ALTERNATIVAS

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29 de marzo de 2020

ESTADO Y MERCADOS ¿Otra vez?

La pandemia del coronavirus ha puesto de relieve, una vez más, la tensión entre Estado y mercado en el mundo entero. Esta reflexión no tiene carácter localista, entiéndaseme bien, no vayamos a cometer la injusticia de juzgar este pequeño texto desde la coyuntura nacional boliviana, aunque sirva también para aportar en la deliberación interna.


La tensión se expresa puntualmente en el recurso social a un Estado fuerte, que tenga la capacidad para administrar la crisis y sus impactos, no solo controlando el cumplimiento de las normas que se dicten en cada país, sino garantizando la atención a todas y todos los ciudadanos, sobre todo los más pobres y necesitados, al tiempo que, garantice la circulación de los bienes necesarios para asegurar la sobrevivencia de la gente.

Sucede que los liberales del mundo consideran (y está bien desde su perspectiva, pero no es suficiente) que el aporte del mercado en esta crisis se sintetiza en la entrega de alcohol en gel, barbijos, guantes y así, hasta respiradores y unidades de terapia intensiva. Ese es nuestro aporte, escriben, proclaman y reiteran desde la defensa a ultranza de “la mano invisible” que a estas alturas nos sirve tanto como a cualquier manco; a tiempo que esperan la contraparte desde la seguridad social, la rebaja de los servicios, la subvención de parte del trabajo no esencial recluido en los domicilios de sus trabajadores.

Pero cuando se les toca el bolsillo, cuando se les pide que sigan pagando trabajadores que no producen por algunos días, o que no se los despida de nóminas y planillas, a ver cómo sobreviven; cuando se les dice que la banca va a dejar de cobrar unos meses capitales e intereses, entonces sí que el mercado solicita subvenciones y grita por el rol del Estado y se siente aliviado cuando los jefes de gobierno decretan la inyección de miles de millones para paliar esos problemas. Sino, previenen a gritos sobre la desestructuración de la producción y el empleo.

En resumen, el aporte es que compremos barbijos y respiradores. El mentado aporte empresarial es multiplicar la capacidad de producción para atender a tantos. Y van a abaratar los precios y mejorar las ayudas hasta los confines del planeta, con artículos de primera, segunda y quinta, más caros y baratos según los puedan pagar en cada lugar del mundo.

¡No es así! Así no vale. Aquí el aporte lo ponemos todos y todas, sin que importe dónde se ubica cada quien en el sistema productivo. Los que menos tienen con menos y los que más tienen con todo lo posible, que ha de ser bastante, como corresponde. La justicia y los equilibrios democráticos exigen hoy la participación y corresponsabilidad de todos y todas para salvarnos de esto, y si los estados no pueden solos, el sistema empresarial tiene que poner de su parte, como en cualquier economía de guerra, porque en ello estamos.


Otra es la reflexión sobre los efectos políticos de la pandemia. Eso vendrá después, porque tampoco podemos permitir que la necesidad de estados fuertes y eficientes, devenga en fortalecer los populismos autoritarios que pululan por todos los rincones en desmedro de las democracias liberales, que son la fuente de la convivencia pacífica y el desarrollo económico en los países de occidente.

16 de septiembre de 2018

EL FALLO

 ¿A qué le llamamos los bolivianos un fallo favorable en La Haya?

A que la CIJ sentencie el 1º de octubre que Chile está OBLIGADO a negociar, que ha INCUMPLIDO sus compromisos durante 100 y más años, y que determine un PLAZO para que de buena fe, Chile nos retorne una salida SOBERANA al Océano Pacífico.

¡Lo demás es cuento!


Si El Fallo en La Haya no contemplara ninguno de estos tópicos, sería una sentencia más bien favorable a Chile, y un siglo de reivindicaciones y esfuerzos bolivianos se clausurarían para siempre. Desde luego que no va a suceder, porque la demanda boliviana está bien hecha y mejor planteada (recordemos el rol protagónico de Carlos Mesa y Eduardo Rodriguez) en ese plano, y de los abogados (ninguno boliviano) en el desarrollo técnico y las presentaciones en sala. Pero (todo hay que decirlo) esto fue jugar con fuego.

Si la CIJ determina que únicamente la obligación de ambas partes a sentarse juntas a negociar de buena fe, Chile va a decir que siempre estuvo dispuesto a hacerlo así y propondrá un plazo, empezando por la presencia de un Mandatario Boliviano que ha enrarecido la relación, esperando que el año 2020 haya otro Presidente, dado que las leyes bolivianas así lo establecen. Y entonces empezamos -dirán-.

Si la CIJ no sentencia que Chile ha incumplido sus compromisos, el fallo no tendrá el peso que Bolivia requiere, porque Chile entenderá que lo ha hecho bien hasta ahora y tratará de continuar por la misma linea, los próximos cien años. El fallo sobre incumplimiento permite a Bolivia replantear el método de trabajo, y eso es muy importante.

Y si la sentencia no establece un plazo de tiempo, no servirá para mucho, porque puede pasar un nuevo siglo (a eso Chile le puede llamar un “plazo razonable”) y seguiremos en las mismas.

Finalmente, si el fallo no condiciona el resultado y expresa con claridad que la negociación debe culminar con el retorno de Bolivia al mar, a través de un territorio soberano, el esfuerzo y la demanda no tendrán sentido. Este detalle es el más importante y el más difícil de lograr (yo creo que es imposible), aunque si se da, Chile se negará a la negociación y esgrimirá una condición: “con Haya o sin ella, aquí no se habla de soberanía”.

El Presidente Morales Ayma nos ha mentido al presentar esta demanda como el despliegue máximo al que Bolivia puede aspirar en la historia de este conflicto, más aún, haciéndole creer al pueblo que ya tenía el mar en el bolsillo. Desde luego que pasado el orgasmo mediático que se transmitirá desde el Palacio de Evo como desde una jaula de pavoreales, habrán otras mejores opciones en que pensar para el futuro, aprovechando (no hay que quitarle méritos) los resultados favorables de la demanda presentada.

Como dije el año 2013, un día después de la demanda: “Esto es un puro saludo a la bandera”.

Y hablando de banderas, ¿alguien se acuerda de aquella de chiquicientos kilómetros que mandaron a hacer, iniciando el capítulo folclórico/reivindicativo? Debiéramos sacarla de nuevo este 1º de octubre para aprovechar, al menos, tanta tela.

22 de junio de 2017

PONIENDO EN RIESGO LA FE Y LA PALABRA DEL ESTADO

Militares chilenos ingresaron ilegalmente en territorio boliviano y tomaron presos a funcionarios de aduanas y un par de miliares que estaban con ellos, cumpliendo sus deberes; esa fue la versión  que nuestro Presidente, el Vicepresidente, el Ministro de Defensa y el Canciller repitieron al unísono, acompañados de un coro de diputados y dirigentes masistas, y que duró poco, porque resultó que nuestros compatriotas aduaneros y sus acompañantes estaban en realidad en territorio chileno, donde no tenían ningún deber que cumplir, porque sus funciones terminan donde la frontera.

La segunda afirmación fue que nuestros compatriotas eran inocentes de los cargos de robo, contrabando y portación ilegal de armas, bajo cuya imputación fueron entregados por Carabineros de Chile a la justicia en ese país, y que todo en realidad se debió a una confusión, ya que traspasaron sin darse cuenta la frontera, persiguiendo a los contrabandistas y lo hicieron en cumplimiento de su deber, luchando contra el contrabando, que para eso se les paga. Yo creo en esa versión y doy por entendido que así fue, nuestros compatriotas no entraron a robar, ni a intimidar, ni a nada ilegal a Chile, sino persiguiendo a los contrabandistas y su contrabando, para hacer lo que tenían que hacer en cumplimiento de sus funciones.

Cosas así suceden todos los días en todas las fronteras del mundo y se solucionan con un telefonazo. Lo que pasó en este caso es que el gobierno de Chile no quiso contestar el teléfono y decidió actuar por su cuenta sin escuchar a sus pares bolivianos. ¿Por qué los chilenos tomaron esa decisión? ¿Será solo en este caso o se repetirá por siempre? Yo creo que para los chilenos la administración de Morales Ayma ha dejado de ser un interlocutor válido y han decidido no contestar el teléfono hasta que en Bolivia haya otro gobierno; lo deben estar haciendo para curarse en salud y poner cortapisas a la necesidad de sentarse a negociar, si La Haya así lo determinara, como parece que será, ya que La Haya en ningún caso puede determinar que Bolivia y Chile no dialoguen. Lo de Chile me parece una barbaridad, un acto de mala vecindad, pero ellos lo han decidido así en estas circunstancias.

Lo peor fue que nuestros compatriotas aceptaron el camino abreviado, es decir que renunciaron a defender su inocencia en un juicio, poniendo en duda las afirmaciones de nuestros gobernantes, ya que concedieron la razón a sus acusadores chilenos, asumiendo las consecuencias procesales para y hasta ser expulsados de ese país y poder retornar a Bolivia lo más pronto posible, y poder abrazar a sus mamás y sus esposas. Yo creo que esa decisión fue tomada bajo la presión del estar en la cárcel en un país extranjero, lo que no es fácil para nadie, y que se hizo consultando a la defensa y en coordinación con las autoridades pertinentes del Estado boliviano, bajo argumentos humanitarios. Se podrá argumentar lo que se quiera, pero tácitamente para Chile y ante un juez de los suyos, nuestros compatriotas han aceptado que son unos ladrones y contrabandistas, y que portaban (los militares) armas de manera ilegal y sin permiso; o sea que en cualquier foro internacional y allá donde se mencione el tema, Chile podrá mostrar la aceptación de culpa de nuestros compatriotas.


Que el gobierno boliviano pague las multas correspondientes, que los reciba como héroes, que los condecore en una gran fiesta popular y que llene las plazas con gente que los aplauda, no borrará que ante la justicia chilena ellos aceptaron sus culpas, poniendo en entredicho la palabra del Gobierno boliviano y la confianza de todos nosotros, sus compatriotas; tan es así que en llegando a casa, la justicia boliviana debiera aprehenderlos e iniciar una demanda en su contra hasta que en otro juzgado demostraran que no fue así, que en realidad estaban en territorio boliviano, que fueron arrestados con violencia, que sufrieron vejámenes y torturas, que fueron obligados a aceptar sus culpas bajo presión y/o amenazas. Si no, la palabra de nuestras autoridades y la fe del Estado plurinacional estarán en entredicho hacia adelante.

19 de marzo de 2014

TRILOGIA

Hace años que vengo repitiendo, como un loro y sin cansarme, que la trilogía dell narcotráfico, la corrupción y las organización de mafias, vinculadas (los tres) orgánicamente al MAS y a la burocracia estatal masista, serán la tumba del Proceso de Cambio y de sus líderes. Un botón para ejemplo de lo que fueron advertencias varias, cuando el año 2009 denunciábamos "El Contenido de Clase del estado plurinacional", utilizando un lenguaje tradicionalmente marxólogo: "Solo falta que se encuentren los tres, la burocracia corrupta, el narcotráfico y las mafias sindicales, que se conozcan bien, que se den cuenta que sus intereses son convergentes. Que se organicen..."


Y no es que "la historia nos esté dando la razón", es que hemos visto muchas veces la misma película y sabemos cómo acaba. La literatura latinoamericana ha descrito esto de Evo desde diferentes ángulos y con diferentes matices, hasta con lujo de detalles, revisemos Señor Presidente, Yo El Supremo, El Otoño del Patriarca, La Fiesta del Chivo... y cuantas otras más. Todas empiezan igual y todas terminan igual. No estamos descubriendo nada que esté alejado de la memoria de los pueblos latinoamericanos.


Hormachea ahora y enseguida Sosa han disparado los detalles escabrosos de la corrupción, la extorsión, la falta de ética y escrúpulos para gobernar. De las mafias ya sabemos y es cosa de averiguar un poco más, el prebendalismo y la clientela asomada a los balcones de los llamados "movimientos sociales" que son en realidad grupos masistas, más o menos organizados, que sustenta efectivamente al gobierno y que son y serán capaces desde perseguir personas chicote en mano, hasta bloquear instituciones, o "tomar las armas", según requiera el proceso, a cambio de prebendas, pegas, becas, concesiones varias, a cambio de dinero.


Queda por develar con ese detalle y valentía (mis respetos a Carmen Eva Gonzalez) la relación orgánica y el entretejido que hay entre el gobierno y el narcotráfico. Creo que con los personajes que han empezado a "cantar" (junto a algunos otros que el proceso degradado irá expulsando) se puede reunir información suficiente, y hacerla pública para asustar a todos, a los bolivianos primero y de allí a la Casa Blanca o el Palacio de la Moncloa, pasando por Itamaratí, que alguito tendrán que opinar sobre semejantes temas, así lo hagan entre bambalinas.


Y al pueblo de Bolivia. A quienes me dice preocupados que esto no servirá para nada porque no cambiará el voto, quiero decirles que no importan tanto lo que cambie del voto masista, fundamentalmente campesino, suburbano, falto de información y alejado del conocimiento y la educación modernos; ellos tienen razones suficientes para seguir votando por Evo y hay que saber reconocerlo. Pero lo que si importa es el remezón en las ciudades, grande y pequeñas, no para conseguir más o menos votos (ese es un problema de los candidatos y espero que hagan sus tareas bien), sino para cuestionar el destino patrio, el de cada uno de nosotros y el de nuestro hijos y los que vendrán después. En un país como el que Evo y su pandilla están construyendo, hay muy poco futuro para construir el bien de todos.


Estamos de corrupción, inseguridad y cocaína, hasta el cuello y esperando que "no hagan olas". Lo que sobran son billetes y ese es como el opio de este pueblo, en este momento.

19 de febrero de 2014

LOS 132+CHINA

Son 133 países los invitados y si uno mira la lista, más de la mitad de esos Reyes, Presidentes y/o Primeros Ministros son personajes impresentables, los convidados a la fiesta de la llamada Cumbre del grupo G77+China en Santa Cruz de la Sierra.

Los hay de toda laya, desde personajes que para alcanzar el poder en sus países dieron golpes de estado y se encumbraron durante décadas. Los hay de los que persiguen, apresan, torturan y exilian a los opositores, otros se las toman con grupos étnicos contrarios a su tribu, algunos se ensañan contra los homosexuales, otros contra las mujeres; es decir, por uno y otro lado el G77+China está lleno de dictadorzuelos aferrados al poder “a toda costa”. ¿Quién podría sentirse a gusto promocionando semejante junte?

¿Podrá moverlos a todos la sorpresiva invitación boliviana de celebrar los cincuenta años del grupo en Santa Cruz de la Sierra, con solo 90 días de preparación? Desde luego que no, una Cumbre de esa envergadura requiere por lo menos un par de años de organización, sólo para coincidir agendas de tantos mandatarios. Pongamos que vengan diez Jefes de Estado, pongamos que vengan otros diez Primeros Ministros, el resto, cien invitados, serán embajadores que a la apurada compraran pasajes para disfrutar un par de frugales almuerzos y bailes típicos singulares.

Documento trascendental tampoco habrá. Son tan variados los países, tan contradictorios los intereses, que coincidir un documento en 60 días de trabajo, también es una misión imposible. Lo más cercano será una lista de declaraciones de buena voluntad que cualquiera podría bajar de Internet ahora mismo y firmar sin significación alguna. Lo más aproximado que logrará escribirse –cosmovisión andina de los anfitriones de por medio– será un pliego petitorio como los que acostumbra la COB cada febrero.

¿Para eso tanto dinero? ¡No! No es para eso. Los helicópteros, autos presidenciales, motocicletas, pago de hospedajes, banquetes a lo cruceño y otros lujos, solo tiene sentido porque Santa Cruz va a creer por un instante que es el ombligo del mundo, y en nuestro provincianismo boliviano, va a sentir que es un centro cosmopolita y todo gracias a Evo. Dinero, fiestas, comisiones, pero sobre todo votos, eso es lo que realmente interesa. ¡El G77 son votos!

