ALTERNATIVAS

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17 de octubre de 2025

PERIODISMO EN LAS ELECCIONES

para la escucha, el diálogo y la reconciliación


En una segunda vuelta que definirá el rumbo del país el 19 de octubre de 2025, es indispensable rechazar la televisión militante que pretendió manipular las urnas desde el set.

Hemos visto cómo varios canales, convertidos en actores de campaña, confunden noticia con propaganda, amplifican un libreto que empuja el eje programático y ofrecen al televidente una realidad recortada, donde la voz del ciudadano cede ante la pauta, el rating y la conveniencia empresarial. Ese desorden no es pluralismo; es parcialización de facto. Ha servido para acrecentar la división, la desconfianza y hasta los discursos de odio.


El periodismo de verdad tiene una misión simple y exigente, verificar, distinguir información de opinión, abrir la deliberación a voces diversas y poner el interés público por encima del interés de la redacción. Cuando ese estándar se abandona, la libertad del voto se vacía y la democracia se empobrece.

En esta campaña de balotaje, esa parcialización tuvo nombre y pantalla: DTV, GIGAVISIÓN, UNIVISIÓN y RED UNO TV, cruzaron el límite profesional y tomaron partido, de manera inocultable, por Tuto Quiroga, a pesar de ser una candidatura asociada a la derecha radical (como él mismo dice) y señalada por múltiples voces por machismo, racismo y homofobia. Lo hicieron mediante encuadres complacientes, paneles desequilibrados, consignas disfrazadas de noticia, silenciamiento de voces disonantes y una distribución de minutos de pantalla que convirtió la cobertura en propaganda. Eso no es libertad de prensa, es distorsión del derecho de las y los electores a recibir información veraz, plural y contrastada. Y si la prensa se juega el partido con la camiseta puesta, el árbitro desaparece y el público queda a merced de un marcador inventado.

Debemos defender reglas claras que devuelvan la construcción de la opinión pública a la ciudadanía, transparencia plena de la propiedad y de la pauta (pública y privada); etiquetado visible de todo contenido político pagado; encuestas con ficha técnica auditada; acceso equitativo y debates obligatorios; defensoría del televidente en los principales canales; y observación ciudadana continua sobre coberturas y minutos de pantalla. No se trata de censurar a nadie, sino de impedir que el árbitro sea jugador; de recordar que la prensa es un contrapoder, no un comité de campaña. Así se cuida el voto libre y así se honra la dignidad de las mayorías, que en Bolivia tienen rostro de mujeres que trabajan y cuidan, de juventudes que estudian y emprenden, de clase media urbana y popular, de pueblos indígenas y migrantes internos: todas y todos los que sostienen el país sin micrófonos ni privilegios.

La campaña que Bolivia necesita habla el idioma de la gente, empleo digno, salud cercana, escuelas que enseñen, seguridad sin abusos y justicia sin privilegios. Y, sobre todo, una decisión estratégica para romper el péndulo catastrófico que durante décadas nos ha oscilado entre un estatismo que asfixia y una privatización que excluye. Ese vaivén sólo se detiene con acuerdos de larga duración entre sociedad, mercado y Estado; con reglas estables; con un piso ético que ponga freno al cinismo y a la prebenda; y con una apuesta por la economía del conocimiento, la transición ecológica y la igualdad real de oportunidades. Esto no es consigna, es arquitectura de futuro.

Tenemos, además, un marco histórico que sigue siendo nuestra gramática común, lo nacional, lo democrático y lo popular, desde donde se construyen las mayorías electorales viables. Desde 1952, Bolivia se piensa y se reconoce en esa trilogía que articuló ciudadanía, inclusión y desarrollo. Actualizarla hoy implica incorporar sin miedo las energías del siglo XXI, feminismo, pluralidad cultural, compromiso ecológico, innovación tecnológica, para que el proyecto no sea pura nostalgia, sino un motor con un futuro donde podamos escucharnos, entendernos y reconciliarnos todos y todas.

La Reconciliación Nacional y Social no es una consigna ni una terapia de grupo, es una política de Estado para suturar una fractura histórica. No pide amnesia, exige memoria y justicia, verdad para las víctimas y reparación simbólica con un horizonte común. Supone instalar una institucionalidad permanente para la Reconciliación, con justicia restaurativa, educación para el pluralismo y un Archivo de la Memoria, que convoque a mujeres y hombres, juventudes, pueblos indígenas, trabajadores y emprendedores a un diálogo real, no solo de fotos para la televisión. Desde un centro democrático (alérgico a los dogmas de izquierda y de derecha) debe transformar el conflicto en acuerdos estables, reconstruir la confianza y convertir nuestra diversidad en proyecto compartido. Ese es el camino para que Bolivia deje de tropezar con sus fantasmas y empiece, por fin, a reconocerse en un futuro común.

Por estas razones, yo apoyo a Rodrigo Paz Pereira. No se trata de eslóganes ni de recuerdos acomodados, sino de un liderazgo capaz de ordenar el centro político, reconciliar regiones y culturas, proteger primero a los más vulnerables y encarar con pragmatismo los desafíos inmediatos, a saber, estabilizar la economía, devolver certidumbre a las familias y reconstruir servicios públicos que funcionen sin clientelas ni humillaciones.

2 de octubre de 2025

UN PROYECTO VIABLE

Bolivia no necesita un salto al vacío ni una victoria efímera, sino un proyecto de poder estable que convierta la crisis en oportunidad y reconstruya mayorías duraderas. Ese proyecto articula grandes sectores que, en el agotamiento del régimen masista, juntan a los descontentos que bajan (que votaron y fueron del MAS, pero están cansados de sostener lo insostenible) con los descontentos que suben (excluidos de las decisiones estos últimos veinte años) para abrir un nuevo ciclo. En nuestro idioma político, ese ciclo sigue regido por una gramática nacional, democrática y popular que no ha sido cerrada desde 1952. En clave gramsciana, toca disputar la hegemonía, la dirección moral e intelectual que haga de un programa sentido común, como se ha hecho cada 20/30 años en Bolivia. En clave zavaletiana, se trata de gobernar una sociedad abigarrada sin negar su pluralidad, sino sumándola bajo nuevas reglas. Quien no entienda esa matriz está condenado a gobernar contra la sociedad o a no gobernar.


La coyuntura obliga a sincerar un dato: existe un amplio consenso técnico sobre lo que toca hacer hoy para estabilizar la economía. Cerrar el déficit, normalizar el mercado cambiario, sincerar precios relativos (en especial energía y combustibles), recuperar reservas, elevar la productividad y proteger a la población vulnerable. En los objetivos no hay murallas entre las candidaturas: Rodrigo Paz Pereira y Tuto Quiroga apuntan a metas similares. Lo que los separa, y esto es decisivo, es el cómo y el cuándo. La secuencia importa porque la política boliviana no se maneja en un laboratorio, la gobernabilidad depende de ordenar los costos de la estabilización, de modo que la sociedad los procese sin estallar, mientras se construye una mayoría renovada. Si el método rompe vínculos y enardece la calle, la economía se arregla en papeles, pero se vuelve ingobernable en la vida real.

La propuesta de shock de Tuto Quiroga promete rapidez y limpieza quirúrgica. Pero en una sociedad abigarrada con tejidos frágiles, soltar de golpe el precio de los combustibles y desmantelar subsidios de una sola vez activa un mecanismo conocido, inflación de corto plazo, licuación de salarios y pensiones, encarecimiento de transporte y alimentos, conflictividad sindical y vecinal, y bloqueo de la agenda legislativa. Resultado, un gobierno asediado que pierde autoridad antes de consolidar su arquitectura institucional. Con el shock, el Bloque Social Alternativo de Poder que necesitamos para sostener reformas de largo aliento se vuelve impracticable: los descontentos que bajan se repliegan por miedo al costo político y social y los que suben sienten que el nuevo ciclo repite la exclusión con otro uniforme. Lo que debía ser recambio democrático se transforma en péndulo catastrófico; volvemos, como venimos haciendo hace casi cien años, del estatismo ineficiente a la privatización inequitativa.

