ALTERNATIVAS

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17 de febrero de 2019

ATACAN PORQUE TIENEN MIEDO

Una creciente ola de conservadurismo se cierne sobre América Latina. Ha desatado no la crítica enriquecedora de conceptos y visiones de futuro, sino una agresiva campaña en el incontrolable universo de las redes, contra todo lo que parezca liberal, progre, o de izquierdas, como si del mismísimo diablo se tratase, cuernos y rabo ardientes incluidos.


El valor y significado de las palabras está en entredicho por su uso cargado de intensidades referidas a la política, las ideologías y a la moral, la más de las veces. Palabras como Democracia, Socialismo, liberalismo o Feminismo son las más afectadas. Cada quien les da el significado que necesita como si no existieran los diccionarios, acomodándolas a la necesidad de su momento, a la frase corta, a la respuesta apresurada que se escribe fuera de contexto.

De esa manera muchas palabras no quieren decir nada, o flotan en la nada, que no es lo mismo pero que es casi igual; porque el destino de la deliberación pública está en entredicho. En ese maremágnum lo mismo vale lo que opina el vecino de la esquina que la profe de historia de las ideas en la Cátedra de filosofía en la U. Mi abuela decía "la ignorancia es atrevida", pero ahora en la Red también es populosa y atractiva, porque es fácil de aceptar sin reflexión que da flojera, sino como parte del odio o del amor o de la ira. Fobias y filias.

Y con esto me quiero referir al Feminismo con mayúsculas, que es una de las propuestas más claras de nuestro tiempo, porque es universal, porque es transversal, porque enfrenta el poder, porque prefigura un mundo distinto y  pelea por la igualdad entre los seres humanos; que no es poco. Yo digo –para tomar partido– que el futuro será feminista o no será.

Y se les ha dado a las y los conservadores, temerosos de cuestionar las bases injustas del pensamiento y la cultura patriarcales, por ligar el feminismo con el nazismo, sin meditar y menos teorizar (que sería mucho pedir), al difundir un vocablo como el de “feminazi”. Semejante palabreja es un recurso para desprestigiar el movimiento de millones de mujeres (y hombres) que luchan por una sociedad mejor. Mejor al menos, en el sentido de la igualdad de derechos, la igualdad de salarios, la igualdad de oportunidades.

El feminismo podrá cometer muchos errores en este abrir caminos, pero jamás creará un lugar con el rótulo "Arbeit macht frei" que es el éxtasis de la creación nazifascista. Quienes así atacan no tienen compromisos con la libertad o no comprenden su sentido y sus riesgos, ni  con la solidaridad con los otros diferentes en un mundo que ellos han petrificado.

Escribo esto para alentar a quienes prefiguramos una vida mejor para las generaciones que vienen. Quiero recordar que de igual manera se atacó a los movimientos que hace cien años pedían el voto para las mujeres, igual que cuando se planteó la posibilidad de legalizar el derecho a divorciarse, o cuando las mujeres pedían poder tener una cuenta bancaria y firmar un cheque sin permiso de su padre o su marido, y peor aún, cuando se propuso el control de la natalidad y se descubrió la píldora anticonceptiva tachada de inmoral, pecaminosa e invento del mismísimo demonio.


La lucha por la igualdad entre los seres humanos de todos los sexos y sexualidades, de todas las razas y culturas, es la pelea de las izquierdas de hoy, también del liberalismo más allá del mercado. Ahora se sataniza el matrimonio igualitario, la despenalización del aborto, el derecho a criar hijos en una familia homoparental..., en cien años todo esto será parte de la vida cotidiana.

Escribo para seguir en la lucha y transmitir la seguridad de que tenemos ganada la batalla, porque como escribe Javier Badani: “El feminismo es la única revolución en pie de lucha contra los sistemas de poder hegemónico... por eso les duele, por eso atacan; porque temen".

6 de septiembre de 2018

LOS DADOS ESTÁN ECHADOS


y hemos entrado en el juego. Nos guste o no el MAS con su mayoría parlamentaria ha diseñado un proyecto hecho a su medida y que tiene como objetivo un acto electoral en el que Morales Ayma sea el único candidato con opciones; pero no se lo vamos a dejar tan fácil.

El gran error que los masistas cometieron fue confiar en que ganarían el referéndum del 21F el año 2016, exceso de autoconfianza, que se llama; y lo siguen cometiendo porque el nuevo error radica en empadronar a la mala a más de un millón de personas, haciéndolas pasar por “militantes” y creer que significarán más de un millón de votos. Espejito, espejito, ¿cual es el partido más poderoso del mundo? Puro grito de pajpaku para impresionar al público.


Ante ese panorama solo hay un camino a seguir. Nosotros lo sabemos y ellos también lo saben; cuentan con la debilidad de que quienes tienen al frente no puedan superar el escollo de una difícil unidad con candidato único y tienen razón, no va a haber un solo candidato, pero si puede haber un candidato ganador. Al estilo boliviano, como sabemos hacerlo y lo hemos hecho varias veces, una coalición de partidos debe presentar un Frente Político que convenza a la población de que puede enfrentar al monstruo del etnonacionalismo autoritario, que lo puede derrotar en las elecciones y que podrá gobernar, a pesar del MAS, cuya cultura es premoderna y antidemocrática.

La nueva Ley de Partidos y Organizaciones Políticas cierra las puertas a las organizaciones regionales, a los representantes de los mentados pueblos indígenas, a los comités cívicos y a las plataformas ciudadanas. El escenario es exclusivamente de los partidos, que son los sobrevivientes de un sistema que los masistas no han podido destruir: la Democracia. Morales Ayma le ha puesto una camisa de fuerza a la sociedad boliviana y nos tiene maniatados, por eso el gobierno que viene ha de ser de transición, cuyo objetivo principal debe ser renovar las instituciones democráticas del Estado, hacer cumplir las leyes y soltar la camisa de fuerza que está llevando a Bolivia a una segura bancarrota, económica, tecnológica, moral y cultural.

Pasado ese momento, en condiciones de democracia, justicia y libertad plenas, los bolivianos podremos pensar en alternativas más sofisticadas, entre la derecha y la izquierda, entre el ecologismo y la depredación, entre el feminismo y el patriarcado, entre todo lo que se nos ocurra y concurra con las demandas de la población. Este no es el momento.

Cocinemos la receta:

Los partidos habilitados y dispuestos a dar esta batalla, juntos a los potenciales candidatos, deben decidir una coalición, un Frente Político; lo deben inscribir, organizar y asistir a la elección primaria de una candidatura a Presidente y Vicepresidente. Lo deben hacer sin complejos, a sabiendas que sus listas serán más pequeñas que las engordadas por el MAS. Un millón de votantes a un lado, obligados y acarreados, frente a cien mil al otro; no es problema, es cosa de cumplir la ley y explicarle a la gente el porqué de esas diferencias impuestas por el oficialismo.

Los candidatos posibles son los que hay, nos gusten o no: Carlos Mesa Gisbert, Victor Hugo Cárdenas y Samuel Doria Medina. De no querer el uno está el otro, y de no poder está el tercero; cualquiera de ellos puede jugar ese papel de buena manera, ventajas más, ventajas menos. ¿No nos gustan? Pues tampoco para mi son la panacea, pero es lo que hay y debemos apoyarlos ahora, que mañana puede ser tarde. Pragmatismo, que así se llama.

El o la Vicepresidente debe ser cruceño o cruceña y debe contar con el pleno apoyo de Rubén Costas y de los otros liderazgos del Oriente boliviano, por muy peleados que estén, y si lo están, pueden expresar sus apoyos por separado. Ninguno de los candidatos collas puede enfrentar a Morales Ayma sin el apoyo del electorado camba, al que le corresponde un espacio de privilegio a pesar de no tener una o un candidato con posibilidades de disputar la Presidencia, porque el liderazgo cruceño no ha logrado trepar aún la cordillera. Todo intento de encabezar una candidatura desde el llano está destinado al frracaso; es una pena, pero es lo que es.

A ese acuerdo se deben sumar todos los partidos, y los que no se sumen (que no van a faltar), que se frieguen, como ha pasado en nuestra historia de coaliciones victoriosas. Seguidamente las organizaciones de la sociedad civil, comités cívicos, gremios, sindicatos y plataformas ciudadanas debemos hacer lo mismo: subirnos a ese tren en marcha; unos tomarán la iniciativa y otros seguirán de largo libremente y se perderán en los recovecos de la historia.

Las Plataformas y Colectivos ciudadanos somos actores preponderantes del proceso. Tenemos una doble responsabilidad, subirnos al tren mencionado y jugar el rol de seguir organizando el ¡Bolivia dijo NO!, como hasta ahora. Debemos seguir fortaleciendo la consigna hasta el mismo día de las elecciones en octubre de 2019 y pasadas, de ser necesaria una segunda vuelta. ¿Es posible ganar? Las encuestas dicen que sí, todas las encuestas, incluidas las del MAS, que es lo que explica esta exagerada preocupación, tan parecida a la desesperación.

Hay que seguir con el ¡Bolivia dijo NO! hasta el último día y en todos los lugares, allí donde un masista asome la nariz, debemos estar las plataformas, como si nos pagaran por ello. No hay nada que le haya hecho tanto daño y que haya desgastado la figura de Morales Ayma como el ¡Bolivia dijo NO!, que en campaña puede desligarse ya del 21F, porque nos recuerda y alerta a las y los bolivianos sobre este intento delincuencial de querer perpetuarse para siempre en el poder, que en manos de los masistas por tantos años es hoy sinónimo de corrupción, prebenda, abuso, ineficiencia, retraso e ignorancia.

Otros seguiremos mostrando y amplificando las acciones mafiosas masistas, que documentación y pruebas sobre esto hay para largo. Sus vínculos con el narcotráfico, sus coimas en todas las obras emprendidas, el uso y abuso de la justicia para conseguir sus fines, y un pervertido etcétera para los gustos y colores más variados.

Solo falta el detalle de las listas de candidatos que acompañen al binomio democrático. El tema da para perder el sueño, pero debieran ser las y los más destacados ciudadanas y ciudadanos que den confianza a la población. No pongo nombres para no sesgar esta propuesta de acción inmediata, pero imaginemos una lista impecable de personalidades de diferentes profesiones y oficios, de todas las razas y culturas, paritaria en términos de las opciones sexuales y de género, de todas las religiones incluidos los ateos… en fin, de jóvenes y viejos, pero sobre todo jóvenes para incorporar las nuevas ideas y abrir la puerta a los liderazgos renovados. Se puede hacer, aunque la pelea será dura como es la política cuando se trata de alcanzar la representación y el poder; pero es que en este momento nadie puede "quitarle el poto a la jeringa, porque ha llegado el momento de los quehubos”.

¡O NOS UNIMOS, O NOS HUNDIMOS!
¡VIVA BOLIVIA, LIBRE Y DEMOCRÁTICA!

19 de junio de 2017

EL PÉNDULO

Nuestra historia es la de un Péndulo Catastrófico, bamboleando entre dos extremos: el mercado privatizador y el Estado nacionalizador. Durante décadas hemos nacionalizado y privatizado cada veinte o treinta años y siempre ha habido un pueblo esperanzado detrás de esas medidas, tratando de encontrar en las promesas una nueva panacea de futuro.
El Péndulo se mueve con la fuerza de minorías organizadas que bloquean calles y caminos, o con las muchedumbres exaltadas que hasta han han colgado presidentes de los faroles, si no es con la emergencia de militares o caudillos sindicales que aparecen a salvarnos de nuestra propia historia; así durante décadas en las que no hemos logrado salir de la pobreza y la ignorancia y permanecemos atrapados entre los países más pobres y atrasados del continente. Tal vez el logro más importante de las últimas décadas es la democracia representativa consolidada en las urnas.

Morales Ayma lleva gobernando apenas once años, lo que no abre suficientemente la brecha generacional como para que los bolivianos que vienen sin conocer nuestra historia, terminen opinando nuevamente y repitiendo que el Estado es ineficiente, corrupto, atávico y que impide la libre competencia y inovación, sin las cuales no hay desarrollo. Yo estoy de acuerdo con este postulado –aclaro–.

El discurso estatizador que acusa al mercado de transnacionalizador y por ende de “vende patria”, de acumular la riqueza en manos de pocos a costa de muchísimos pobres, de centralizar los privilegios y las oportunidades en manos de unas familias empecinadas por reproducir el sistema a costa del pueblo empobrecido –argumentos con los cuales también estoy de acuerdo, aclaro–, no ha periclitado aún, aunque Morales Ayma y sus secuaces estén de bajada y hayan perdido prestigio y credibilidad, como nunca los últimos meses.

Vistas así las cosas es de entender por qué toda iniciativa y esfuerzo político desde la oposición democrática no trae consigo el sabor de lo innovador y renovador que muchos reclaman, sino el tufillo desagradable de la restauración de un pasado inmediato al que casi nadie quiere volver. Y si bien Morales Ayma baja en popularidad y apoyo todos los días, nadie sube, nadie aparece como una alternativa.

Porque la alternativa al “proceso de cambio” no es la consigna vacía de “cambio de proceso” de la que se viene hablando, para proponer sacar a Morales de Palacio y después que venga lo que tenga que venir –consigna que repito y con la cual estoy parcialmente de acuerdo, por sus efectos unificadores, aclaro–, volviendo a las ideas de reducir el Estado, abrir las puertas a la libertad de los mercados, y traer y empoderar a las viejas élites (o a sus hijos) que desde las sombras de su tradicional poder que el MAS no ha destruido, sino con el que se ha aliado, y llamar a la lucha contra la tiranía masista, en nombre de una democracia que en el fondo jamás han practicado, pero cuyas instituciones han construido y nos las han legado.

La alternativa política y democrática pasa por entender que la lucha de verdad es contra el Péndulo Catastrófico y no contra Morales Ayma y sus secuaces, que son solo uno de sus extremos. Como en todo el mundo existe en Bolivia tecnología de vanguardia que puede hacernos suponer que el el triángulo clásico Estado / Mercado / Sociedad, donde siempre se ha jugado la suerte de la Sociedad entre la hegemonía del Estado y del Mercado, hoy se puede resolver poniendo a la Sociedad al mando y haciendo del Estado y el Mercado dos instituciones al servicio de la gente y la ciudadanía y el Bien Común.

Existe un camino por el que pueden transcurrir nuestros pueblos y su soberanía democrática, para dotar a) al Mercado, donde se genera la riqueza a través de los emprendimientos particulares, la libre competencia, la innovación y la productividad, de aquello que precisamente carece: solidaridad, equidad, redistribución, equilibrio y justicia social; b) al sistema político lo que aún le falta: eficiencia, representatividad, participación activa, transparencia; c) a la sociedad, la capacidad de convivir digna y solidariamente, de manera colaborativa, fruto de una reforma intelectual pendiente en el seno de nuestras culturas e instituciones; d) al Estado, de un rol comprometido con el desarrollo integral y equitativo, salvando las desigualdades en beneficio del Bien Común y de los más pobres, al mismo tiempo que e) el conjunto de nuestra sociedad se incorpora a los procesos mundiales del desarrollo, el conocimiento global y la modernidad.

Eso es lo que hay que desarrollar. La alternativa debe nacer ahora, porque las condiciones están dadas, no pasa solamente por gritar dictador y corrupto contra Morales Ayma y su caterva delincuencial, o denostar a los líderes de oposición por derechitas, neoliberales (que nadie ya sabe de qué se trata) y vendepatrias, sino por desarrollar un nuevo camino en beneficio de todos los bolivianos. Esto es posible en el mundo de las Redes Distribuidas –insisto, luego existo– y la Cultura Digital de la Abundancia, hay que concentrarse en ello.

11 de agosto de 2016

EL ESTADO NO ES EL PAÍS

Al tratar de explicar como el reconocer que la totalidad del bolson gasífero de Incahuasi le pertenece al departamento de Santa Cruz, no es algo que afecte sustancialmente a los demás departamentos, porque los beneficios del dinero que producen los hidrocarburos en Bolivia son "de todos", salvo las regalías, el gobierno etnonacionalista que preside Morales Ayma devela la gran equivocación que han cometido y cometen al confundir el Estado con el país. Ellos creen que el Estado Plurinacional de Bolivia es Bolivia, y ahí está "la madre del cordero" del problema que han creado a partir de obligar e imponer la nueva Constitución Política.

El Estado no es el país. El dinero que tiene el Estado no es dinero de los habitantes del país. Las propiedades y bienes del estado no son del pueblo ni de los bolivianos. Son dineros, propiedades y bienes del Estado, y el Estado es un aparato burocrático (una oficina, para decirlo en fácil), una institución, que como ninguna tiene la capacidad de tomar decisiones que afectan a todos los habitantes y estantes en el territorio sobre el que tiene potestad y juridicción, y que ya no podemos llamar nación, porque el Estado cree (y se equivoca) que contiene un conjunto de naciones entre las que nos han dividido a los bolivianos, según origen, sea étnico y/o cultural.

Quienes administran, usufructúan, distribuyen y gastan los dineros, las propiedades y los bienes del Estado son una burocracia compuesta por autoridades y empleados, que son dueños temporales y que ganan dinero apropiándose de ese o esos aparatos y que, por ese motivo, han adquirido intereses únicos y particulares que los hacen distintos a los demás. Tienen una conciencia de grupo y defienden como grupo sus intereses, proyectándolos al futuro e intentando hacerlos sostenibles; son en ese sentido, algo muy parecido a una clase social: la Nomenclatura, le llamaron cuando los países del Socialismo Realmente Existente.

En Bolivia, esa Nomenclatura está compuesta por dirigentes políticos del MAS, que viven y dependen del Estado; de dirigentes masistas de los llamados Movimientos Sociales, que viven y dependen de las prebendas que el gobierno coorporativo les entrega; de los dirigentes masistas y representantes de cocaleros y contrabandistas que viven y dependen del clientelismo estatal que les otorga beneficios especiales; y de una burguesía mercantilista emergente cuyo crecimiento depende de hacer negocios (normalmente turbios) con el Estado. A esa Nomenclatura le llamamos en Bolivia la Rosca Corrupta Masista.