Por suerte (como ya advirtió mi amigo Puka Reyesvilla) tendremos el mundial de fútbol de Brasil para distraernos y poder mirar la tele. Evo estará en su salsa, mirándose a sí mismo, haciéndose aplaudir, entre tanto caudillo y dictador como sus comensales amigos de ese trascendental momento.

18 de diciembre de 2013

RECAPITULANDO

Algunos creerán que esta historia empezó cuando a Ostreicher lo tomaron preso, le embargaron los bienes, le robaron el arroz y quisieron quedarse con su dinero para repartírlo entre algunos villanos, seguros como estaban de que se trataba de un miserable gringo por el cual no reclamaría nadie. Esa ha de ser parte de la cotidianidad del masismo y su singular forma de mirar el mundo (cosmovisión se llama) y hacer su revolución, por la que deben haber pasado unos y otros, y que dios nos libre de que nos suceda a cualquiera de nosotros, porque nadie se va a enterar siquiera. ¡Quien tuviera un amigo poderos como el Embajador Sean Penn!
La historia empezó cuando este actor llegó a Bolivia, la segunda vez, no invitado por Evo que ya lo había nombrado su Embajador, para defender a la Madre Tierra, promocionar la quinua y para devolverle el mar a Bolivia en ese entonces cuando se negociaba con Chile. Llegó enviado por la comunidad judío-norteamericana para ver qué pasaba con ese hermano que se fue a meter allá tan lejos y descubrió en la cárcel de Palmasola, con sus propias palabras, “el tipo de salvajismo humano que sólo imaginamos en pesadillas”. Entonces salió a la luz pública lo de los abogados masistas extorsionadores que actuaban desde la mismísima Presidencia plurinacional y el Ministerio de Gobierno; se descubrió que le habían sacado dinero a todos los dirigentes de la oposición, en filita y a cambio de nada, según la lista de Terrorismo I y Terrorismo II, de Gastos Reservados I y Gastos Reservados II; hasta que se metieron con Ostreicher aplicando la receta, apareció Sean Penn y obligó a parar.

Ahora se ha escapado el “cuerpo del delito”, lo ha hecho en una operación profesional y de su huida se hablará en la cronología del heroísmo fantástico de los norteamericanos por la libertad, durante mucho tiempo. Puede ser que filmen una película que rompa taquilla y que muestre a Evo Morales no como el libertador de los indiecitos del mundo, sino como un émulo de Idi Amin Dada, cercando a su país con una muralla de hierro de la cual es necesario escapar. Así de exagerados son en Hollywood haciendo sus películas.

Lo que me queda a mi es la frace lapidaria: “el tipo de salvajismo humano que sólo imaginamos en pesadillas”. Los bolivianos no parecemos darnos cuenta, porque estamos acostumbrados desde mucho tiempo atrás, como les pasa a los pueblos de cultura autoritaria, crueles con los de abajo, serviles con los de arriba. Y no darnos cuenta es la mejor manera de vivir adormilados, estancados sin desarrollo, votando por alguien como Evo Morales y militando en el proceso de cambio que promete desde hace ya una década el MAS.

15 de noviembre de 2013

¿EXPORTACION?

Más perdidos que un “masista en biblioteca” los cocaleros han anunciado la necesidad de otro estudio (el de la Comunidad Europea no les satisface) que investigue la cantidad de hoja de coca que se exporta a los países vecinos, y han adelantado un dato parcial que ellos calculan, con el objetivo de añadir esas cantidades a la suma que posibilitaría la legalización de 20.000 Hs o más de sembradíos, que se producen libres de controles, lo mismo que se comercializan libres de impuestos en nuestro país.


El error está en anunciarlo, porque todo intercambio con el exterior no es exportación, es tráfico, ya que la coca está prohibida de comercializarse internacionalmente, por la Convención  Unica de Viena sobre Estupefacientes; la que Bolivia denunció y a la que tuvo que adherirse casi inmediatamente de nuevo, so pena de quedar etiquetado como lo que parece ser, un Estado vinculado y cómplice del narcotráfico internacional.

Inmediatamente el Brasil y Chile se ha alertado del hecho de que los narco-cocaleros, con el apoyo del Estado plurinacional boliviano, han develado que introducen ilegalmente no solo cocaína sino coca, en los países vecinos. Ahora anuncian que mejorarán sus controles, para evitar que el tráfico de hojas de coca llegue hasta sus sociedades, perjudicando la vida de chilenos o brasileños, que son naciones que crecen y se desarrollan mejor que las otras en el subcontinente.

No se puede utilizar con ningún fin las cantidades de coca para la exportación, porque la exportación está prohibida internacionalmente, la exportación es tráfico, la exportación es un delito. El que sume, es cómplice.

28 de agosto de 2013

¿QUE PASA CON BRASIL?

Brasil ha tenido que recurrir a un sainete teatral para solucionar uno de sus problemas con Bolivia, forzando un equilibrio entre su necesidad de actuar rescatando al Senador Pinto, refugiado por más de 400 días en su embajada en La Paz, y su imposibilidad de mostrar esa voluntad, porque hacerlo significaría exponer un acto de intervención directa sobre la soberanía de un Estado vecino.

La reacción boliviana es elocuente. Si algo parecido hubiera sucedido con la delegación diplomática de Estados Unidos o España, en este momento el Gobierno boliviano estaría ostentando alharacas de guerra, acusando a sendos “imperios”, de irrumpir a obscuras en nuestro territorio, para llevarse a un secuestrado, o algo así. Y los movimientos sociales estarían quemando banderas y pidiendo la expulsión de los embajadores y de sus porteros, si fuera necesario.

Brasil sabe lo que está sucediendo en Bolivia y lo mucho que le concierne. Sus funcionarios no se hacen problema en repetirlo a quienes quieran escuchar en un marco mínimo de confianzas. Ellos saben la cantidad de cocaína que atraviesa la frontera, dicen saber la cantidad de aviones que sobrevuelan su espacio aéreo todos los días para dejar su carga en Caracas, han movilizado más de 30.000 hombres para cuidar la frontera en una movilización militar sin precedentes. Bolivia es el único país entre sus vecinos de tránsito o producción de drogas, donde las agencias especializadas brasileñas no trabajan directamente y en colaboración, como en el Perú o el Paraguay.

Brasil sabe que no puede confiar en los contratos comerciales con Bolivia, por la experiencia que tiene con el gas y con las carreteras, como la del TIPNIS. Sabe de los niveles de corrupción gubernamental que afectan sus negocios. Sabe que no sabe cómo puede reaccionar Evo Morales a sus pedidos de cumplir los compromisos y hacerlo en el marco de los convenios comerciales internacionales.

El único país de la región al que no ha visitado la Presidente Dilma Rousseff es Bolivia, el único Presidente que no la ha visitado personalmente es Evo Morales. ¿Por qué? Se recuerda la última visita a La Paz de la entonces ministra Rousseff, cuando se "nacionalizó" el gas (que no es lo mismo que nacionalizar las empresas y los pozos productores, como se demostraría luego), que llegó apurada y se quedó esperando en antesala poder entrevistarse con el primer Presidente indígena de la historia universal, que no la recibió ni tuvo la gentileza de saludarla, es más, se dejo escuchar por ella, al salir apresurado de su despacho, con algo así como "y encima me mandan una mujer". Esa frase debe recordarse de vez en cuando en los pasillos del poder, allá en Brasilia.

¿Por qué Brasil no reacciona y golpea la mesa, como lo haría cualquier Estado con un vecino molestoso? Algo hay que lo obliga a montar estos actos teatrales tan costosos para su imagen internacional. Para decirlo en lenguaje diplomático, parece que el PT invirtió demasiado en apoyo al proyecto masista y está “atrapado” en ese pecado original de cuando Lula y Evo estaban empezando. Entre ambos han de tener “un muerto enterrado en el sótano” que les impide actuar, so pena que la oposición brasileña adquiera la posibilidad de armar un lío de gran envergadura, imperdonable en etapa preelectoral.