El gradualismo de Rodrigo Paz Pereira parte de la misma hoja de ruta macro (orden fiscal, sinceramiento cambiario, corrección de precios), pero la despliega con una ingeniería política y social que hace posible la mayoría y un mínimo de estabilidad. Sincera el costo, sí, pero lo secuencia y lo amortigua, propone la convergencia de precios de combustibles con un calendario público y verificable; habla de compensaciones monetarias temporales a hogares vulnerables; protección transitoria al transporte y al agro, mientras se ajustan las cadenas de los costos; asegura un senda que recorta el gasto fiscal ineficiente, sin tocar la salud, la educación ni la red de bonos que blinda a los más pobres. En paralelo, propone reglas cambiarias claras; metas trimestrales de reservas y déficit con seguimiento independiente; y una agenda de productividad que active inversión, empleo y formalización. La economía no se ordena solo con números, se estabiliza con pactos que alinean expectativas y reparten esfuerzos de manera soportable.

Gobernar Bolivia hoy es, sobre todo, construir puentes. El liderazgo que hace posible un Bloque Social Alternativo que garantice la estabilidad del proceso no es el que gana la primera semana a punta de decretos, sino el que mantiene abierta la mesa de acuerdos con las clases medias urbanas, sindicatos, emprendedores, regiones, juventudes, mujeres, pueblos indígenas y movimientos ambientales. Rodrigo Paz encarna mejor esa lógica de arquitecto de puentes, su propuesta no demoniza a la otra mitad, convoca a la pluralidad bajo un paraguas común (liberalismo democrático e izquierda democrática con pulsiones progresistas y ecologistas) y entiende que la unidad no es la foto de cuatro dirigentes, sino una red viva que se articula con transparencia. Esa forma organizativa prefigura la gobernabilidad que promete, si la unidad se construye abajo, el gobierno respira; si la unidad se decreta desde arriba, el gobierno puede asfixiarse.

El contraste con Tuto Quiroga es nítido cuando miramos la capacidad de acuerdos parlamentarios y sociales. Un ajuste de choque, aplicado por una fuerza sin anclaje en el campo nacional/democrático/popular, activa vetos cruzados y paraliza la deliberación. Los bloques legislativos se endurecen, más aún cuando desde la campaña electoral ha generado rechazos puntuales fruto de las campañas sucias que se le atribuyen; la calle se llena de actores que solo pueden decir “no” y la agenda de reformas se convierte en una cadena de incendios. Aun si el shock produjera un alivio contable rápido, terminaría por erosionar la base social indispensable para sostener una segunda etapa de productividad, inversión y empleo. Sin mayoría social no hay reformas que duren; sin reformas que duren, la estabilización se evapora y asoma la siguiente crisis.

El gradualismo responsable, en cambio, habilita un pacto de transiciones, la transición de precios acompasada con la transición de ingresos; la transición fiscal con la transición normativa; la transición energética con la transición productiva. Ese “mientras tanto” es políticamente costoso, pero socialmente inteligente, pide más a quienes más tienen, cuida a quienes menos margen poseen y compra tiempo para que los cambios estructurales (logística, competencia, digitalización, energía limpia, seguridad jurídica) empiecen a rendir frutos. A la vez, ofrece una narrativa digna para los descontentos que bajan, "orden, legalidad, meritocracia" y para los que suben, "justicia, igualdad, respeto", habilitando su encuentro en un bloque que sostenga la alternancia. Así un programa técnico se vuelve hegemonía democrática.

No se trata de indulgencia ni de dilación, se trata de estrategia. En Bolivia, la autoridad nace de combinar competencias técnicas con capacidad de acuerdo. Creer que la economía se corrige pasando la aplanadora sobre la política ignora la experiencia reciente, que nos enseña que cada corrección abrupta rompe la coalición social que debía sostenerla. La candidatura de Rodrigo Paz Pereira ofrece, por diseño, un camino de estabilización compatible con la construcción de mayorías, metas claras, cronogramas, transparencia de costos y amortiguadores que evitan convertir la estabilización en una fábrica de enemigos. La candidatura de Tuto Quiroga, en cambio, supone que el shock producirá por sí mismo la coalición que no existe; pide a la sociedad que apruebe hoy lo que apenas podrá evaluar mañana, después de pagar un precio muy alto.

Hay otro punto crucial: la Reconciliación Nacional y Social. El shock, en un país marcado por memorias de agravios y desconfianzas, reabre heridas y ensancha distancias entre regiones y sectores, entre clases sociales e identidades culturales. El gradualismo, bien comunicado y bien controlado, permite una reparación simbólica y práctica, reconoce el dolor de los ajustes, explica sus razones, comparte sus beneficios y crea instituciones que devuelven previsibilidad a la vida cotidiana. No hay hegemonía sin reconocimiento, ni reconocimiento sin reglas claras. Por eso el camino que mejor cuida la democracia es también el que mejor cuida la economía.

Si el objetivo es garantizar gobernabilidad, sostenibilidad y capacidad de acuerdos, en la Asamblea Legislativa y en la calle, la elección racional favorece a quien puede construir y mantener el Bloque Social Alternativo de Poder que la coyuntura exige. Ese actor, hoy, es Rodrigo Paz Pereira. No porque eluda decisiones difíciles (están sobre la mesa y hay consenso en ejecutarlas), sino porque entiende que la forma importa tanto como el fondo, la secuencia y los amortiguadores no son concesiones, sino condiciones que hacen la estabilización posible. Tuto Quiroga puede acertar en diagnósticos y metas, pero su método haría inviable la coalición social que debe sostenerlas, al convertir la estabilización en shock, convertiría la esperanza en conflicto y el programa en papel mojado.

Elegir entre estas rutas no es escoger entre ser serios o blandos; es escoger entre ser eficaces o imprudentes. La eficacia, en Bolivia, se llama mayoría hegemónica Y democrática, un bloque amplio, plural y responsable que haga lo necesario sin romper lo irremplazable. Con gradualismo firme, pactos sociales y parlamentarios, y una narrativa que convoque a la diversidad, ese bloque es posible. Con shock, no. Por eso, si queremos una salida que dure más que un titular en los periódicos, la candidatura de Rodrigo Paz Pereira es la mejor apuesta para estabilizar la economía, recomponer la política y abrir, por fin, un ciclo ciudadano de prosperidad con justicia.

1 de febrero de 2025

SOBRE LA ENCUESTA CLAURE

A siete meses de las elecciones generales en Bolivia, el escenario político comienza a delinearse con tendencias claras, pero también con una alta dosis de incertidumbre. Aunque los datos de las encuestas actuales muestran una radiografía del momento, la dinámica electoral es fluida, y muchas cosas pueden cambiar en el camino.


El ocaso de Evo Morales y la disputa en el MAS  
Uno de los datos más relevantes es la confirmación de que Evo Morales no será candidato. Su desgaste político, el rechazo generalizado y, sobre todo, la resistencia dentro de su propio partido ha sellado su destino. Su principal enemigo en este momento no es la oposición, sino su antiguo delfín, Andrónico Rodríguez, quien, con el respaldo de una parte del MAS, busca asumir el liderazgo. Si bien importante, el proyecto etnonacionalista y autoritario no es ya mayoritario. Para convertirse en una opción real de poder, tendrá que ampliar su base y conquistar a las clases medias, urbanas y mestizas, algo que aún está por verse.  

