y hemos entrado en el juego. Nos guste o no el MAS con su mayoría
parlamentaria ha diseñado un proyecto hecho a su medida y que
tiene como objetivo un acto electoral en el que Morales Ayma sea el único
candidato con opciones; pero no se lo vamos a dejar tan fácil.
El gran error que los masistas cometieron fue confiar en que ganarían
el referéndum del 21F el año 2016, exceso de autoconfianza, que se llama; y lo siguen cometiendo porque el nuevo error
radica en empadronar a la mala a más de un millón de personas, haciéndolas pasar
por “militantes” y creer que significarán más de un millón de votos. Espejito, espejito, ¿cual es el partido más poderoso del mundo? Puro grito de pajpaku para impresionar al público.
Ante ese panorama solo hay un camino a seguir. Nosotros lo sabemos y ellos también lo saben; cuentan con la debilidad de
que quienes tienen al frente no puedan superar el escollo de una difícil unidad
con candidato único y tienen razón, no va a haber un solo candidato, pero si puede haber un candidato ganador. Al estilo boliviano, como sabemos hacerlo y
lo hemos hecho varias veces, una coalición de partidos debe presentar un Frente Político que convenza a la población de que puede enfrentar al monstruo del
etnonacionalismo autoritario, que lo puede derrotar en las elecciones y que podrá gobernar, a pesar del MAS, cuya cultura es premoderna y antidemocrática.
La nueva Ley de Partidos y Organizaciones Políticas cierra las puertas a las organizaciones regionales, a
los representantes de los mentados pueblos indígenas, a los comités cívicos y a las
plataformas ciudadanas. El escenario es exclusivamente de los partidos, que son los
sobrevivientes de un sistema que los masistas no han podido
destruir: la Democracia. Morales Ayma le ha
puesto una camisa de fuerza a la sociedad boliviana y nos tiene maniatados, por eso el gobierno que viene ha de ser de
transición, cuyo objetivo principal debe ser renovar las instituciones
democráticas del Estado, hacer cumplir las leyes y soltar la camisa de fuerza que
está llevando a Bolivia a una segura bancarrota, económica, tecnológica, moral y cultural.
Pasado ese momento, en condiciones de democracia, justicia y libertad
plenas, los bolivianos podremos pensar en alternativas más sofisticadas, entre
la derecha y la izquierda, entre el ecologismo y la depredación, entre el
feminismo y el patriarcado, entre todo lo que se nos ocurra y concurra con las demandas
de la población. Este no es el momento.
Cocinemos la receta:
Los partidos habilitados y dispuestos
a dar esta batalla, juntos a los potenciales candidatos, deben decidir una coalición, un Frente Político; lo deben inscribir, organizar y asistir a la elección primaria
de una candidatura a Presidente y Vicepresidente. Lo deben hacer sin complejos,
a sabiendas que sus listas serán más pequeñas que las engordadas por el
MAS. Un millón de votantes a un lado, obligados y acarreados, frente a cien mil
al otro; no es problema, es cosa de cumplir la ley y explicarle a la gente el porqué
de esas diferencias impuestas por el oficialismo.
Los candidatos posibles son los que hay, nos gusten o no: Carlos Mesa Gisbert, Victor Hugo Cárdenas
y Samuel Doria Medina. De no querer el uno está el otro, y de no poder está el tercero; cualquiera de ellos puede jugar ese papel de buena manera, ventajas más, ventajas menos. ¿No nos gustan? Pues tampoco para mi son la panacea, pero es lo que hay y debemos apoyarlos ahora, que mañana puede ser tarde. Pragmatismo, que así se llama.
El o la Vicepresidente debe ser cruceño o cruceña y debe contar con el pleno apoyo de Rubén Costas y de los otros liderazgos del Oriente boliviano, por muy peleados que estén, y si lo están, pueden expresar sus apoyos por separado. Ninguno de los candidatos collas puede enfrentar a Morales Ayma sin el apoyo del electorado camba, al que le corresponde un espacio de privilegio a pesar de no tener una o un candidato con posibilidades de disputar la Presidencia, porque el liderazgo cruceño no ha logrado trepar aún la cordillera. Todo intento de encabezar una candidatura desde el llano está destinado al frracaso; es una pena, pero es lo que es.
