Nadie pone en duda que la actitud de algunos países europeos con relación al vuelo de retorno del Presidente Morales fue al menos desgraciada. Tampoco se duda de las muestras de solidaridad y apoyo sinceros de propios y extraños que provocó dicha situación, obligando hasta a los más indiferentes a pronunciarse en favor de una exigencia necesaria: explicaciones y disculpas, para pedir lo menos.
Pero expresiones como las del Presidente Maduro en Venezuela, advirtiendo que en represalia, si el Presidente del Gobierno Español se animara a sobrevolar su avión por esos cielos, sería obligado a aterrizar y se le requisaría la nave en busca de drogas y del dinero que roba desde su gobierno, no parecen venir al caso; eso sí, son exageradas y fuera de contexto.
Utilizo ese ejemplo para no repetir las tonterías que se han dicho en nuestro país, desde acusaciones de rapto hasta incriminar de terroristas a gobiernos tradicionalmente amigos, hasta expresiones de los más hondos complejos, como afirmar que esto se debe a que se trata de un indígena, como si esos racismos pesaran realmente, más allá de la imaginería de nuestras autoridades en Bolivia.
Los dirigentes políticos de los gobiernos de la ALBA han competido en decir sandeces, a cada cual más elevadas de tono, como dándose cuerda los unos a los otros, llegando a estados de excitación tales, que no hubiera sorprendido a nadie que alguno de ellos, para ganar medallitas frente a los demás, terminara por expulsar una o varias embajadas.
Los pueblos, azuzados por semejantes ímpetus, han de creer como verdad estas afirmaciones, parecidas más a un sainete de vodevil que a la responsabilidad de dignatarios, conductores de pueblos y naciones. Y deben sentir que se les sentó la mano, incluso días después, cuando seguimos dale que dale con el asunto, como en una cantaleta inacabable, mientras que en el España, Francia o Italia ya dieron vuelta la página y cerraron el tema, pues tienen otros asuntos que atender, a más de dar explicaciones a un par de exacerbados brabucones.
Personajes que además no tienen el valor moral para representar semejante bochorno, luego de que el Brasil mostrara que iguales o peores cosas se hacen con aviones extranjeros que visitan territorio boliviano. ¿Con qué cara le reclaman a alguien, cuando saben que ellos mismos cometen las mismas imprudencias y groserías con otros Dignatarios de Estado?
El caso es que en foros internacionales, acostumbrados al exquisito hacer de las más altas diplomacias, las expresiones vertidas correspondían más a una charla de camioneros en un bar nocturno de tránsito en un cruce de caminos, que a un sitio donde los representantes asisten a solucionar problemas. En fin, cada quien da de lo que puede dar, y como dice el viejo decir «quod natura non dat, Salmantica non prestat»
Y así estamos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario