Dejemos de decir mentiras y engañarnos a nosotros mismos. En este largo "cruzar el desierto" los bolivianos hemos pasado ya la mitad, estamos saliendo, aunque quede aún largo por caminar. “Salir” significa que la sociedad en su conjunto tiene posibilidades de una nueva escucha, lo que antes era “sembrar en el desierto”, hoy puede ser una nueva prédica. Como siempre estos cambios son “de a poco”.
La Revolución Nacional del año 1952 abrió las puertas, incluyendo por primera vez a los indios y los campesinos al desarrollo económico y a la política; el voto universal estableció en ese entonces que los bolivianos valíamos lo mismo, sin importar orígenes ni razas. Sin ello este nuestro país hubiera sido inviable.
Banzer puso el primer acuerdo, con el Presidente Ernesto Geisel del Brasil, en pleno ciclo militar (la Revolución Nacional tuvo tres tipos de populismos, el democrático, el militar y el corporativo/sindical, y dos modelos económicos, el capitalista de mercado y el capitalista de estado), con quien Bolivia expresó por primera vez su voluntad de producir y vender gas. Contra viento y marea Banzer anunció la venta del recurso natural que hoy nos da dinero y capacidad de gasto.
Siles Zuazo puso la Democracia. Hasta ese entonces el país había vivido regímenes autoritarios (militares y civiles) durante los cuales era muy difícil lograr la confianza de posibles compradores externos. Sin instituciones que avalen este tipo de acuerdos, en el mundo occidental, es muy difícil conseguir compradores.
Paz Estensoro la estabilidad económica. El 21060, demonizado y denostado, fue un gran sacrificio nacional que estabilizó la economía boliviana hasta el día de hoy. Sin esa estabilidad hubiera sido imposible conseguir las inversiones necesarias para la gigantesca estructura (para nuestro tamaño) que habría de construirse.
Paz Zamora perforó el Gas. Es conocida la historia del Pozo Margarita, que sigue siendo hasta hoy "la gallina de los huevos de oro", cuyo encuentro fue posible gracias a la tozudez de ese Presidente que obligó a seguir perforando, cuando todos querían ya parar el enorme esfuerzo allá en San Alberto, en el Chaco.
Goni contrató y construyó los gaseoductos, incluso más allá de la "capitalización" que permitió el dinero para hacer esto posible, y que distribuyó las acciones del petróleo entre los bolivianos mayores de 21 años en ese entonces, y que luego Evo Morales confiscó para devolverlos al Estado, haciéndonos creer que esa confiscación (más un 3% de las acciones de las transnacionales), era la "nacionalización".
Así que llegó Evo Morales y lo encontró todo hecho; es muy importante recordarlo, recalcarlo y difundirlo, ahora que las condiciones permiten una nueva escucha social. Llegó Evo Morales Ayma y lo único que tuvo que hacer fue gastar el dinero que todo lo hecho anteriormente puso en sus manos. Por eso la historia lo recordará como el presidente de la corrupción y el despilfarro.
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