El o la Vicepresidente debe ser cruceño o cruceña y debe contar con el pleno apoyo de Rubén Costas y de los otros liderazgos del Oriente boliviano, por muy peleados que estén, y si lo están, pueden expresar sus apoyos por separado. Ninguno de los candidatos collas puede enfrentar a Morales Ayma sin el apoyo del electorado camba, al que le corresponde un espacio de privilegio a pesar de no tener una o un candidato con posibilidades de disputar la Presidencia, porque el liderazgo cruceño no ha logrado trepar aún la cordillera. Todo intento de encabezar una candidatura desde el llano está destinado al frracaso; es una pena, pero es lo que es.
A ese acuerdo se deben sumar todos los partidos, y los que
no se sumen (que no van a faltar), que se frieguen, como ha pasado en
nuestra historia de coaliciones victoriosas. Seguidamente las
organizaciones de la sociedad civil, comités cívicos, gremios, sindicatos y
plataformas ciudadanas debemos hacer lo mismo: subirnos a ese tren en marcha; unos tomarán la iniciativa y
otros seguirán de largo libremente y se perderán en los recovecos de la historia.
Las Plataformas y Colectivos ciudadanos somos actores preponderantes del
proceso. Tenemos una doble responsabilidad, subirnos al tren mencionado y jugar el rol de seguir organizando el ¡Bolivia dijo NO!,
como hasta ahora. Debemos seguir fortaleciendo la consigna hasta el mismo día
de las elecciones en octubre de 2019 y pasadas, de ser necesaria una segunda vuelta. ¿Es
posible ganar? Las encuestas dicen que sí, todas las encuestas, incluidas las del
MAS, que es lo que explica esta exagerada preocupación, tan parecida a la
desesperación.
Hay que seguir con el ¡Bolivia dijo NO! hasta el último día y en todos
los lugares, allí donde un masista asome la nariz, debemos estar
las plataformas, como si nos pagaran por ello. No hay
nada que le haya hecho tanto daño y que haya desgastado la figura de Morales
Ayma como el ¡Bolivia dijo NO!, que en campaña puede desligarse ya del 21F, porque nos recuerda y alerta a las y los bolivianos sobre este intento
delincuencial de querer perpetuarse para siempre en el poder, que en manos de
los masistas por tantos años es hoy sinónimo de corrupción, prebenda, abuso,
ineficiencia, retraso e ignorancia.
Otros seguiremos mostrando y
amplificando las acciones mafiosas masistas, que documentación y pruebas sobre esto hay
para largo. Sus vínculos con el narcotráfico, sus coimas en todas las
obras emprendidas, el uso y abuso de la justicia para conseguir sus fines, y un
pervertido etcétera para los gustos y colores más variados.
Solo falta el detalle de las listas de candidatos que acompañen al
binomio democrático. El tema da para perder el sueño, pero debieran ser las y los más destacados ciudadanas y ciudadanos que den confianza a la población. No pongo nombres para no sesgar esta
propuesta de acción inmediata, pero imaginemos una lista impecable de
personalidades de diferentes profesiones y
oficios, de todas las razas y culturas, paritaria en términos de las opciones
sexuales y de género, de todas las religiones incluidos los ateos… en fin, de jóvenes
y viejos, pero sobre todo jóvenes para incorporar las nuevas ideas y abrir la
puerta a los liderazgos renovados. Se puede hacer, aunque la pelea será dura
como es la política cuando se trata de alcanzar la representación y el poder;
pero es que en este momento nadie puede "quitarle el poto a la jeringa, porque
ha llegado el momento de los quehubos”.
¡O NOS UNIMOS, O NOS HUNDIMOS!
¡VIVA BOLIVIA, LIBRE Y DEMOCRÁTICA!
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