26 de agosto de 2013

El Entebbe brasileño

Si miramos bien y si las noticias que nos informan son ciertas, lo que ha hecho Brasil en Bolivia, ha sido exactamente igual que llegar furtivamente con un helicóptero a la terraza de su Embajada en La Paz, subir y ocultar a un ciudadano boliviano (a decir del gobierno plurinacional, prófugo de la justicia) que estaba arraigado, prohibido de salir del país (sin pasaporte ni salvoconducto) y llevárselo fuera. La diferencia está en que no fue un helicóptero ni un avión teledirigido, sino un auto del servicio diplomático brasileño; es una diferencia en cuanto al grado de espectacularidad.


El que de esto se haga responsable personal un funcionario de la Embajada en Bolivia forma parte del formato. Desde ya que Brasil no puede aceptar que esta fue una acción programada y consultada con meses de anticipación. El gobierno de Bolivia tampoco puede aceptar públicamente que sobre este tema han habido varias charlas, incluidas diferentes propuestas bolivianas de como encarar una huida teatral.



Otra cosa es la ineficiencia de los servicios de seguridad del Gobierno plurinacional que no sólo es incapaz de montar una fábrica de calcetines (para no hablar de una acería en el Mutún o una de litio en Uyuni) o actualizar un contrato, sino que deja pasar un automóvil a lo largo de 1.600 km del territorio nacional, sin preguntarse quién estaba dentro (mira la que armaron otros gobiernos cuando pensaron que en el avioncito de retorno a Evolandia podía eventualmente estar eventualmente Edward Snowden) y dejarlo transitar la frontera sin darse cuenta. ¿O no quisieron? Hace tiempo, cuando un automóvil diplomático de la Embajada norteamericana llevaba un par de ametralladoras que se dijo no podía transportar, ni a Choquehuanca le tembló la mano y los servicios de seguridad interceptaron el auto, lo revisaron, requisaron las armas y armaron el escándalo correspondiente. En el caso de Pinto, o son unos imbéciles o estaban de acuerdo.


Si algo así hubieran hecho los norteamericanos, así se le hubiera ocurrido al portero de esa Embajada, seguro que sería clasificado como un acto de invasión territorial y violación de la soberanía. De la dignidad ni hablar, aunque ésta depende más de lo que diga y haga ahora el gobierno boliviano, que de aquello que ya ha hecho el brasileño para cumplir con un mandato interno, que había concedido asilo a Roger Pinto, aceptando y diciéndole al mundo que en Bolivia se persigue, se amedrenta, se encarcela a la gente por razones políticas, por pensar diferente, por denunciar al gobierno sobre cosas tan serias como las que dice y seguirá diciendo el Senador refugiado, como la complicidad entre el gobierno masista y el narcotráfico, por ejemplo. La nota boliviana de protesta, se queja en cambio, contra "la transgresión del principio de reciprocidad y cortesía internacional”, más suave que tela de gamuza para limpiar lentes.


Brasil ha tendido una estrategia de primer orden, como suelen hacer en Itamaraty, que ha llevado a traslada al propio Canciller Patriota como Embajador ante la ONU, cuando Brasil va a presidir el Consejo de Seguridad, lo que es tanto o más alto que estar de Ministro en Brasilia. El ex-Embajador en La Paz, Marcel Fortunato Biato, se va de Embajador a Estocolmo, lo que no sé si será mejor o peor, aunque en los inviernos hace mucho frío. Y las expresiones de la Presidente Rousseff son de formato estándar para estos acontecimientos, ya que más o menos todos sabemos lo que ella opina de Evo Morales y su plurigobierno.


A más de llenarse la boca con la huida del Senador, lo mínimo que debe hacer Evo Morales, emulando su acción cuando su avión fue detenido abusivamente a su retorno desde Moscú, amparando la dignidad y la soberanía, es exigirle disculpas a la Presidente Dilma Rousseff y demandar a Brasil ante la OEA o llevar el tema al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (aunque eso no es aconsejable, porque lo va a presidir Patriota, el hasta hace minutos Canciller en el Brasil). Los movimientos sociales manejados y pagados por el MAS debieran organizar una manifestación y una cumbre mundial, pidiendo la expulsión de esa Embajada y quemar banderas brasileñas frente a la sede diplomática.


Lo demás es una impostura… pero ya nos tienen acostumbrados.

10 de julio de 2013

CONDUCTORES

Nadie pone en duda que la actitud de algunos países europeos con relación al vuelo de retorno del Presidente Morales fue al menos desgraciada. Tampoco se duda de las muestras de solidaridad y apoyo sinceros de propios y extraños que provocó dicha situación, obligando hasta a los más indiferentes a pronunciarse en favor de una exigencia necesaria: explicaciones y disculpas, para pedir lo menos.

Pero expresiones como las del Presidente Maduro en Venezuela, advirtiendo que en represalia, si el Presidente del Gobierno Español se animara a sobrevolar su avión por esos cielos, sería obligado a aterrizar y se le requisaría la nave en busca de drogas y del dinero que roba desde su gobierno, no parecen venir al caso; eso sí, son exageradas y fuera de contexto.

Utilizo ese ejemplo para no repetir las tonterías que se han dicho en nuestro país, desde acusaciones de rapto hasta incriminar de terroristas a gobiernos tradicionalmente amigos, hasta expresiones de los más hondos complejos, como afirmar que esto se debe a que se trata de un indígena, como si esos racismos pesaran realmente, más allá de la imaginería de nuestras autoridades en Bolivia.

Los dirigentes políticos de los gobiernos de la ALBA han competido en decir sandeces, a cada cual más elevadas de tono, como dándose cuerda los unos a los otros, llegando a estados de excitación tales, que no hubiera sorprendido a nadie que alguno de ellos, para ganar medallitas frente a los demás, terminara por expulsar una o varias embajadas.

Los pueblos, azuzados por semejantes ímpetus, han de creer como verdad estas afirmaciones, parecidas más a un sainete de vodevil que a la responsabilidad de dignatarios, conductores de pueblos y naciones. Y deben sentir que se les sentó la mano, incluso días después, cuando seguimos dale que dale con el asunto, como en una cantaleta inacabable, mientras que en el España, Francia o Italia ya dieron vuelta la página y cerraron el tema, pues tienen otros asuntos que atender, a más de dar explicaciones a un par de exacerbados brabucones.

Personajes que además no tienen el valor moral para representar semejante bochorno, luego de que el Brasil mostrara que iguales o peores cosas se hacen con aviones extranjeros que visitan territorio boliviano. ¿Con qué cara le reclaman a alguien, cuando saben que ellos mismos cometen las mismas imprudencias y groserías con otros Dignatarios de Estado?

El caso es que en foros internacionales, acostumbrados al exquisito hacer de las más altas diplomacias, las expresiones vertidas correspondían más a una charla de camioneros en un bar nocturno de tránsito en un cruce de caminos, que a un sitio donde los representantes asisten a solucionar problemas. En fin, cada quien da de lo que puede dar, y como dice el viejo decir «quod natura non dat, Salmantica non prestat»

Y así estamos.

21 de junio de 2013

MÁS SOBRE EL "EVO-CUMPLE"

Samuel Doria Medina dice que no debemos caer en la trampa de desviar la atención hacia él y dejar de observar el programa "Bolivia Cambia - Evo Cumple" porque a Quintana y a García Linera se les ocurrió desviar la atención hablando de su pasado. Lo que se está cuestionando en el país es esa caja negra que utilizó dinero público para satisfacer la voluntad y los caprichos del déspota o tirano de turno; no se trata de discutir ahora sobre la vida de Samuel. Si el Vicepresidente García Linera, mostrando su cara obscura, lo quiere seguir insultando, amenazando y lo quiere investigar con comisiones y detectives, todos masistas obsecuentes a su mandato, que lo haga él. No caigamos en la trampa.


