¿Dónde estaba Michel Bachelet, la Presidente de Chile, mientras Morales Ayma armaba la conferencia de prensa para anunciar el apresamiento de dos carabineros chilenos despistados que cruzaron sin nuestro permiso la frontera?
Bachelet y Pedro Pablo Kuczynski estaban en Lima celebrando un encuentro trascendental jamás alcanzado entre ambos países en toda la historia, firmando más de cien acuerdos en todas las ramas y materias susceptibles de cooperación binacional, como Estados modernos mirando hacia el futuro y en el marco de la Alianza del Pacífico, con Asia y Oceanía al frente, esperando con sus mercados abiertos para intercambiar desde materias primas, manufacturas, tecnología y conocimiento.
Mientras nuestro magnánimo Presidente debatía si devolverlos o no a su país de origen y montaba con ello otro de sus shows con los que nos distrae a los bolivianos, Perú y Chile estaban acordando su integración energética que permitirá la unión de sus sistemas eléctricos, o la supresión del roaming en sus comunicaciones telefónicas entre celulares, de manera que marcar en Santiago para llamar a Lima será como hablar dentro del mismo país, superando distancias y fronteras.
Mientras la caterva de masistas le llamaba “estadista” a Morales Ayma por decidir por encima de las leyes bolivianas la extradición de los policías chilenos y devolverlos a casa con sus mamás y sus hijitos (como recalcó Morales para explicar su sensibilidad humanística), Perú y Chile, firmaban la estabilidad y seguridad de las inversiones en el sur y en el norte respectivo de ambos países, solidificando una frontera que cada día crece más y nos deja lejos y apartados, a nosotros, que seguimos esperando embriagados de patriotismo hueco el otro show de La Haya que los invite a dialogar y negociar a los chilenos dentro de algunos años.
¡Por favor! Es que da rabia constatarlo, que en este caminar grotesco y sin destino, en varias cosas, como la relación con los vecinos, hemos retrocedido cien estos últimos diez años.
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