Luis Arce, sin chances reales
Mientras tanto, el presidente Luis Arce (Tilín) parece haber quedado fuera de juego. Aunque cuenta con el respaldo de un aparato estatal desde el que las y los funcionarios apostarían por la preservación de sus cargos, el apoyo no se traduce en una base electoral competitiva. En términos políticos, es un cadáver: su imagen no despierta entusiasmo ni dentro ni fuera del oficialismo.  

La emergencia de Chi Hyun Chung: el voto del desencanto
Un fenómeno que merece atención es el ascenso del pastor Chi Hyun Chung, quien, sin ser una novedad, representa la única alternativa visible momentáneamente para un electorado reactivo y conservador en busca de una opción diferente. Su discurso ultramoralista y reaccionario encuentra eco en ciertos sectores desencantados, lo que lo convierte en una figura a observar.  

Manfred Reyes Villa: fuerte pero estancado
El Alcalde de Cochabamba, Manfred Reyes Villa, ha decidido entrar en la carrera presidencial, convencido de que su popularidad es suficiente para sostener su candidatura. Sin embargo, según esta y otras varias encuestas, su crecimiento se ha estancado, lo que sugiere que ya ha alcanzado su techo electoral. Si bien tiene una base sólida, su margen de expansión es limitado.  

La dispersión en la oposición y el dilema de la unidad
El espacio opositor está fragmentado en torno a la idea de unidad. En el grupo de líderes que buscan articular una candidatura conjunta —Samuel Doria Medina, Tuto Quiroga, Carlos Mesa, Luis Fernando Camacho, Vicente Cuellar y Amparo Ballivian— solo Samuel y Tuto tienen una presencia electoral significativa. El resto ha perdido relevancia o carece de una intención de voto suficiente para influir en la competencia.  

Aquí surge una tensión clave: ¿unidad o renovación? Hasta ahora, la pulsión de unidad ha prevalecido sobre la necesidad de renovar liderazgos. El único "renovador" en el grupo es Vicente Cuellar, mientras que Rodrigo Paz Pereira, que también apostaba por la renovación, ha decidido competir por fuera, con un espacio electoral reducido porque fuera tendrá que competir con Manfred y Chi, sin grandes posibilidades.

Los escenarios según el candidato de unidad
La definición de quién será el candidato de unidad es crucial para el equilibrio electoral.  

Si el elegido es Tuto Quiroga, competirá directamente con Manfred y Chi en el espectro de la derecha, dejando vía libre a Andrónico Rodríguez para disputar el voto de centro y centroizquierda.  
Si el candidato es Samuel Doria Medina, tendrá la posibilidad de aglutinar el voto de la derecha, el centro, y a quienes difícilmente apoyarían a Tuto en el centro progresista (incluido un grueso de masistas desencantados y descontentos). Esto lo convierte en un candidato más competitivo con capacidad de captar votos de diferentes sectores.  

La apuesta por Vicente Cuellar
Más allá de los cálculos electorales, el proceso también es una batalla por visiones de país. En este sentido, la candidatura de Vicente Cuellar representa una alternativa que, aunque todavía no logra sumar mayorías, encarna un proyecto de cambio con una perspectiva distinta. Su desafío es consolidarse como una opción viable en un escenario donde las tendencias actuales podrían no ser definitivas.  Personalmente, este es el espacio donde yo me afilio: https://bit.ly/CAMBIO25

Un tablero aún en movimiento
Aunque las encuestas actuales marcan una tendencia, el camino hacia agosto está lleno de incógnitas. La disputa dentro del MAS, la consolidación (o no) de un candidato opositor de unidad, el crecimiento de figuras emergentes como Chi Hyun Chung y la capacidad de los actores políticos para expandir sus bases de apoyo serán determinantes en el desenlace de la contienda. La política boliviana es dinámica, y en siete meses, todo puede cambiar.

La Paz, 1º de febrero de 2025

10 de diciembre de 2024

Puestos a proponer, PROPONGO:

En Bolivia, las elecciones generales de 2025 se acercan en un contexto político polarizado y fragmentado. Si bien la oposición ha reconocido la importancia de construir una unidad política alrededor de algún candidato fuerte, los intentos anteriores han sido obstaculizados por diferencias ideológicas, intereses regionales y la falta de una visión compartida. Para garantizar una candidatura sólida, se requiere articular un proyecto inclusivo y democrático que supere las divisiones históricas.

Nos guste o no nos guste. Nos parezca bien o nos parezca mal. ¡ESTO ES LO QUE HAY!

Y PUESTOS A PROPONER:

EL BLOQUE SOCIAL DE PODER ALTERNATIVO:

Inspirados en los principios de articulación nacional, democrática, popular y ciudadana, se debe tender a integrar a sectores diversos como las plataformas ciudadanas, movimientos sindicales, corporativos, juveniles, cívicos, feministas, animalistas, ecologistas, regionalistas e indigenistas. Este Bloque permitiría superar las fracturas ideológicas y regionales, promoviendo una plataforma común basada en el respeto a las diferencias y la búsqueda del bien colectivo. Este proceso debe centrarse en consolidar liderazgos democráticos que prioricen el diálogo, la transparencia y la inclusión, dejando de lado los intereses personalistas o caudillistas.

UNA PLATAFORMA ELECTORAL BASADA EN CONSENSOS:

Desarrollar un Plan de País que articule una visión de largo plazo, abordando temas estructurales como la educación, la salud, el empleo, la justicia y el medio ambiente. Esta plataforma debe ser producto de mesas de trabajo con participación de ciudadanos, expertos y organizaciones políticas y sociales. Los candidatos debieran comprometerse a liderar una coalición con una agenda que trascienda las elecciones, cimentando un modelo de gobernanza inclusiva y participativa. 

OCHO PUNTOS CARDINALES PARA ALCANZAR UN ACUERDO:

La ciudadanía requiere certezas, ahora más que nunca. Las candidaturas debieran poder ponerse de acuerdo en al menos estos temas centrales:

1. Reforma del Sistema Judicial:

Para garantizar un sistema judicial imparcial y eficiente, es esencial reformar el proceso de selección de jueces y magistrados bajo criterios de mérito, transparencia y competencia técnica, asegurando su independencia como contrapeso frente a otros poderes del Estado. Además, deben crearse mecanismos de supervisión y auditoría independientes que evalúen el desempeño judicial, complementados con programas de capacitación continua en derechos humanos, ética y jurisprudencia moderna. Finalmente, la digitalización de procesos judiciales permitirá acceso transparente, reducirá la retardación de justicia y eliminará oportunidades de corrupción, fortaleciendo así la confianza ciudadana en el sistema.

2. Eliminación de las bases y fuentes de corrupción:

Para combatir la corrupción, es fundamental implementar un marco normativo que obligue a la publicación transparente de presupuestos, contratos y auditorías en plataformas accesibles al público, acompañado de mecanismos de monitoreo ciudadano y sanciones severas contra actos ilícitos. Simultáneamente, se deben incorporar programas educativos que promuevan valores éticos y cívicos desde la escuela, complementados con campañas de sensibilización que destaquen los efectos negativos de la corrupción. Finalmente, es imprescindible fortalecer instituciones como la Contraloría General del Estado, dotándolas de mayor autonomía y recursos para garantizar una fiscalización efectiva y combatir la impunidad.