Esa Rosca es la dueña de los dineros, las propiedades, las empresas y los bienes del Estado Plurinacional. El Estado produce y recauda para esa Rosca, y ya se ha investigado y escrito como el conjunto del sistema está organizado para garantizar la reproducción de este estado de cosas. La condición para la existencia y permanencia de un gobierno corporativo es destruir o debilitar la institucionalidad democrática, reemplazándola por una organicidad política corporativa que informalice las relaciones entre Estado y sociedad; no hay leyes, no hay normas, solo vale la voluntad del Caudillo de turno y la presión de la violencia callejera que puedan ejercer las masas.

Transformar esa realidad y devolver la riqueza nacional al pueblo, a la ciudadanía, a los habitantes que compartimos penas y alegrías dentro del territorio boliviano, pasa por reorganizar el Estado, y quitarle a la Rosca Corrupta Masista (o las futuras roscas que pudieran existir) la posibilidad de seguir apropiándose de algo que no le pertenece. En el centro de esa necesaria reforma está la construcción de un Estado Autonómico, organizado entre gobiernos departamentales y municipales, que son más cercanos a las necesidades de la ciudadanía y también más fáciles de controlar y potencialmente menos corruptibles, por tal motivo.

La propuesta alternativa al MAS debe otorgar a municipios y gobernaciones la potestad de recaudar los ingresos estatales en impuestos, aduanas, y cobros de utilidades de las empresas estatales,  y decidir y ejecutar el destino de los gastos. Las y los ciudadanos deben saber que pagan sus impuestos y contribuciones a una institucionalidad que les garantiza que esta riqueza común no se traslada a una Rosca Corrupta que maneja el aparato central del Estado en beneficio propio, sino que las instituciones que se recauden se invierten en el mismo sitio de donde salen y en beneficio de quienes contribuyen. Esa es la condición. No hay otro camino.

EL ESTADO NO ES EL PAÍS

Al tratar de explicar como el reconocer que la totalidad del bolson gasífero de Incahuasi le pertenece al departamento de Santa Cruz, no es algo que afecte sustancialmente a los demás departamentos, porque los beneficios del dinero que producen los hidrocarburos en Bolivia son "de todos", salvo las regalías, el gobierno etnonacionalista que preside Morales Ayma devela la gran equivocación que han cometido y cometen al confundir el Estado con el país. Ellos creen que el Estado Plurinacional de Bolivia es Bolivia, y ahí está "la madre del cordero" del problema que han creado a partir de obligar e imponer la nueva Constitución Política.

El Estado no es el país. El dinero que tiene el Estado no es dinero de los habitantes del país. Las propiedades y bienes del estado no son del pueblo ni de los bolivianos. Son dineros, propiedades y bienes del Estado, y el Estado es un aparato burocrático (una oficina, para decirlo en fácil), una institución, que como ninguna tiene la capacidad de tomar decisiones que afectan a todos los habitantes y estantes en el territorio sobre el que tiene potestad y juridicción, y que ya no podemos llamar nación, porque el Estado cree (y se equivoca) que él contiene un conjunto de naciones entre las que nos ha dividido a los bolivianos, según origen, sea étnico y/o cultural.

Quienes administran, usufructúan, distribuyen y gastan los dineros, las propiedades y los bienes del Estado son una brurocracia compuesta por autoridades y empleados, que son dueños temporales y que ganan dinero apropiandose de ese o esos aparatos y que, por ese motivo, han adquirido intereses únicos y particulares que los hacen distintos a los demás. Tienen una conciencia de grupo y defienden como grupo sus intereses, proyectándolos al futuro e intentando hacerlo sostenible; son en ese sentido, algo muy parecido a una clase social: la Nomenclatura, le llamaron cuando los países del Socialismo Realmente Existente.

En Bolivia, esa Nomenclatura está compuesta por dirigentes políticos del MAS, que viven y dependen del Estado; de dirigentes masistas de los llamados Movimientos Sociales, que viven y dependen de las prebendas que el gobierno les otorga; de los dirigentes masistas y representantes de cocaleros y contrabandistas que viven y dependen del clientelismo estatal que les otorga beneficios especiales; y de una burguesía mercantilista emergente cuyo crecimiento depende de hacer negocios (normalmente turbios) con el Estado. A esa Nomenclatura le llamamos en Bolivia la Rosca Corrupta del MAS.

Esa Rosca es la dueña de los dineros, las propiedades, las empresas y los bienes del Estado Plurinacional. El Estado produce y recauda para esa Rosca, y ya se ha investigado y escrito como el conjunto del sistema está organizado para garantizar la reproducción de este estado de cosas.