Lo que el gobierno debe decirle al país es cuanta plata entró al programa Evo-Cumple, quienes fueron los donantes; se sabe de Venezuela pero el propio Presidente Evo ha dicho que también hubo dinero de la China que no figura en ningún registro contable. Si eso es así, cualquiera pudo haber puesto dinero, incluso dinero negro proveniente del terrorismo iraní, o del narcotráfico internacional (no estoy afirmando que así sea, estoy suponiendo que dado lo hermético del asunto, cualquiera pudo contribuir sin que nadie lo sepa), del trafico de armas o personas, con las consecuentes derivaciones en la destrucción de la ética gubernamental, que tanto costó construir los últimos treinta años (aunque esa es también otra discusión que no corresponde ahora).


Se debe explicar cuales fueron los mecanismos para elegir los proyectos en los que se gastó el dinero, sean cuales sean. La sospecha lleva a pensar que se trató de un uso discrecional dispuesto según capricho del Presidente y de los donantes, vale decir que al Presidente se le ocurría por algún motivo apoyar algo o a alguien porque lo consideraba y comprometía, sobre ese criterio absolutamente personal, el uso del dinero. Podría ser que algo parecido pasara con los donantes, que el Embajador venezolano en sus visitas o acompañando a Evo se le ocurrí algo y para allá partía la platita.


Se debe decir también cómo se administró y controló el gasto y como se controló su uso. Lo que se ve hasta ahora muestra que se entregaba el dinero directamente a un alcalde, a un dirigente sindical o un compadre masista beneficiados y que estos podían hacer lo que quisieran con él, sin rendir cuentas, sin que nadie los controlara. Así contrataron a quienes quisieron sin respaldo alguno, pudiendo ser a parientes, gente amiga, otros masistas que dispusieran comisiones, etc. La idoneidad de los responsables de la ejecución de los proyectos está en duda y no hay mejor muestra que los resultados, más de un tercio de lo proyectado está inconcluso y abandonado y las empresas o personas responsables se han ido. ¿Y el resto, que se concluyó o se está concluyendo? ¿Quien certifica la calidad, el costo, la durabilidad, etc.? Esto puede haber sido una repartija de ganancias personales a borbollones.


Se entiende así que cuando el programa se cuestiona vengan los alcaldes masistas, uno tras otro, a apoyar el programa, a decir que es lo mejor que se hizo nunca en la historia patria. La cantidad de plata que se habrán embolsillado algunos...


Finalmente el gobierno debe explicar si la forma de manejar el dinero en el Evo-Cumple es similar y se aplica en otros casos. El hecho de que a disposición pública estén los presupuestos nacionales de los últimos ocho años, pero no la ejecución de los mismos, podría llevar a pensar que así como se administró el programa "Bolivia Cambia - Evo Cumple", se podría estar gestionando el conjunto del dinero del Estado plurinacional. Esto explicaría la sensación de la corrupción creciente, la falta de capacidad operativa de las empresas públicas, la falta de transparencia a la hora de informar sobre los gastos, en fin, daría cuenta del siniestro despilfarro e irresponsabilidad de un gobierno que en nombre del pueblo y de los más pobres ha dilapidado la riqueza que le tocó administrar.

12 de junio de 2013

UN DAKAR JUSTICIERO

Se ha iniciado una campaña mundial contra la corrupción en la justicia boliviana. Las próximas semanas seremos testigos de un inusual tipo de activismo internacional al que los bolivianos no estamos, ni de lejos, acostumbrados.

Para mirarlo desde el lado bueno, hay que reconocer el aporte del Estado plurinacional: Bolivia ha dejado de ser un lugar anónimo y desconocido; la cantaleta del mar es algo que en el mundo se sabe desde siempre, de la coca-cocaína se viene hablando desde hace algún tiempo, pero esta nueva faceta nos era desconocida hasta ahora.


Varios congresistas norteamericanos han firmado un pedido dirigido a empresas e instituciones solicitando lo que pidió Sean Penn: que la carrera del Dakar suspenda su tránsito por Bolivia, hasta que se libere a Ostreicher de las manos corruptas de fiscales y jueces, que según dice haber conocido, responden más a intereses espurios del gobierno boliviano, si no a redes de extorsión que se enriquecen a costa de los acusados.

Cuando Penn, el Embajador de causas nobles (gran actor, amigo de Chávez, de Ortega y de cuanto prototiranuelo asoma por el continente), nombrado así por el mismísimo Evo Morales, denunció el caso Ostreicher y abrió las puertas para que conociéramos la poderosa red de masistas extorsionadores, describió su visita a las cárceles en nuestro país, diciendo que aquí “miles de prisioneros viven rodeados del tipo de salvajismo humano que sólo imaginamos en pesadillas”.

Y parece que los bolivianos estamos acostumbrados a ello, como a otras cosas estrafalarias; cuando uno está acostumbrado a algo eso suele pasar desapercibido de tanto estar ante nuestras narices, uno hace como que no las ve. Por ejemplo, no vemos nuestros minibuses, creemos que el transporte es así en todo el mundo y si no hemos salido de nuestro barrio (nadie tiene obligación de hacerlo) ni siquiera podemos imaginar las comodidades de un metro o un bus, limpios y cómodos, con calefacción o aire acondicionado.

Tiene que venir alguien de visita y contarlo fuera (como les pasó a los argentinos con el tango): “No imaginas cómo viajan los paceños, doblados en cuatro”. O, “conozco un lugar donde los fiscales y los jueces están todos comprados”. O, “no puedes concebir un país donde el Presidente se jacta de no haber leído un libro”. Y si quien lo grita a sotavento ha ganado un Oscar en Hollywood, se sienta entre parlamentarios y políticos progresistas del mundo y sale en la tele todos los días, puede hacérnoslo creer hasta a nosotros.

Cuando Sean Penn dijo lo de sabotear el Dakar pareció una salida más bien testimonial, una iniciativa personal. Pero olvidamos que ya con un par de sus declaraciones la justicia boliviana fue desnudada y no se mostró nada bien en sus paños menores. Penn no es solo el maravilloso actor de Milk o El Árbol de la Vida, sino un activista de la izquierda democrática norteamericana, con seguidores e influencia practica en muchos lugares del mundo.


O sea que norteamericanos, europeos, chinos y japoneses van a iniciar una recolección de firmas (medio millón, dicen) para pedir que el Dakar no pase por Bolivia, para denunciar que los bolivianos vivimos entre la corrupción más extrema, de un sistema judicial que amenaza, persigue, encarcela, obliga a huir a la gente, por razones extrajudiciales, políticas más bien, la más de las veces.

Pasen o no pasen por aquí las motocicletas del Dakar (porque los autos de verdad no van a venir), yo... en minibus, a descansar leyendo un libro en casa.

31 de mayo de 2013

LA ESTRATEGIA ENVOLVENTE INTERNACIONAL

La situación del Estado plurinacional boliviano está cada día peor en el mundo y entre nuestros vecinos. Y no afirmo esto por autosatisfacer mi obsesión opositora de todos los días, que ya hasta pena da esto de despotricar contra el régimen sin que pase nada; lo hago para que quede claro lo que vendrá sobre el país –más temprano que tarde, conforme pasan los días- cuando se derrumbe el castillo popular de naipes plurinacionales, que en el mundo mundial se conocen más bien como bolivarianos.



¿En qué lugar de la estrategia marítima estaba lo de retirar de la Agenda de la Asamblea General en la OEA el tratamiento de nuestro centenario reclamo, después de 34 años de soberbio sostenimiento? El estilo masista de trabajo “envolvente” funciona dentro de casa, donde se puede improvisar imponiendo la fuerza y el desorden de la voluntad de un grupo incompetente empoderado, pero no hacia afuera, donde la profesionalidad y la cautela debieran primar siempre. Ahora resulta que la demanda marítima ante los tribunales de La Haya es nuestra prisión y que no podemos hacer nada antes de tratar el tema en esos estrados, otorgando una gran concesión a Chile al hacer absolutamente bilateral este asunto. ¿Quién lo pensó? ¿Quién asume la responsabilidad de este autogol?

La casi ruptura de relaciones con estado Unidos de Norteamérica es un llamado de atención a la comunidad internacional, que ha de evaluar de manera contraria a nuestros intereses esta situación. La Embajada, la DEA, la NAS y finalmente USAID son el resultado de la presión cocalera del Chapare cochabambino, el resultado de una nefasta gestión que no puede dejar sino un tufillo a coca y a cocaína. Solo los países de la ALBA pueden comprender nuestra determinación revolucionaria, pero la ALBA está sufriendo momentos terminales y su opinión no vale casi nada.

Es cierto que la política antidrogas de Estados Unidos está cambiando radicalmente y dejando de ser una guerra para pasar a contar con una estrategía más integral e inteligente, pero en un mundo donde la colaboración entre países, instituciones, asociaciones e incluso personas es el motor principal del desarrollo, perder este nexo es un salto atrás difícil de aquilatar ahora; más aún cuando la retirada de EE.UU. nos deja en manos casi exclusivas de lo que diga y haga el nuevo gigante de la región, Brasil, que ese si está aquí al lado.

El Brasil empieza a dar muestras de enojo. Nuestro principal comprador de gas y potencia regional indiscutible, podría esperar algo de mayor consideración de su vecino. Lo del Senador Pinto asilado sin salvoconducto en la Embajada brasileña en La Paz ya es un exabrupto; lo de los hinchas futboleros presos en Oruro es otro gafe que han dejado pasar. Pero lo que no pueden y no dejarán pasar es la cantidad creciente de cocaína que desde el Perú y Bolivia les llega a través de nuestras fronteras. Y este problema es extensible al resto de los vecinos, cada vez más preocupados.

La Bolivia plurinacional, bajo la hegemonía campesino-aimara (de originaria, nada) mira el Pacífico y se olvida de Brasil. Esto no sería un grave problema, si se circunscribiera a la incapacidad e inoperancia de generar políticas hacia el Pacífico, como lo viene demostrando hace años la Cancillería –seguramente plurinacional– , que eso se solucionará en algún tiempo, cambiando a los actuales administradores; lo tremendo es olvidar la Amazonía, sobre todo Santa Cruz, que carente de una élite política con proyecto propio, está entregándose cada día más a la influencia e intereses de la potencia vecina.

Por otro lado, Sean Penn ha demostrado que el imperialismo tradicional tampoco se ha ido del todo, está mirando desde palco. Basta la opinión de un actor del cine norteamericano para que se descalabre todo y quede al descubierto la trama de corrupción, extorsión, utilización de la justicia… o como dice Penn, un mundo donde “miles de prisioneros viven rodeados del tipo de salvajismo humano que sólo imaginamos en pesadillas”. Ese mundo que denunciamos cada día los ciudadanos en Bolivia, pero que solo se ve cuando se trata el tema en California.

¿Y qué decir del Irán, que nos inserta cada día a la lista de naciones peligrosas? ¿No se está encubando ahí un riesgo de grandes dimensiones, sin que pueda venir ya el Comandante Chavez u otro Chapulín de la ALBA a salvarnos?

Pero todo eso importa poco. De lo que se trata finalmente es de Vivir Bien, de que Bolivia Cambia y que Evo Cumple.

17 de abril de 2013

¡TIENEN UN PLAN!

El masismo venezolano (allá se llaman chavistas) acusa a Capriles de tener un plan, como si ellos no tuvieran otro u otros varios, según la contingencia. Lo peor sería que Capriles no tuviera un plan y que la recuperación de la democracia en Venezuela estuviera en manos de un grupo de improvisados que van tomando decisiones según vienen los acontecimientos.

Que detrás de Capriles estén los poderes de occidente es otro cantar, mitad verdad mitad mentira, fruto también de la esquizofrenia paranoica con la que los populismos autoritarios leen la realidad del mundo: un cerebro que planifica el dominio del planeta para beneficiar a las transnacionales y al perverso capital, para lo cual tienen que someter (ni más ni menos que) a los gobiernos del ALBA, mientras los otros países retozan y crecen en el vecindario, gozando de mejor salud y democracia.

No todos los planes salen como quisiéramos. Siempre hay el imprevisto cruel de que Chávez se nos ha muerto sin avisar y que tuvieron que sacar de la cajuela algún dirigente alternativo, sin experiencia ni brillo, para continuar con las andadas. Quién se iba a imaginar antes lo del pajarito chiquitico; pero así es la vida y hay que meterle nomas… dicen que con Diosdado les hubiera ido mejor, aunque pesaban dudas sobre su relación con el narcotráfico.

Planes más y estrategias menos, las cosas han quedado así. No se sabe quién ha ganado en Venezuela, porque ambos candidatos reclaman la victoria y yo me inclino por creerle a ninguno; la diferencia es tan pequeña, que descubrir un error o una ligera manipulación podría cambiar los resultados, una y otra vez. Solo hay una solución para ese entuerto: recontar los votos, uno a uno; recontar todos los votos. Lo propuso primero el Vocal (Rector le llaman allá) del Consejo Nacional Electoral venezolano, lo planteó y acepto en segundo lugar el propio ganador oficial y Presidente en funciones, Nicolás Maduro, mientras que Henrique Capriles solo se plegó a la solicitud, siendo el tercero en pedir lo que ahora exige.

Y de allí en más queda poco por hacer. O el Maduro recuenta los votos o quedará la sensación de un asqueroso fraude sobrevolando su gestión y reclamando por su ilegitimidad. O Maduro recuenta los votos uno por uno, o tendrá que detener por la fuerza las protestas de quienes legítimamente dudan de su victoria. ¡O Maduro recuenta los votos o reprime a su pueblo! Vaya manera de comenzar a gobernar el legado de Chávez, el “redentor”. Maduro convertido en un tirano, desde un inicio, antes incluso de tomar asiento en el festín populista del poder venezolano.


Yo no sé si ese era el plan, más bien creo que a Capriles esto le salió a tropezones. Pero si fue un plan, hay que contratarlos.

4 de abril de 2013

DESEANDOTE MUCHA SUERTE

Me gustó lo de Rodríguez Veltzé, una verdadera personalidad para representar a Bolivia ante el Tribunal Internacional de La Haya. Difícilmente Chile podrá superar la altura de un ex-Presidente de una Corte Suprema y ex-Presidente Constitucional de una República (antes de este Parque Temático que tenemos hoy, en este mismo lugar de Sudamérica, había una República), que es un currículo que pesa en cualquier Embajada, más aún en territorio del Reino de los Paises Bajos, que se precia de mantener uno de los protocolos más cerrados y estrictos en Europa.

Es de esperar que semejante personalidad lleve entre sus manos una demanda que presentada de buena manera, nadie pueda soslayar, y que demuestre que Bolivia tiene razón en su reclamo centenario.

En todo este zafarrancho marítimo hay una cosa que se ha realizado bien, y que parece que Evo Morales y sus muchachos saben hacer realmente, y es que el centenario problema boliviano se ha vuelto un problema de verdad; la comunidad internacional se ha visto ante un pataleo que no es de ahogo aunque parezca, sino rabieta desorganizada, pero rabieta al fin. Hay un país que no olvida, que reclama, que puede improvisar cosas, porque ese es el Presidente que tenemos, que no tiene vergüenza (ni ajena ni propia) de soltarlas en público, para mal de nuestros adversarios, que se deben preguntar qué hacer con sus vecinos del norte, que por sobre todas las improntas y el ridículo al que se exponen muchas veces, pueden sorprender por imprevisibles.

Quiero decir que a veces eso de andar por la vida tan perdido como un masista en biblioteca no había sido tan-tan malo, puesto que desconcertó por un momento al adversario chileno, que no reaccionó bien ante tal rabieta, con un soberano “cocacho” (que a muchos cuicos, ganas no les debe faltar), porque se vería feo, demostraría que Chile no tiene voluntad de arreglar las cosas por las buenas, como repiten siempre y en todos lados. Parece que valió la pena por un rato esto de darle al asunto por arriba y por abajo, bilateral, trilateral, multiplurisuperlateral, a charangazos, el foros donde no correspondía, por donde se pueda… incluyendo la ridiculez de las medallas a los soldaditos extraviados allende la frontera, hasta eso sirvió para algo.