3. Rol independiente del Banco Central de Bolivia (BCB):

El Banco Central debe recuperar su independencia para garantizar una política monetaria sólida y responsable. La emisión inorgánica de dinero para financiar déficits fiscales o empresas públicas deficitarias ha distorsionado la economía y acelerado la inflación. Un BCB independiente puede controlar la inflación, mantener la estabilidad monetaria y preservar las reservas internacionales, fundamentales para sostener la confianza en la economía nacional. Además, limitar el uso del BCB como fuente de financiamiento evitará que se agraven los desequilibrios macroeconómicos y permitirá un manejo técnico y transparente de la política monetaria.

4. Cierre o privatización de empresas públicas deficitarias:

Las empresas públicas deficitarias representan uno de los mayores problemas para el déficit fiscal. La falta de sostenibilidad de estas entidades no solo drena recursos públicos, sino que impide que se destinen a sectores clave como la educación, la salud y la infraestructura. Se debe racionalizar el gasto estatal, cerrando o privatizando aquellas empresas que no sean estratégicas y que carezcan de un modelo de negocio rentable. Una privatización ordenada, acompañada de medidas de regulación, no solo puede aliviar el déficit, sino también fomentar la competitividad y atraer inversiones privadas.

5. Fin del financiamiento estatal de los carburantes:

El subsidio a los combustibles ha generado una presión insostenible sobre las finanzas públicas. Este mecanismo, aunque socialmente popular, perpetúa desigualdades al beneficiar más a quienes consumen mayores cantidades de energía, generalmente sectores con mayores ingresos. La eliminación gradual de este subsidio permitiría liberar recursos para inversión en energías renovables y tecnologías limpias, promoviendo la sostenibilidad ambiental y fiscal. Además, ajustar los precios al nivel del mercado fomentará un uso más eficiente de los combustibles y reducirá la dependencia de importaciones costosas.

6. Liberación y flotación del precio del dólar estadounidense:

Mantener un tipo de cambio fijo ha implicado un drenaje continuo de las reservas internacionales para sostener la demanda de divisas. Liberar y permitir la flotación del dólar otorgará al mercado la capacidad de ajustar el tipo de cambio según las condiciones económicas reales, mejorando la competitividad de las exportaciones y atrayendo inversiones extranjeras. Esta medida debe ser acompañada por políticas fiscales y monetarias responsables para evitar una volatilidad excesiva y proteger a los sectores más vulnerables.

7. El medio ambiente y el desarrollo sostenible:

Para equilibrar el desarrollo industrial con la preservación del medio ambiente, se debe implementar un modelo de desarrollo sostenible basado en la promoción de tecnologías limpias y prácticas responsables. Esto debe incluir la creación de incentivos fiscales para empresas que adopten procesos productivos amigables con el medio ambiente, así como la obligatoriedad de realizar estudios de impacto ambiental rigurosos antes de iniciar proyectos industriales. Además, se debe fortalecer la fiscalización ambiental con instituciones autónomas y transparentes que garanticen el cumplimiento de normativas sin comprometer el crecimiento económico. Finalmente, se plantea fomentar la educación ambiental en todos los niveles, promoviendo una cultura empresarial y ciudadana que valore la sostenibilidad como pilar del progreso nacional.

8. Igualdad, respeto y protección a la diversidad:

Para garantizar la igualdad de todos los ciudadanos bolivianos y proteger a los sectores más vulnerables, es fundamental consolidar un marco legal y político que promueva la inclusión plena, respetando las diferencias regionales, culturales, étnicas, raciales, religiosas, sexuales y de género. Esto requiere reforzar políticas públicas de no discriminación y equidad, así como ampliar la red de protección social mediante transferencias monetarias condicionadas, acceso universal a la salud, y subsidios para grupos en riesgo como madres solteras, niños, ancianos y personas con discapacidad. Paralelamente, se deben garantizar servicios básicos mediante inversiones en infraestructura educativa, sanitaria y habitacional en regiones marginadas, fomentar la inclusión económica a través de capacitación técnica e incentivos para la contratación laboral, y establecer mecanismos de consulta y participación comunitaria para asegurar que las políticas públicas respondan directamente a las necesidades y realidades de todos los sectores de la sociedad, promoviendo así una Bolivia más justa, inclusiva y cohesionada.

SI SE LOGRARA UN ACUERDO ALREDEDOR DE ESTOS PUNTOS U OTROS QUE SE ACORDARAN, LA DEMOCRACIA TENDRÍA UNA PLATAFORMA COMÚN QUE NOS OTORGUE CERTIDUMBRE. APARTE DE ELLO, CADA CANDIDATO (que no habrá uno solo) PODRÁ DECIR Y PROMETER LO QUE BIEN CONSIDERE.


8 de marzo de 2024

PRIMARIAS EN LOS PARTIDOS

En un momento crucial para nuestra democracia, es de vital importancia reafirmar el compromiso ciudadano con la transparencia y la legitimidad en la selección de los candidatos que cada partido político legalmente inscrito en el Tribunal Electoral de Bolivia pueda presentar. Hay que reconocer que la elección democrática de los candidatos fortalece la participación ciudadana y promueve la representación de los intereses de la población.


Quiero abogar y adherirme a la celebración de elecciones primarias internas dentro de los partidos políticos, ya sea en formato abierto o cerrado, como el mejor método para seleccionar a los candidatos, aunque debiera permitirse otras maneras o métodos, vinculados a la concepción de lo que es la Democracia en cada una de esas organizaciones. Creo que estos procesos brindan una oportunidad para que los miembros de los partidos y la ciudadanía en general participen activamente en la elección de aquellos que nos representarán en los comicios nacionales del año 2025.

Sin embargo, es imperativo señalar que, en el caso de elecciones internas abiertas, existe la posibilidad de que el gobierno nacional pueda interferir con malas intenciones, maniobrero y ladino, como ha demostrado ser. Esta interferencia podría manifestarse en forma de sabotaje a los candidatos más idóneos, con el propósito de promover a aquellos menos atractivos o que respondan a intereses ajenos a los del pueblo y la ciudadanía boliviana.

Por tanto, hay que instar a la Asamblea Legislativa, que está tratando una propuesta de ley en ese sentido, a garantizar que las elecciones internas, si son abiertas, se lleven a cabo de manera justa y transparente, protegiendo la integridad del proceso electoral y asegurando que la voluntad de los votantes sea respetada. Es fundamental garantizar la neutralidad y la imparcialidad de otras instituciones políticas (el Gobierno es siempre una de ellas) durante todo el proceso, evitando cualquier forma de manipulación o interferencia indebida.

Llamemos a la ciudadanía a permanecer vigilante y activa, defendiendo los principios democráticos y denunciando cualquier irregularidad que pueda poner en riesgo la legitimidad de los procesos electorales que se avecinan. Solo mediante el compromiso colectivo con la transparencia y la justicia podremos consolidar una democracia sólida y representativa en nuestro país.

10 de noviembre de 2019

NUEVO TRIBUNAL ELECTORAL

¿CÓMO LOGRAR UN TRIBUNAL ELECTORAL EN DIEZ DÍAS, que sea independiente, probo, neutral y confiable, ante las instituciones políticas, la ciudadanía y la comunidad internacional?

Esta es mi propuesta. Es posible porque en Bolivia se hizo algo parecido hace casi treinta años y dio un excelente resultado.



No es idóneo el actual mecanismo, donde la Asamblea Legislativa impone candidatos; eso genera dudas, desconfianza y no aceptación.

• No decidir a puertas cerradas y entre cuatro personas, porque se va a decir que son parcializadas.

No al cuoteo, Ese “tu pones uno que yo pongo el otro”, termina con un grupo de empleados, cada cual condicionado por el partido o comité que lo propuso.

