o tirano de turno; no se trata de discutir ahora sobre la vida de Samuel. Si el Vicepresidente García Linera, mostrando su cara obscura, lo quiere seguir insultando, amenazando y lo quiere investigar con comisiones y detectives, todos masistas obsecuentes a su mandato, que lo haga él. No caigamos en la trampa.
Lo que el gobierno debe decirle al país es cuanta plata entró al programa Evo-Cumple, quienes fueron los donantes; se sabe de Venezuela pero el propio Presidente Evo ha dicho que también hubo dinero de la China que no figura en ningún registro contable. Si eso es así, cualquiera pudo haber puesto dinero, incluso dinero negro proveniente del terrorismo iraní, o del narcotráfico internacional (no estoy afirmando que así sea, estoy suponiendo que dado lo hermético del asunto, cualquiera pudo contribuir sin que nadie lo sepa), del trafico de armas o personas, con las consecuentes derivaciones en la destrucción de la ética gubernamental, que tanto costó construir los últimos treinta años (aunque esa es también otra discusión que no corresponde ahora).
Se debe explicar cuales fueron los mecanismos para elegir los proyectos en los que se gastó el dinero, sean cuales sean. La sospecha lleva a pensar que se trató de un uso discrecional dispuesto según capricho del Presidente y de los donantes, vale decir que al Presidente se le ocurría por algún motivo apoyar algo o a alguien porque lo consideraba y comprometía, sobre ese criterio absolutamente personal, el uso del dinero. Podría ser que algo parecido pasara con los donantes, que el Embajador venezolano en sus visitas o acompañando a Evo se le ocurrí algo y para allá partía la platita.
Se debe decir también cómo se administró y controló el gasto y como se controló su uso. Lo que se ve hasta ahora muestra que se entregaba el dinero directamente a un alcalde, a un dirigente sindical o un compadre masista beneficiados y que estos podían hacer lo que quisieran con él, sin rendir cuentas, sin que nadie los controlara. Así contrataron a quienes quisieron sin respaldo alguno, pudiendo ser a parientes, gente amiga, otros masistas que dispusieran comisiones, etc. La idoneidad de los responsables de la ejecución de los proyectos está en duda y no hay mejor muestra que los resultados, más de un tercio de lo proyectado está inconcluso y abandonado y las empresas o personas responsables se han ido. ¿Y el resto, que se concluyó o se está concluyendo? ¿Quien certifica la calidad, el costo, la durabilidad, etc.? Esto puede haber sido una repartija de ganancias personales a borbollones.
Se entiende así que cuando el programa se cuestiona vengan los alcaldes masistas, uno tras otro, a apoyar el programa, a decir que es lo mejor que se hizo nunca en la historia patria. La cantidad de plata que se habrán embolsillado algunos...
Finalmente el gobierno debe explicar si la forma de manejar el dinero en el Evo-Cumple es similar y se aplica en otros casos. El hecho de que a disposición pública estén los presupuestos nacionales de los últimos ocho años, pero no la ejecución de los mismos, podría llevar a pensar que así como se administró el programa "Bolivia Cambia - Evo Cumple", se podría estar gestionando el conjunto del dinero del Estado plurinacional. Esto explicaría la sensación de la corrupción creciente, la falta de capacidad operativa de las empresas públicas, la falta de transparencia a la hora de informar sobre los gastos, en fin, daría cuenta del siniestro despilfarro e irresponsabilidad de un gobierno que en nombre del pueblo y de los más pobres ha dilapidado la riqueza que le tocó administrar.
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