Lo de Rodriguez Veltzé es diferente. Llama la atención, por raro. Podían, en su lugar, haber nombrado a un dirigente cocalero como están acostumbrados, por méritos sindicales y sin títulos universitarios, a ver que vaya a La haya a propagar nuestra cultura original y milenaria, como enseñan hoy en la Academia ex-Diplomática en Cancillería, a khoar una mesa de brujos andinos o a mostrar lo colorido de nuestros ancestrales bailes, porque no supiera hacer otra cosa; haber si así convencemos a esos jueces y les ganamos la batalla judicial que hemos abierto. Suerte que no pasó, como en muchos otros casos.

¡Que sea el fin de la improvisación!

¡Felicidades Eduardo, y muchísima, pero muchísima suerte! Estamos para lo que necesites. Porque acompañado como vas de acompañado, vas a necesitar suerte, realmente.

6 de marzo de 2013

Y COLORÍN COLORADO...

Mi abuelo me llevó un día a la calle para ver pasar un ataúd. La gente lloraba parada en las aceras y al acercarse el féretro llegó al paroxismo; recuerdo una anciana corriendo entre el gentío, gesticulando a gritos como si hubiera muerto el mismísimo Jesucristo; pero no, quien cayó abrazado entre las llamas de su helicóptero un 27 de abril de 1969, era el Presidente de la República (entonces pretendía haber una República), Gral. René Barriento Ortuño, líder carismático que movía masas indígenas arengándolas en quechua, repartiendo billetes y prometiendo el oro y el moro desde un “pacto militar-campesino” que se inventaron y que funcionaba tan bien como los “movimientos sociales” de ahora. Unos lloraban y otros no; recordemos que fue en ese tiempo que mataron al "Che" Guevara, paladín de la igualdad, la liberación y el "hombre nuevo", y muchos creerían que se trataba de una muerte presidencial bien habida y celebrarían a puerta cerrada, en la privacidad de sus casas.

Ya de joven, estudiante de sociología y ciencia política en la Complutense de Madrid, supe que un lustro antes, el año 1975, la muerte del Gral. Francisco Franco convocó al luto y a la pena, cuando un 20 de noviembre parecía llorar el Reino entero y la gente colmó sus calles; pero luego me contaron a hurtadillas que todos los supermercados, los almacenes y hasta las tiendas de barrio acabaron con las existencias de champan, fueran cuales fueran los orígenes, las marcas y la calidad de esos vinos espumosos que se usan para brindar en las grandes ocasiones.

A la inversa, la muerte de otros dictadores, que fueron derrocados como en Irak o en Libia estos últimos años, convocaron a los vencedores a derrochar alegrías y a bailar la fanfarria de un asomo de libertad que no llegó aún al final de los finales, mientras en sus casas otros lamentaron y se entristecieron en silencio por la pérdida de quienes consideran verdaderos libertadores con mayúsculas.


Es la muerte de los caudillos.

Venezuela llora hoy en las calles, el luto y el dolor embargan las manifestaciones, porque ha caído una de las figuras descollantes del poder latinoamericano; ha concluido su ciclo un nuevo Perón, como fuera ese otro coloso del poder en Argentina, un gigante de los desarrapados, de los más pobres. Otros, en privado, celebran este final sin hacerlo notar, festejan la muerte del tirano, de aquel que en nombre del pueblo le puso tranca al desarrollo de la nación y la llevó a la cima de la corrupción, la inseguridad y el desastre económico en medio de tanta plata chauchitada a puro mal utilizar.

El momento final de los caudillos.


Y todos tenemos la razón.

15 de octubre de 2012

10 de octubre de 1982

El 10 de octubre de 1982, yo tenía apenas algo más de veinte años y vivía en Madrid, estudiando sociología en la universidad; pero además era representante del Movimiento de la Izquierda Revolucionaria ante el Partido Socialista Obrero Español y otras organizaciones políticas y partidos de la reciente democracia en esa parte del mundo (el caudillo Francisco Franco había muerto el año 1975); Felipe Gonzales Márquez no era aún el prestigioso estadista como se lo conoce hoy, ni había logrado la Presidencia del Gobierno en España.



El MIR mantenía organizada en Europa una estructura de apoyo que funcionaba desde principios de los años 70 y que coordinaba entre bolivianos y europeos las relaciones de solidaridad y apoyo con la democracia en Bolivia; estábamos en varios países, pero principalmente en Alemania, Belgica y Holanda, desde donde una oficina en Amberes gestionaban proyectos para el desarrollo, en Bolivia o algún otro país que caía en la bolsa de refilón, porque gran parte del dinero venía a esta tierra sudamericana para apoyar la resistencia organizada contra la dictadura militar del Gral. Banzer. España no proporcionaba dinero pero si proyectos, y desde allí se sostenía el importante relacionamiento político, que repercutía en toda Europa, desde donde miraban a los españoles como el puente hacia Iberoamérica y lo que ellos opinaban se escuchaba con respeto, finalmente quienes mejores en Europa para conocer lo que aquí pasaba. Nuestro trabajo era trascendente.

Viajé a Madrid por primera vez el año 1978, a modo de darle satisfacción a mi madre que sostenía que un día de esos los milicos me iban a matar, por lo de andar pintarrajeando paredes, transportando panfletos prohibidos y asistiendo a reuniones clandestinas en la universidad; a pedido suyo me presenté a un examen para el ingreso ala universidad española ante la Embajada del Reino y lo aprobé, lo que me permitió levantar vuelo, el más largo en mi vida (hasta ahora me dura) y llegar a Madrid a estudiar la licenciatura en la Universidad Complutense. En el camino al aeropuerto, en el Paseo del Prado en la ciudad de La Paz, una compañera española, Raquel Jimeno (†)  a la que apodábamos Batu, por baturra, me entregó una carta de presentación a los miristas en España, lo que me permitió continuar desde lejos la aventura iniciada un par de años atrás en el Frente Universitario en la Universidad Mayor de San Andrés, y que duró hasta que el MIR dejó de existir.

Lo de llegar a ser representante del MIR en España, a mis tan pocos años, fue fruto de un sostenido trabajo que heredé primero de Fernando Aguilar Vasquez (†), quien retornó en diciembre de 1978 a su Cochabamba querida habiendo terminar un posgrado en cine, y que cristalizó cuando Carmen Pereira Carballo se fue de Madrid rumbo a Washington, donde Jaime Paz Zamora se reponía de las heridas y laceraciones sufridas cuando la caída de la avioneta en la que viajaba y de la que fue el único sobreviviente, en plena campaña electoral de 1980. Carmen se fue y me tocó reemplazarla, trabando así amistad con los dirigentes del PSOE, de los sindicatos y asociaciones de solidaridad, y del PCE, un partido comunista que terminó apoyando la monarquía y que renegó de la dictadura del proletariado, hasta engrosar las finas de la izquierda democrática europea, con la que yo terminaría identificado. Algo parecido pasaba en Bolivia con lo que llamamos “la izquierda viable”, el socialismo se podía construir paso a paso, en victorias parciales, para beneficio de los y las trabajadores(as) y las “grandes mayorías”, respetando las reglas y artes democráticas y la libertad. "Socialismo, Democracia y Libertad", era la consigna. Treinta años después sigo creyendo lo mismo.




El año 1982 fue un año clave para la democracia, en Bolivia y en España. En Bolivia se reconoció la victoria de la Unidad Democrática y Popular haciendo de Siles Zuazo el primer Presidente de nuestra primavera democrática que hoy empieza a languidecer, y en España los socialistas ganaron el gobierno en el que habrían de mantenerse durante 14 años bajo la conducción de Felipe Gonzales Márquez, un líder que conocí bien, porque al estar mi casa muy cerca de la vieja sede de ese partido, en la calle Santa Engracia casi haciendo esquina con Cuatro Caminos, solía llegar yo muy temprano a organizar mi trabajo y como las oficinas de Relaciones Internacionales estaban también en el sexto piso, Felipe, que llegaba antes que nadie, le daba vuelta al basurero en la puerta de su oficina y se sentaba allí a leer el periódico mientras esperaba la llegada de su secretaria, momento que era espléndido para conversar con él, de América Latina, de Bolivia y del MIR de ese entonces, que estaba como mi cabeza, lleno de sueños y de esperanzas.

Antonio Aranibar me había llamado a finales de septiembre por teléfono para instruir que allí donde hubiera representantes, se debía conseguir que los políticos amigos más destacados viajaran a La paz, porque D. Hernán Siles Zuazo no podía estar solo el día de su posesión; debían acompañarlo destacados líderes del mundo, como que así fue. Pero para mí eso era un problema, España estaba en pleno proceso electoral que ganarían nuestros amigos socialistas y nadie podía dejar la trinchera de campaña, por lo que decidieron enviar a La Paz a un querido socialdemócrata ya entrado en años, que para ese entonces era el Alcalde de Zaragoza.

Yo me sentí muy mal, imaginaba a Felipe Gonzales o a Alfonso Guerra al menos, acompañando una delegación solidaria. Entonces se nos ocurrió una idea en el grupo de miristas en Madrid y la compartimos con lo que restaba del Consejo de Defensa de la Democracia, que sin muchos ánimos decidieron apoyarnos: Demos una recepción –dijimos–, a la que invitemos a lo más connotado de la política, la cultura y la sociedad española, en nombre de Siles Zuazo y Paz Zamora, para festejar el nuevo gobierno democrático en Bolivia.

El CONADE tenía un prestigio bien ganado, porque cuando el golpe de Estado encabezado por García Mesa, fue con ellos que tomamos la Embajada de Bolivia a la fuerza y nos mantuvimos en ella varios días, en pleno Paseo de la Castellana, denunciando desde allí a la narcodictadura militar que duró tan poco. Fue desde las oficinas del Embajador William Bluske Castellanos, quien nos dejó hacer lo que debíamos hacer, como a buenos muchachos, hasta que llegó el representante de García Mesa y se sentó en ese escritorio diplomático, para su vergüenza, por el desprecio del mundo a su investidura. Manfredo Kempff Suarez se llamaba y fue durante meses el Embajador de la narcodictadura, mientras yo encabezaba la representación de la resistencia democrática. Teníamos ganado un lugar en la política democrática española.

Así que me fui a pedir ayuda a los amigos y me recibió el mismísimo Alcalde de Madrid, D. Enrique Tierno Galván, socialista de prestigio, quien luego de escucharme y emocionado por lo que estaba sucediendo en la épica historia en el centro de Los Andes, me regaló un fajo de billetes y me dijo: “haga la recepción en nombre de su país, yo estaré allí, entre los primeros invitados”.


Y contraté lo más elegante y sobrio posible, donde se realizaban las recepciones y cócteles más sonados de la política, la intelectualidad, la cultura y los de la alta sociedad madrileña, el Hotel Palace en plena plaza de Neptuno, en el centro de la Capital del Reino; preparamos los discursos, los bocaditos y el vino espumoso para la ocasión, nos vestimos de fiesta y el 10 de octubre de 1982 a las 8:00 de la noche, Juan Burgos Barrero, Carlos Agreda Lema, Mercedes Estévez Arias y yo, nos colocamos tras las puertas de los salones, para recibir a los invitados, y observamos con orgullo la fila hasta la calle, frente al Congreso de los Diputados españoles, donde estaban todos, encabezados por el Alcalde de Madrid, seguidos por el dirigente socialista Alfonso Guerra que en dos meses sería el Vicepresidente del Gobierno de España, los obispos católicos, los generales del ejército, los representantes del Rey, un grupo de altos funcionarios del Ministerio de Asuntos Exteriores, hombres y mujeres de la cultura, el Cuerpo Diplomático en pleno, con todos sus embajadores vestidos con sus mejores galas y uniformes. Hasta la Pasionaria llegó en su silla de ruedas para rendir homenaje y dar un saludo a la Democracia Boliviana que empezaba a andar.

Alfonso Guerra, Vicepresidente del Gobierno español

Enrique Tierno Galván, Alcalde de Madrid

Dolores Ibárruri, La Pasionaria

Cuarenta y dos años después, nada está perdido. Lo que debe queda junto a esta mi historia del 10 de octubre de 1982, son otras muchas historias parecidas que suman el aporte ciudadano, en todas las trincheras de la democracia, la igualdad y la libertad, que mi generación levantó para edificar un futuro de paz y de convivencia. Recordar, reconstruir, recuperar para la memoria colectiva, es volver a abrir el único camino posible para el desarrollo sostenible y equitativo de un pueblo que lo merece con creces.

Por lo demás quedan los amigos, aquellos que están en tantas partes del mundo y que compartieron y comparten conmigo las huellas que quedan de semejante camino recorrido.

19 de septiembre de 2012

Ha muerto Santiago Carrillo



El español comunista o euro-comunista que fue vital durante la transición española, luego de la muerte del caudillo y dictador Francisco Franco (1975) . Sin Santiago Carrillo es muy dificil entender la Democracia en el actual Reino de España, la consolidación de la propia monarquía, o el símbolo o emblema contemporaneo en la bandera actual de ese país. Valga este testimonio de la Cadena SER, la radio donde hasta sus últimos días Santiago Carrillo reflexionó y habló sin limitaciones, como un homenaje personal a esa excepcional figura:



 

29 de junio de 2012

BLANDO Y FLEMOSO

El suceso paraguayo, mostró de pronto y sin aviso que un Presidente podía ser destituido en apenas un zipizape, que duró un día y medio, de juicio sumarísimo, sin opción a defensa verdadera, y puso sobre el tapete del debate latinoamericano lo que está pasando con la institucionalidad democrática, cada día más débil y venida a menos. Una pena por Lugo que no merecía tan injusto desenlace y una pena por Paraguay, que demostró ser una nación bananera, como aquellas otras que cohabitamos en la región.

En la Bolivia plurinacional han pasado cosas parecidas, no con el Presidente, que muy asentado está sobre sus mayorías, populares y parlamentarias, que le garantizan gozar y abusar de su inmerecido pero legítimo poder, sino sobre los desgraciados gobernadores de departamentos de la fugaz “Media Luna” opositora, que sufrieron iguales arbitrariedades, teniendo que irse, sin que nadie pudiera defenderlos, a pesar del voto popular que los ungió en su momento.

Esto como introducción, porque a lo que quiero referirme es a la inconsistencia discursiva que se ha mostrado en Bolivia alrededor de este problema venido de Asunción. Inconsistencia que viene atravesando transversalmente los discursos de la política nacional (parte de la cultura política del desafortunado populismo boliviano, acunado con el MNR y ensalzado al límite por el MAS, pero del que no está exenta la oposición en su conjunto), quitándole contenido y sobre todo, restándole una cualidad indispensable a todo político(a): la falta de compromiso, la blandura flemosa entre lo que se piensa, lo que se dice y lo que se hace. Esa ha sido en otras partes (también en Bolivia lo hubo) y durante siglos, una cualidad de los gobernantes; de los grandes gobernantes, que marcaron el destino a las naciones.

El cortoplasismo boliviano en la política nos va a hundir en la desconfianza permanente, acentuando este creer que las cosas se dicen y se hacen solo para beneficio particular en la coyuntura; el estar al sol que mejor calienta ese ratito nomás. Lo de Lugo es un gran ejemplo.

La oposición democrática en Bolivia, si quiere ser consecuente con su rechazo a lo que ha denominado golpe institucional contra los gobernadores departamentales, Leopoldo Fernández en Pando, Cossio en Tarija o Suárez en el Beni, no puede apoyar ni justificar, en ningún caso, la destitución del Presidente Lugo en el Paraguay, que siguió el mismo camino.Al revés, el Gobierno boliviano, etnonacionalista y autoritario, que impulsó y reconoció la destitución de facto de los gobernadores y alcaldes de la oposición, utilizando maniobras arteras pero eficaces, no puede defender a Lugo, que fue destituido también bajo el imperio de las leyes paraguayas.

Lo demás es puro acomodo.