Sobre esas bases, esto es lo que se debiera hacer:

1. Conformar una Comisión donde participen los actores implicados, TODOS los partidos políticos que tienen y que lograron representación parlamentaria. Invitar una delegación de los Comités Cívicos, al CONADE y alguna otra institución/organización que se considere imprescindible.

2. LO MÁS IMPORTANTE: todos deben participar en igualdad de condiciones, un participante un voto para lo que se decida, y para la elección de vocales, el derecho a veto sin distinción de grandes o chicos. Ese fue el principio que permitió una Corte Electoral de Notables independientes como la que se nombró el año 1991.

3. Establecer mínimos imprescindibles (formación, experiencia, prestigio personal, etc.)  que sean claros y simples.

4. Finalmente la unanimidad, aceptar sólo a quienes cuenten con el respaldo de TODOS los participantes. Si alguno se opone, se rechaza la postulación al instante. Es un mecanismo que permite que quienes sean nombrados gocen de la confianza plena, sin excepciones. Es posible que se tengan que establecer equilibrios entre géneros, regiones, procedencia étnica, etc.

De esa manera quedará claro ante la sociedad nacional que los tribunos que lleven adelante el nuevo proceso electoral están libres de toda sospecha.

Si se hace bien, se podrá obtener en pocos días un  óptimo resultado.

16 de octubre de 2019

EL DIA DESPUÉS

Soy pesimista con las opciones que pueden alcanzar un triunfo en las elecciones. No visualizo nada que permita un buen augurio.

Solo hay dos posibilidades. O una victoria de Evo Morales Ayma y el MAS en primera vuelta, o una victoria de Carlos Mesa Gisbert y CC en la segunda.


lo que yo te ofrezco son
¡DOS FUTUROS VENTUROSOS!



I. ¿Qué pasa si Evo Morales Ayma, el candidato que burlando el resultado del 21F fuera el Presidente por cuarto mandato consecutivo?

1. La ciudadanía le va a hacer recuerdo todos los días que es ilegítimo e ilegal, usurpador de un mandato y un poder que no le corresponden, llamando con ello al desconocimiento de su autoridad, la desobediencia civil y al desacato. Los cabildos lo están anticipando.

2. La crisis económica que viene, desacelerando el crecimiento y poniendo al sistema en graves aprietos, porque es imposible continuar viviendo del crédito y de los ahorros. Las medidas impopulares de ajuste económico serán inevitables.

3. Los movimientos sociales y los sindicatos, que le han brindado apoyo, clientelares como son, van a querer cobrar esa predisposición, como están acostumbrados. No habrá disponibilidad económica ni política para cubrir esas deudas.


4. El talante del Presidente. Una personalidad proclive a imponer su voluntad por sobre todo criterio, no ayudará en nada, teniendo en cuenta que el MAS no gozará ya de los consabidos “levantamanos” que apoyen todo lo que se le ocurrra, sin sin 2/3 en la Asamblea Legislativa plurinacional.


Evo Morales, hace pensar en la cerrazón, la dureza, la imposición, su consabido autoritarismo; el aislamiento del país en el contexto internacional. Tampoco es una sorpresa, hemos vivido así todos estos años, solo que en bonanza y con buenos ingresos, lo que confirma el viejo dicho de que con dinero hasta la pobreza es llevadera.


II. ¿Qué pasa si Carlos Mesa Gisbert lograra la Presidencia, fruto de una victoria en la segunda vuelta electoral?


1. Tendrá que gobernar con una bancada minoritaria en la Asamblea Legislativa, primer poder del Estado que se levantará como una muralla infranqueable, obstruyendo sus decisiones.

2. La crisis económica que obligará a decidir ajustes insoslayables, sin poder recurrir al apoyo de las corporaciones sindicales, produciría una situación de alta convulsión social, con todas sus secuelas.

3. Las hordas masistas organizadas irrumpiendo calles y caminos, paralizando el país y generando violencia permanente, con paros y bloqueos, acusando al neoliberalismo, el imperialismo el el FMI, todos los días.


4. El talante del Presidente. Dubitativo, inseguro, sin partido ni bancada que lo acompañe. Gobernando solo con los amigos en quienes confía, esos que tienen mentalidad falsamente aristocrática y viven tan lejanos del pueblo y la realidad.


Carlos Mesa Gisbert, nos lleva inevitablemente a recordar a D. Hernán Siles Zuazo y la UDP, que es el único caso en la Democracia boliviana con un gobierno de características similares. Y la historia recuerda lo que pasó hace 35 años.

6 de septiembre de 2018

LOS DADOS ESTÁN ECHADOS


y hemos entrado en el juego. Nos guste o no el MAS con su mayoría parlamentaria ha diseñado un proyecto hecho a su medida y que tiene como objetivo un acto electoral en el que Morales Ayma sea el único candidato con opciones; pero no se lo vamos a dejar tan fácil.

El gran error que los masistas cometieron fue confiar en que ganarían el referéndum del 21F el año 2016, exceso de autoconfianza, que se llama; y lo siguen cometiendo porque el nuevo error radica en empadronar a la mala a más de un millón de personas, haciéndolas pasar por “militantes” y creer que significarán más de un millón de votos. Espejito, espejito, ¿cual es el partido más poderoso del mundo? Puro grito de pajpaku para impresionar al público.


Ante ese panorama solo hay un camino a seguir. Nosotros lo sabemos y ellos también lo saben; cuentan con la debilidad de que quienes tienen al frente no puedan superar el escollo de una difícil unidad con candidato único y tienen razón, no va a haber un solo candidato, pero si puede haber un candidato ganador. Al estilo boliviano, como sabemos hacerlo y lo hemos hecho varias veces, una coalición de partidos debe presentar un Frente Político que convenza a la población de que puede enfrentar al monstruo del etnonacionalismo autoritario, que lo puede derrotar en las elecciones y que podrá gobernar, a pesar del MAS, cuya cultura es premoderna y antidemocrática.

La nueva Ley de Partidos y Organizaciones Políticas cierra las puertas a las organizaciones regionales, a los representantes de los mentados pueblos indígenas, a los comités cívicos y a las plataformas ciudadanas. El escenario es exclusivamente de los partidos, que son los sobrevivientes de un sistema que los masistas no han podido destruir: la Democracia. Morales Ayma le ha puesto una camisa de fuerza a la sociedad boliviana y nos tiene maniatados, por eso el gobierno que viene ha de ser de transición, cuyo objetivo principal debe ser renovar las instituciones democráticas del Estado, hacer cumplir las leyes y soltar la camisa de fuerza que está llevando a Bolivia a una segura bancarrota, económica, tecnológica, moral y cultural.

Pasado ese momento, en condiciones de democracia, justicia y libertad plenas, los bolivianos podremos pensar en alternativas más sofisticadas, entre la derecha y la izquierda, entre el ecologismo y la depredación, entre el feminismo y el patriarcado, entre todo lo que se nos ocurra y concurra con las demandas de la población. Este no es el momento.

Cocinemos la receta:

Los partidos habilitados y dispuestos a dar esta batalla, juntos a los potenciales candidatos, deben decidir una coalición, un Frente Político; lo deben inscribir, organizar y asistir a la elección primaria de una candidatura a Presidente y Vicepresidente. Lo deben hacer sin complejos, a sabiendas que sus listas serán más pequeñas que las engordadas por el MAS. Un millón de votantes a un lado, obligados y acarreados, frente a cien mil al otro; no es problema, es cosa de cumplir la ley y explicarle a la gente el porqué de esas diferencias impuestas por el oficialismo.

Los candidatos posibles son los que hay, nos gusten o no: Carlos Mesa Gisbert, Victor Hugo Cárdenas y Samuel Doria Medina. De no querer el uno está el otro, y de no poder está el tercero; cualquiera de ellos puede jugar ese papel de buena manera, ventajas más, ventajas menos. ¿No nos gustan? Pues tampoco para mi son la panacea, pero es lo que hay y debemos apoyarlos ahora, que mañana puede ser tarde. Pragmatismo, que así se llama.

El o la Vicepresidente debe ser cruceño o cruceña y debe contar con el pleno apoyo de Rubén Costas y de los otros liderazgos del Oriente boliviano, por muy peleados que estén, y si lo están, pueden expresar sus apoyos por separado. Ninguno de los candidatos collas puede enfrentar a Morales Ayma sin el apoyo del electorado camba, al que le corresponde un espacio de privilegio a pesar de no tener una o un candidato con posibilidades de disputar la Presidencia, porque el liderazgo cruceño no ha logrado trepar aún la cordillera. Todo intento de encabezar una candidatura desde el llano está destinado al frracaso; es una pena, pero es lo que es.

A ese acuerdo se deben sumar todos los partidos, y los que no se sumen (que no van a faltar), que se frieguen, como ha pasado en nuestra historia de coaliciones victoriosas. Seguidamente las organizaciones de la sociedad civil, comités cívicos, gremios, sindicatos y plataformas ciudadanas debemos hacer lo mismo: subirnos a ese tren en marcha; unos tomarán la iniciativa y otros seguirán de largo libremente y se perderán en los recovecos de la historia.

Las Plataformas y Colectivos ciudadanos somos actores preponderantes del proceso. Tenemos una doble responsabilidad, subirnos al tren mencionado y jugar el rol de seguir organizando el ¡Bolivia dijo NO!, como hasta ahora. Debemos seguir fortaleciendo la consigna hasta el mismo día de las elecciones en octubre de 2019 y pasadas, de ser necesaria una segunda vuelta. ¿Es posible ganar? Las encuestas dicen que sí, todas las encuestas, incluidas las del MAS, que es lo que explica esta exagerada preocupación, tan parecida a la desesperación.

Hay que seguir con el ¡Bolivia dijo NO! hasta el último día y en todos los lugares, allí donde un masista asome la nariz, debemos estar las plataformas, como si nos pagaran por ello. No hay nada que le haya hecho tanto daño y que haya desgastado la figura de Morales Ayma como el ¡Bolivia dijo NO!, que en campaña puede desligarse ya del 21F, porque nos recuerda y alerta a las y los bolivianos sobre este intento delincuencial de querer perpetuarse para siempre en el poder, que en manos de los masistas por tantos años es hoy sinónimo de corrupción, prebenda, abuso, ineficiencia, retraso e ignorancia.

Otros seguiremos mostrando y amplificando las acciones mafiosas masistas, que documentación y pruebas sobre esto hay para largo. Sus vínculos con el narcotráfico, sus coimas en todas las obras emprendidas, el uso y abuso de la justicia para conseguir sus fines, y un pervertido etcétera para los gustos y colores más variados.

Solo falta el detalle de las listas de candidatos que acompañen al binomio democrático. El tema da para perder el sueño, pero debieran ser las y los más destacados ciudadanas y ciudadanos que den confianza a la población. No pongo nombres para no sesgar esta propuesta de acción inmediata, pero imaginemos una lista impecable de personalidades de diferentes profesiones y oficios, de todas las razas y culturas, paritaria en términos de las opciones sexuales y de género, de todas las religiones incluidos los ateos… en fin, de jóvenes y viejos, pero sobre todo jóvenes para incorporar las nuevas ideas y abrir la puerta a los liderazgos renovados. Se puede hacer, aunque la pelea será dura como es la política cuando se trata de alcanzar la representación y el poder; pero es que en este momento nadie puede "quitarle el poto a la jeringa, porque ha llegado el momento de los quehubos”.

¡O NOS UNIMOS, O NOS HUNDIMOS!
¡VIVA BOLIVIA, LIBRE Y DEMOCRÁTICA!

28 de julio de 2018

LO ESTAMOS LOGRANDO

La “unidad” en las filas de la oposición frente a las tiranías civiles, es algo difícil no solo de lograr, sino de imaginar. En Bolivia es casi imposible un programa común entre fuerzas ideológicamente divergentes.

Es lo que pasó con las mujeres entre las Kuña Mbarete que hace algunos meses sembró de pañuelos rojos el país entero, pero cuando tuvieron que sentarse a dialogar y elegir un grupo coordinador, entre conservadoras y progresistas, no lograron discutir ni diez minutos y se pelearon, deshaciendo en pedazos los sueños de quienes pensaron en su momento eso de que “nosotras las mujeres lo vamos a lograr”.

Con esa imposibilidad cuentan los tiranos para sostenerse en el poder y reproducirse pensando en la eternidad. El poder y los privilegios los unen a ellos, y a “las minorías eficaces” que los apoyan recibiendo migajas, sin poner en discusión nimiedades que solo preocupan en democracia.

Por ese motivo, cuando la ciudadanía encuentra un espacio, un tiempo y una consigna que nos agrupa, esto vale más que todo el oro del mundo. “¡Bolivia Dijo NO!” es el lugar y la consigna para sumar, porque bajo ese paraguas cabemos todos y todas, más allá de nuestras diferencias. Hace pocas semanas hicimos huir al tirano del estadio en Cochabamba, mientras miles de gargantas coreaban ese reclamo: la ley se cumple y el voto se respeta.

El régimen de Morales Ayma va a hacer hasta lo imposible por desarticular esa unidad que es un sentimiento que se comparte y se expresa; es un clamor que forma parte de lo cotidiano, y lo vamos a ver el 6 de agosto en Potosí, cuando Morales Ayma y su séquito de aduladores hagan una nueva aparición pública, de las que ya ni se atreven.

Están trasladando policías y militares para reprimirnos, junto a una inédita “policía sindical”, que no es otra cosa que grupos de civiles armados, dispuestos a defender al tirano a como dé lugar, en Potosí mañana y en cualquier otro sitio donde se los necesite en el futuro. Igual que en Venezuela o Nicaragua, el libreto es el mismo y como Maduro y Ortega, aquí lo encarna Morales Ayma.

Ese es el motivo por el que el MAS necesita que los opositores democráticos intentemos hacer pública una candidatura, cualquiera que sea, para que nos enfrentemos entre nosotros. Ahora los masistas proponen a Mesa, y Carlos con madurez y sabiduría convoca a ni pensar en ello; “no soy candidato” –dice– y yo le creo.

El ¡Bolivia Dijo NO! Hay que cuidarlo como el bien más preciado de la coyuntura, nada puede distraernos, nada debe desviarnos. El ¡Bolivia Dijo NO! no es de nadie porque nos pertenece a todos y todas, cada uno de nosotros ha hecho lo que ha hecho para que esto sea posible, no vamos a jalonearlo pretendiendo ser sus dueños, para un lado y para el otro hasta hacerlo jirones.

Más bien es momento de la colaboración, que debe ser el principal valor que enarbolemos. Durante seis u ocho meses debemos callar y mordernos la lengua, si fuera necesario, antes de expresarnos mal de quienes estén fortaleciendo la consigna, y menos hablar de candidatos; sea quien sea, esté donde esté, venga de donde venga, piense lo que piense. Aquí estamos para crecer, para cerrar filas, para acumular fuerzas.

Y a quienes actúen en contra ruta, hay que “bulearlos” hasta que se callen, hasta que se sumen, hasta que comprendan y repitan su propio "¡Bolivia Dijo NO!", que es la unidad invaluable. Primero la Ley, el voto del pueblo, el cumplimiento del 21F, que es irrenunciable, vinculante y obligatorio; eso nos une.

Después competimos entre los diferentes, pero en libertad, bajo reglas democráticas y elecciones transparentes.

2 de septiembre de 2017

UNA REGLA ESTÚPIDA

Ante la estúpida regla que establece que NINGUN CANDIDATO ni organización política pueden hacer campaña para las elecciones judiciales del próximo 3 de diciembre, quiero aclarar tres cosas:

1. Es una regla estúpida porque gracias a ella nadie se entera de quienes son los candidatos, ni por qué lo son, ni qué pretenden, ni a qué se comprometen en tanto ganaran. Por lo tanto solo sabremos lo que ya sabemos, que son masistas elegidos por la cúpula del MAS gracias a su mayoría en la Asamblea Legislativa plurinosequé. Tampoco sabremos lo que podrán hacer con la justicia, salvo una cosa que no pueden dejar de hacer, que es apoyar la re-re-re-re.

2. Como ningún candidato se va a resignar a no ser conocido y a estar impedido de promover su nombre para conseguir votos y ganar (ya que se inscribió sabiendo que esto era una elección), se darán modos para burlar la estúpida regla, o sea que los especialistas que saben cómo hacerlo desde las redes del Internet deben estar contentos porque tendrán trabajo. Es una ventaja si alguien los contrata porque sabiendo que es algo oculto no hay que dar factura por ello.

3. Que la ciudadanía está impedida de promover el voto nulo es un hecho, está en la ley, y así fue también el 2011 cuando experimentamos con esto por primera vez. No se puede convocar o publivcitar un “¡Vote Nulo!” pero si se puede decir “¡Yo votaré NULO”, o “Mi Voto será NULO!”. Eso no es propaganda, no es publicidad, no es promoción de nada, es el aviso individual que todos tenemos derecho de contarles a nuestros amigos cómo vamos a votar, y tenemos también la obligación a decir por qué hemos tomado esa decisión. Así hay que organizar el trabajo ciudadano.

1 de septiembre de 2017

ANULAR


Ha llegado el momento cumbre del show al que le han llamado la elección de magistrados. El cinismo se ha mostrado sin camuflaje alguno ante el pueblo boliviano, cuando después de la selección trucha y amañada de méritos y saberes, donde vale más ser dirigente del sindicato de heladeros que un probo profesional del derecho, han escogido a mano alzada y obedeciendo una lista redactada en Palacio de Gobierno y enviada a los asambleístas por Whatsapp, a los amigos, los parientes, los parientes de parientes, los masistas obsecuentes y a algun desconocido que se filtró por ahí seguramente... todos masistas del MAS.

Y ahora viene lo mejor. Van a convocar al pueblo a que decida con su voto cual es el sátrapa mayor. A ver, cada uno póngale al menos 1.000.- Bs al Feisbuc (Facebook en inglés), a ver si la gente se entera quienes son, porque nadie va a investigar por si solo, porque a nadie le interesa en demasía si la candidata en mi ciudad es sobrina del diputado que la garantizó ante el Jefazo, asegurándole que tendría su obediencia incondicional cuando se vaya a tratar lo de la re-re-re-relección, que es lo que verdaderamente importa en este caso.

Hay que hacerlos conocer primero, pero ¡oh destino cruel y aciago!... hacer campaña está prohibido; tiene que ser por lo bajo y para eso no les queda sino recurrir al partido que para esos menesteres está; que el aparato se encargue de decir quién es él o la mejor, que tiene una propuesta para la justicia, una reforma para que funcione en bien de la comunidad, y que es magnánimo(a), neutral, salomónico(a), entendido(a) en los temas que llevan a los ciudadanos frente a un tribunal, que sabe de la familia, de lo civil, de lo penal, lo laboral, sabe de todo... y que siempre ha sido justo(a), que se puede confiar; ¡no se puede pedir más!

Que vergüenza. Que bochorno. Esto es impresentable... van a electoralizar la justicia, nos van a prometer el oro y el moro para que votemos por ellos o ellas, van a conseguir dinero entre el propio y el ajeno para hacerse notar, a ver si les conocemos, nos convencen y nos animamos en diciembre a votar. Por segunda vez en nuestra historia, la justicia y sus sentencias estarán empeñadas a los padrinos políticos y financiadores, por adelantado.

31 de marzo de 2015

CARGADOS DE FUTURO

Es correcto pensar que las victorias departamentales y (sobre todo) municipales de la oposición democrática son fruto de un castigo a la mala gestión masista, y una reacción frente a la corrupción descontrolada que hasta el propio Presidente ha tenido que reconocer. Pero no es suficiente.

Detrás del voto de los electores hay algo más profundo y de mayor proyección. Cuando podamos cruzar en detalle los datos que hacen a la estructura del voto como la relación campo / ciudad, o el grado de educación de los votantes, o sus características etáreas, podremos aventurar conclusiones menos coyunturales.

La emergencia de las clases medias que en América Latina (no es un fenómeno solo boliviano) ha incorporando gran cantidad de personas y grupos hasta hace poco marginados, muestra una presión de renovados electores, jóvenes sin trabajo y sin futuro, mujeres deseosas de cristalizar los avances alcanzados en nuevos e igualitarios derechos, pobladores urbanos ansiosos de modernidad y mejores condiciones de vida, personas más y mejor preparadas en distintas profesiones… nuevas demandas políticas que el populismo autoritario ya no puede satisfacer, atrapado como está por un discurso que revisibilizó propuestas estancadas en un pasado ilusorio, útil solo para luchar contra la modernidad que enarbolaban viejas oligarquías incapaces de cumplir sus propios sueños.

Pasó el encanto del alienante discurso de recampesinización, conservador por excelencia (vinculado en Bolivia al rencor indígena por años de explotación y marginalidad), que aupó identidades dispersas por la exclusión y la pobreza, que ahora buscan salidas correspondientes a su nueva condición; son antiguas y nuevas clases medias, urbanas, mestizas, mejor instruidas y ansiosas de modernidad. El MAS pudo incorporar a los más pobres y a los indios a la movilidad social capitalista pura y dura, pero es incapaz de abrirles camino y otorgarles horizontes, preso como está en su estructura autoritaria que depende de la pervivencia ad eternum de su jefe. La falta de liderazgos alternativos al interior del masismo responde a esa necesidad de reproducción del caudillo inalcanzable, sin el cual su estructura corporativa no puede pervivir, pero al mismo tiempo la hace impenetrable a la necesaria renovación de ideas y actitudes. El MAS cumplió su ciclo, no tiene nada más que ofrecer y como no puede renovarse está destinado a perecer en una larga decadencia; como les pasó a otros en Bolivia en largos ciclos de veinte o más años, o como al chavismo en Venezuela, o al kishnerismo en Argentina, cuya pervivencia solo es posible a costa de la destrucción de la institucionalidad democrática y de la estructura productiva de esos países.

Evo Morales es un tapón para la historia. Los liderazgos emergentes menores de cuarenta años, son una muestra de esta situación. Y el departamento de La Paz resultó ser lugar para la erupción de ese soterrado fenómeno. En La Paz confluyen tres expresiones que deben ser tomados en cuenta: a) Revilla: la predilección de la ciudad por una buena gestión demostrada, donde valen más los hechos que las palabras; b) La Sole: la protesta contra la ineficiencia y la corrupción que consolida una alternativa consecuente y trabajada con tesón, y c) Patzi: la ruptura de la racialización del voto, tanto en el mundo aimara como en el mestizo. Los tres (¿Patzi también?) son expresiones progresistas de una visión liberal del mundo, hay en La Paz un nuevo liderazgo cargado de futuro.

La Sole, un liderazgo cargado de futuro

¿Qué más le podemos pedir al electorado, si con su instinto y a manotazos nos está indicando el camino? Idoneidad y eficiencia para la gestión democrática de las instituciones; compromiso con las demandas básicas de lucha contra la corrupción y por la seguridad; y la unidad en la diversidad, el encuentro de culturas, el respeto del otro y la complementariedad. Todo está sin pulir, sin abrillantar, falta mucho por caminar, pero empezamos a vislumbrar hacia donde.

Queda quitar el tapón que impide que las nuevas expresiones que quieren modelar el poder del futuro se enriquezcan y crezcan, en democracia, hasta cristalizar una nueva ilusión que nos movilice otra vez a todos.

2 de diciembre de 2014

CAMINO A LA ALCALDIA

Luis Revilla lo tiene complicado en este su camino de reelección a la Alcaldía de La Paz, y si no lo hace muy, pero muy bien, terminará por regalársela al MAS, que ha de estar como un mastín hambriento, esperando atrapar el hueso que le vaya a caer de la mesa de los principales invitados.
La tiene complicada primero por la estructura del voto que lo sustenta. Gran parte de esa votación no es incondicional, opta por Revilla en las municipales y vota por Evo en las nacionales. Eso hace temer que si el candidato masista realiza una campaña que convenza a ese electorado de clases medias emergentes que votar por el MAS es mejor para La Paz, eventualmente podría llevarse una buena cantidad de esos electores a su lado. Para la agrupación de Revilla es más complicado, ese dato le indica que su campaña no puede ser confrontacional, directa y dura contra el MAS, porque puede dañar la sensibilidad de esos electores, tan importantes para cualquier triunfo. A la inversa, una actitud así parecerá tibia y poco comprometida con las clases medias tradicionales, más afectas a votar por alguien claramente enfrentado con el autoritarismo masista, como se demostró con Tuto estas últimas nacionales.

Y habrá contendores en los cuales pensar. Tremendos, duros y poderosos contendores los que UN y el PDC pondrán para frenar a Revilla, porque queda en la memoria la posibilidad que él encarnó de constituirse en la cabeza de una candidatura única de oposición, que se calificó en su momento como más apta y viable que la de Samuel o la de Tuto. Es decir, Samuel y Tuto, que se creen habilitados para las nacionales del 2019 van a hacer todo lo que sea necesario para frenar a Revilla, que aparece como el peor escollo a sus respectivas carreras presidenciales. ¡Si puedes eliminarlo ahora que es aún débil, mátalo ya!

El otro problema es “el síndrome sin miedo”. Por origen, por historia y por proyección, los seguidores de Juan del Granado, que son los mismos que rodean a Lucho Revilla, y él mismo, creen que el espacio de su pelea está en la disputa por la conducción del Proceso de Cambio (y no se equivocan, lo que me ha hecho pensar siempre que ellos están más en la vereda del autoritarismo que en la de la democracia), lo que los ha obligado a disputarle a Evo Morales un liderazgo que es imperturbable, y en cuyo empeño se han alejado de los sectores que podrían servir de mejor y más fiel sustento aunque eso significara cambiar de bando, por lo que son vistos como una rémora o un lastre por estar vinculados al pasado o con la derecha. En ese camino Juan y ahora Lucho guardan dentro suyo una tendencia al aislamiento, que ya los ha llevado al despeñadero.

Y finalmente la soberbia. Eso de creer que uno es el elegido, tan fácil en nuestra cultura de caudillos y jefecitos: ¡Ahora que el Chapulín se ha muerto… solo yo puedo ayudarlos!

5 de julio de 2014

RECORDS EN LA RED

El Blog de Carlos y el Feis de Samuel


Habrá que recordar estos días de campaña para saber cuán importante es la Red (con mayúscula) para la información que se transmite desde la Política (también con mayúscula) hacia los ciudadanos y las ciudadanas. Valga decir que hasta ahora, seguidores más y seguidores menos, todos los políticos importantes en Bolivia tienen un lugar en la Red; sobresales las redes sociales, donde no falta nadie, salvo Evo, el inefable.

Destaca y desde lejos Samuel Doria Medina, porque ha logrado batir un récord de visitantes (que no es lo mismo que visitas, un visitante puede haber visitado una misma página cientos de veces). Su página en Feisbuc (Facebook en inglés) ha superado los 100.000 “me gusta”, convirtiéndolo en el político y candidato boliviano que intenta comunicarse con sus electores sin intermediaciones, que es la característica esencial en la web.


Al mirar el Feis de Samuel uno puede apreciar que hay detrás de la pantalla o el smartphone un trabajo profesional, realizado desde alguna empresa especializada, lo que le da una gran ventaja estética, es una página excepcionalmente bien presentada, aunque eso provoca también algunas desventajas. La primera es la moderación (del moderador); solo se ven los comentarios “buenos”, los que alientan y hablan positivamente del candidato, dejando pasar a veces alguna crítica tenue, para equilibrar. El otro problema es lo muy bien trabajado de la página, que le quita espontaneidad, porque está claro que Samuel no tiene tiempo para diseñar y desarrollar algo tan agraciado.

El objetivo de un candidato en las redes distribuidas es conseguir que su sitio se convierta en un lugar de "swarming", que concentre alrededor suyo el debate ciudadano, que aprovecha su posicionamiento en la red, para convertirlo en lugar de encuentro, discusión y decisiones. Así se han construido la más de las veces las ciberturbas que han conmovido al mundo y que tanto bien le hacen a las democracias contemporaneas, mostrando que hay diferentes caminos para renovar y democratizar la política, siempre tendente a la oligarquización partidaria.

Carlos Mesa en su blog (que no debiera ser punto com, sino punto net) ha logrado 450.000 visitas (que no es lo mismo que visitantes), lo que lo convierte en el blog más importante de entre los que hacen opinión, con una influencia innegable sobre la Opinión Pública. Carlos fue siempre un comunicador de vanguardia, desde la televisión con su programa “De Cerca” que mirábamos todos los que nos apreciábamos de saber y estar al día en algo, hasta este su blog, cuando el debate público trasciende de la televisión a las redes de manera inevitable.


En Tuiter (Twitter en inglés) ambos personajes encabezan la lista de los más seguidos en Bolivia, lo interesante es que ambos gozan en ese espacio de la espontaneidad que tienen los que trinan de verdad. Si alguien quiere comunicarse con Samuel o con Carlos, solo tiene que “trinar” (poner un tuit dirigido a ellos, @SDoriaMedina o @carlosdmesag) porque tengo comprobado que ambos leen los tuits y los consideran; más les vale (y este es un consejo para todos) porque como los tuits no pueden borrarse desde el lado del receptor, es bueno pensar en ellos y responderlos o aclararlos a tiempo. En Tuiter, ambos personajes son una delicia, para diferentes gustos, es verdad, pero son hasta el momento, lo mejor que tenemos.


Lo digo porque en el “mundo de la abundancia”, que es el mundo de la Red, donde hay todo lo que uno quiere al alcance de la mano y basta buscarlo en Google para encontrarlo a raudales, el que algunas personas nos hayamos detenido cuatrocientas cincuenta mil veces para leer a Carlos, o que cien mil personas diferentes hayamos marcado como a un preferido el Feis de Samuel, es un éxito de comunicación indudable. Será central en la campaña política que se avecina, sobre todo en el caso de Samuel Doria Medina que es un candidato con posibilidades.