1.- La ciudadanía ha reaccionado definitivamente y sin retorno, frente a los acontecimientos políticos y económicos, expresado su descontento. Seguramente los motivos son diversos y no se debe afirmar que se trata de una voz unívoca, sino al contrario, ninguno de los grupos, personas o líderes que hemos procurado este resultado, puede arrogarse la victoria del rechazo como si fuera propia.
2.- El gobierno deberá entender que se le está solicitando un cambio de actitud y de perspectivas en el manejo de los aparatos estatales bajo su responsabilidad. Ha llegado la hora de un alto en el camino, un balance profundo y de rectificar las equivocaciones, abriendo la escucha y atención a opiniones diferentes, con las cuales consensuar las decisiones que quedan por tomar y administrar los próximos tres años de gobierno del MAS.
3.- La oposición tiene que aprender que la unidad hace la fuerza. Que si los opositores (en un espacio político que va desde el liberalismo social hasta el socialismo democrático, incluido el ecologismo emergente y el indianismo democrático) al modelo neopopulista del etnonacionalismo autoritario, caminamos en una sola dirección, el MAS no volverá a ganar otras elecciones. Pero si la unidad no se logra construir y consolidar por sobre las aspiraciones y los proyectos personales de algunos dirigentes que creen que son irremplazables y únicos, volverá el MAS a aprovechar de la dispersión y el desacuerdo.
Esta responsabilidad pesa sobre las personas que de manera lúcida, hamos demostrado un compromiso militante con la democracia. Ya no podemos permitirnos el lujo de la desunión. Es imprescindible un impulso de unidad que abarque todo el espacio democrático no populista, no étnico, no racista y no excluyente, para garantizarle a la población que su voto de descontento y rechazo ha sido escuchado y tomado en cuenta, como una consigna de lucha central e insoslayable.
Propongo construir una Mesa Ciudadana de Unidad Democrática, que trabaje desde abajo con las instituciones, grupos, movimientos y personalidades que, sin exclusiones, estén aptas y habilitadas para enfrentar este desafío; sobre todo los y las más jóvenes, que han demostrado las últimas semanas, que están dispuestos a una batalla democrática en nuevas condiciones y con reglas renovadas. Una Mesa de Unidad que provoque una reacción de la ciudadanía y la opinión pública, que estigmatice y haga imposible todo intento personalista de fragmentación de lo que el voto rechazo de hoy nos está mostrando y reclamando.
Plenamente de acuerdo, pero lo considero muy utopico, nuestros politicos son muy ambiciosos.
ResponderEliminarEl país necesita con mucha urgencia construir una o varias iniciativas que conduzcan a la estructuración de nueva opción, pues hay millones de bolivianos que deambulan en un mar de impulsos que terminan al momento de nacer, no hay que permitir que lo perfecto se interponga con la realidad y la propia dinámica de los sucesos humanos. Hoy existen poderes que se han mimetizados en la sociedad, postergando las necesidades del pueblo, los negocios a corto plazo han puesto en riesgo los valores democráticos, que al parecer poco importa a la hora de las prioridades. Se ha perdido totalmente la agenda del país y el contacto directo con los legítimos intermediarios de los estamentos sociales y a aquellos que se han ido aislando en su propio liderazgo, hay que salir de la política de la subsistencia y recuperar la finalidad de esta actividad humana de construir el mañana, la magia del talento humano unido a la demanda social de reinventar el sendero del reencuentro nacional, refirmando que Bolivia es una y su diversidad la fortaleza y no la divide ninguna supremacía. Hay que permitir que el brillo del futuro se sobreponga a las negros deseos autoritarios, el siglo XXI trajo el fin natural de muchos liderazgos, pero también miles de oportunidades que hasta ayer se las seguían limitando, el trabajo es arduo y por ello un verdadero reto, para hombre y mujeres que ya han dado prueba de su valor y para los que esperan ser parte de este nuevo desafió democrático.
ResponderEliminar¿Cuando empezamos? pues el viento del verdadero cambio es favorable y el nuevo amanecer acelera el ritmo de la convocatoria nacional, pues no dudamos que la convicciones de miles se sobrepongan a los intereses de una parte, que el tiempo se ha encargado de corroer y la vanidad se ha encargado de aumentar la distancia con aquellos que hasta ayer los consideraban apóstoles del socialismo y hoy son autores de tantas atrocidades, indignados al conocer la realidad acerca de estos tiranos corruptos, que en la búsqueda de sus intereses no han respetado ni sus propios llamados hermanos de lucha.
Si llego el momento de proponer caminos, con toda la experiencia y la energía que ha traído esta nueva década del siglo que apenas empezó, con una marcada independencia que tienen los electores, en un fulgurante mundo de las redes sociales, donde sean hecho añicos esperanzas y apoyos incondicionales. El hambre, el desempleo y la inseguridad hoy reinan en cualquier confín de nuestra hermosa geografía, pero el centro de ella el ser humano las sigue sufriendo. Es hora de decir menos y hacer mas.
Todos los políticos en el mundo son y jan sido muy ambiciosos (imagínate un político poco ambicioso, no llegaría nunca a Palacio) pero el sentido común les indicará que en este caso y en este momento, en este nuestro país avasallado, si no ceden ahora un poquito, no llegarán a nada nunca. Se debe trabajar en esto.
ResponderEliminarpodemos comenzar a soñar/construir el país que queremos (merecemos/necesitamos) o vamos a seguir sentad@s esperando que llegue el chapulin colorado?
ResponderEliminaren estos tiempos la tecnología nos brinda una herramienta sin precedentes que nos permite comunicarnos y organizarnos para actuar unidos en busca de soluciones efectivas para nuestros problemas que bien entendidos no son mas que oportunidades que señalan el camino de prioridades.
ES-HORA-DE-ACTUAR. Por el momento, pienso que debemos apoyar incondicionalmente a nuestr@s herman@s del TIPNIS, que humildemente estan defendiendo tambien nuestros derechos y un futuro sustentable para nuestros hijos.