Transformar esa realidad y devolver la riqueza nacional al pueblo, a la ciudadanía, a los habitantes que compartimos penas y alegrías dentro del territorio boliviano, pasa por reorganizar el Estado, y quitarle a la Rosca Corrupta Masista (o las futuras roscas que pudieran existir) la posibilidad de seguir apropiándose de algo que no le pertenece. En el centro de esa necesaria reforma está la construcción de un Estado Autonómico, organizado entre gobiernos departamentales y municipales, que son más cercanos a las necesidades de la ciudadanía y también más fáciles de controlar y potencialmente menos corruptibles, por tal motivo.

La propuesta alternativa al MAS debe otorgar a municipios y gobernaciones la potestad de recaudar los ingresos estatales y decidir y ejecutar el destino de los gastos, en impuestos, aduanas, y cobros de utilidades de las empresas estatales. Las y los ciudadanos deben saber que pagan sus impuestos y contribuciones a una institucionalidad que les garantiza que esta riqueza común no se traslada a una Rosca Corrupta que maneja el aparato central del Estado en beneficio propio, sino que las instituciones que se recauden se invierten en el mismo sitio de donde salen y en beneficio de quienes contribuyen. Esa es la condición. No hay otro camino.

3 de agosto de 2016

DINERO CONDICIONADO

El Pacto Fiscal que propone el gobierno es un pacto condicionado. Para recibir alrededor de 20% del presupuesto nacional y administrarlo, las gobernaciones, las alcaldías y las universidades, tienen que aceptar un largo proceso que pone límites a sus decisiones sobre qué hacer y cómo invertir ese dinero, obligándose a cumplir las metas que impone un gobierno centralizador, así no condigan con la visión de futuro que tiene cada gobierno "autónomo" regional, o choque contra los intereses y aspiraciones de regiones, ciudades y pueblos.

La respuesta desde la base democrática de la sociedad tiene que ser un rotundo NO a semejante  imposición y abuso. La identidad de la Democracia perdida debe reflejarse junto a una propuesta de invertir la proporción de recepción, administración y gasto de los dineros públicos: un 80% a las regiones, los departamentos, las ciudades y los pueblos, que es lo mismo que decir un 80% del presupuesto para la gente, y solo un 20% a la burocracia de la administración central.

Esa es una manera de enfrentar la corrupción y alejar a la Rosca Masista de la oportunidad de seguir repartiendo el poco dinero que queda entre sus cómplices, aprobando proyectos sin destino ni sentido pero seguramente vinculado a sendas comisiones. Un pueblo que está más cerca de las instituciones que administran el dinero público, tiene mejores condiciones para vigilar y controlar el buen uso del mismo.

Y para que nunca más se vuelva a intentar confiscar a la gente el dinero de la gente, hay que invertir también la base del sistema de recaudación tributaria (lo que significaría una profunda reforma cultural a la hora de valorar las responsabilidades estatales y de la política). Que sean las regiones las que cobren, obligándose a ampliar la base de quienes pagan o no impuestos, de manera que los departamentos con base más amplia logren mejores resultados, mayor capacidad de inversión, más y mejores obras, e impulsen a los otros a imitarlos. Desde luego que un ciudadano (para ser ciudadano y gozar de los derechos que eso implica, hay que pagar impuestos) tendrá más confianza con un Estado que le cobra en el sitio donde vive, pero que invierte en ese mismo lugar en las obras o proyectos que le benefician directamente.

También habrá que hablar de sistemas compensatorios en beneficio de los más vulnerables y necesitados, pero no como una decisión burocrática que permite “un favor” des lo más alto del poder, sino como una contribución desde las instituciones más cercanas a la ciudadanía, cambiando así la cultura de solidaridad e integración de la Nación. Y vuelvo a decir Nación, para devolverle al Estado una base territorial y poblacional que ha perdido, volviéndose “plurinacional” sobre la nada, ya que no hay institucionalidad política que represente (y menos que defienda) los intereses de las consabidas "naciones culturales", que es el modo que ha logrado el MAS para hacer lo que le da la gana, sin respuesta crítica ni contestación desde la base popular desguarnecida. 

29 de junio de 2016

A GALOPAR

En Tuiter y en Feisbuc hay una avalancha de jinetes falsos. Están contratados con órdenes precisas: seguir paso a paso de los activistas de la Libertad y contrarrestar nuestra presencia. Es común a todos los regímenes autoritarios, en Venezuela esto comenzó hace años, y sin éxito, como puede verse.

El problema del método gubernamental es que quienes hacen el trabajo no están convencidos de lo que escriben, porque lo hacen a cambio de un sueldo. Por ese motivo su participación es mediocre, sin alma, sin argumentos; es fácil silenciarlos.

Receta uno: A los que insultan e intimidan, a los que copian consignas repetidas, como trolls detrás de cada uno de nosotros, hay que bloquearlos y punto; hacer como si no existieran. Si se bloquean, ya no te ven y tú tampoco puedes verlos. Que se desengañiten gritando, el pueblo los verá haciendo sus piruetas y decidirá seguirlos o no; que seguro que no, porque no aportan nada.

Receta dos: A los que pretenden discutir y argumentar, hay que tomarlos en serio. Ellos también son seres humanos, tienen ideas, defienden valores en su mundo privado. Yo debato con ellos, les doy lugar e importancia, mi testimonio es sólido, ellos siguen un libreto. De esa manera el pueblo que mira puede observar la controversia y tomar partido, muchas veces hasta participar en la disputa. Y quienes defendemos la Libertad y la Democracia tenemos mejores explicaciones sobre lo que está sucediendo y la razón histórica. A veces pienso en convencerlos y que mañana pudieran ser mis aliados.

A nosotros nadie nos paga. Escribimos lo que escribimos porque creemos en ello, porque estamos dando una batalla ideológica y podemos hablar en nombre de la mayoría que observa silenciosa, hasta que se pierda el miedo. El 21F hemos vivido un “enjambramiento” y la gente conoce ya el Poder de las Redes y sabe que está en sus manos.

Para ponerle ánimo y ritmo a este mensaje, he editado un viejo poema de Rafael Alberti, haciéndole un par de cambios para adaptarlo a los usos locales, pero es el mismo de siempre, de los luchadores por la Libertad, en cualquier parte del mundo; está dedicado a nosotros. Se llama Galope:


Las tierras, las tierras, las tierras resuenan,
las grandes, las solas, desiertas llanuras.
Galopa, caballo cuatralbo,
jinete del pueblo,
al sol y a la luna.

A corazón suenan, resuenan, resuenan
las tierras profundas, en las herraduras.
Galopa, jinete del pueblo,
caballo cuatralbo,
caballo de espuma.

Nadie, nadie, nadie, que enfrente no hay nadie;
que es nadie la muerte si va en tu montura.
Galopa, caballo cuatralbo,
jinete del pueblo,
que la tierra es tuya.

¡A galopar,
a galopar,
hasta enterrarlos en el mar!

9 de octubre de 2015

GUERRA DE GUERRILLAS

"La guerra de Guerrillas es una táctica militar de conflictos, consistente en ver sin ser visto, hostigando al enemigo en el propio terreno que se conocen muy bien, con destacamentos irregulares y dispersos que actúan mediante ataques rápidos y sorpresivos". Reza Wikipedia.

Ante la enorme maquinaria gubernamental y el dinero que va a mover la campaña por el SI en el referéndum, la respuesta debe ser una "Guerra de Guerrillas" desde la ciudadanía, por el NO. Así jamás será interceptado el diverso contingente ciudadano, disperso en las ciudades, oculto en el campo, organizado detrás de cada esquina, atrincherado en cada hogar.

Si eres funcionario público y estás obligado a asistir a las movilizaciones masistas, "haz de tripas corazón" y ve obediente, que en ello se va tu sueldo y tu trabajo; pero cuando llegue la noche, agarra una brocha y pinta libertad en las paredes: Pinta NO, en ello se nos va el desarrollo, la democracia, tu futuro y el de nuestros hijos.

Todos los días vamos a hacer acciones por el NO. Acciones propias, creativas, acciones en Red Distribuida, que no respondan a ningún mando sino a la propia iniciativa. Pintar paredes, colgar letreros, organizar pequeñas reuniones para explicar argumentos; explicar el NO (así como cada quien lo entienda, porque habrán muchos NOs) en el trabajo, con los compañeros de estudios, con los clientes y las caseras y caseros en los mercados, en los minibuses, allí donde nos toque estar todos los días...

Que sea lúdico. Que sea alegre. Que sea amable. Que esté lleno de vida. Que muestre que el NO es un arma cargada de futuro.

Y al finalizar el día, todas las noches, transmitir en red las experiencias individuales. ¡Esto es muy importante! Los unos aprendiendo de los otros, utilizando mecanismos y herramientas que hayan urdido otros en lugares diferentes.

En el día las herramientas son Twitter y Whatsapp para la acción. En la noche Facebook y un blog personal para la reflección. Así funciona. Así se ha trabajado en otras partes y con buenos resultados.

Manos a la obra.

16 de noviembre de 2014

SIN SITEMA DE REPRESENTACIÓN POLITICA

Roger Cortez dijo en “Dialogo en Panamericana” que pasadas estas últimas elecciones y vistos los resultados, la intermediación entre la ciudadanía y el sistema político nacional se ha roto o ha desaparecido. Yo estoy de acuerdo con él: Hay un solo y único partido que mantiene la capacidad de representar las demandas populares (que es una entelequia carente de definición) y no así las ciudadanas, que no cuentan ya con ningún mecanismo institucionalizado de expresión eficiente, que permita trasladar las exigencias o reclamos al espacio de decisión política, que pueda convertirlas en acciones y políticas públicas, en beneficio del bien común. Todo ha quedado en manos de un intérprete solitario y la rosca palaciega que lo circunda, que por sus características ideológicas y de intereses grupales, no tiene capacidad ni de escucha, ni de otorgar sentido, y menos de representarlas a la hora de la gestión gubernamental.

Los partidos políticos (salvando al MAS, que por otras razones no puede) se han anquilosado alrededor de minúsculos grupos burocratizados, donde es imposible sobresalir por el trabajo, las ideas o las iniciativas de los pocos militantes que los conforman, sino por el lugar que cada quien ocupa en un imaginario escalafón, en manos de tres o cuatro dirigentes entusiasmados por el pequeño poder que ostentan, que ponen y sacan, premian y castigan a su antojo. Ellos no son conscientes de esa su triste realidad, creen que el voto electoral avala sus acciones y son incapaces, por ello, de mirar más allá de su entorno y llegar donde están las ideas, las demandas, las iniciativas… que han quedado fuera de los partidos, entre una ciudadanía desvalida, que no cuenta con sistema político para representarse.

El desafío entonces es reconstruir el sistema de intermediación política, pero si los partidos se han convertido en mecanismos obsoletas para ello, ¿cómo poder hacerlo?


En tiempos de las redes distribuidas, insertos en el mundo digital de la abundancia, hay que dar un salto de la cultura analógica a la nueva cultura, la digital. Se trata de una nueva manera de pensar y actuar que debemos empezar a poner en práctica, porque se ha perdido el tiempo de las quejas, ahora hay que buscar soluciones. Se trata de construir herramientas que logren canalizar efectivamente la intermediación perdida, y reconstruirla. Se trata de organizar para el conjunto de la sociedad y sus requerimientos políticos, un espacio que permita visibilizar las demandas ciudadanas de manera horizontal y carente de artificiales liderazgos impuestos por el voto, pero incapaces de incidir en las decisiones trascendentes.

A eso me voy a avocar. A construir esas herramientas. Mi objetivo será cerrar el año 2015 con ellas funcionando y con la capacidad de visibilizar y representar las demandas ciudadanas dispersas frente al poder político, desde fuera del sistema, porque el sistema no existe.

¡Manos a la obra!

11 de diciembre de 2013

El IMPERATIVO INSOSLAYABLE

Después de haber accedido a diferentes encuestas sobre los futuros resultados electorales, no me cabe la menor duda que la necesidad de un acuerdo entre Samuel Dorian Medina y Rubén Costas Aguilera, entre el Frente Amplio y el Movimiento Demócratas, es el Imperativo Insoslayable del momento. Nuestra tarea, estemos donde estemos, es confrontar a las bases y los dirigentes de ambas organizaciones para que lo materialicen. La ciudadanía necesita un regalo de navidad, sería un acto de sobrevivencia (en primer lugar), de fortalecimiento democrático, la recuperación del ánimo ciudadano y una esperanzada señal de futuras victorias.


La opinión pública y los líderes de esas y otras organizaciones, posiblemente involucradas, deben tomar conciencia y saber, que de no hacerlo, tendrán que cargar sobre las espaldas la responsabilidad de consolidar en Bolivia lo anti-demócrata de un régimen corrupto, populista y racista, que de autoritario pasará a ser una tiranía.


Un arco democrático que vaya desde el liberalismo-social al socialismo-democrático puede cubrir una propuesta ideológicamente compatible con la coyuntura, atractiva para nuestros vecinos y el mundo, útil para quienes queremos desarrollar nuestras actividades en libertad, con seguridad y posibilidades de futuro. Un programa que exprese esa identidad y que vaya más allá de la coyuntura, que se distancie del modelo masista en términos de utilizar productivamente el dinero apoyando y aventajando el trabajo y el esfuerzo de los productores y trabajadores, formalizando (en la medida de lo posible) las relaciones económicas y desarrollando el aparato productivo nacional, en vez de chauchitar nuestra riqueza, como lo hace actualmente el gobierno plurinacional.


Un programa que pueda encarar una lucha frontal contra el narcotráfico, la corrupción y el contrabando, y las mafias que se han organizado alrededor de esos temas, cobijadas desde el poder estatal; que otorgue credibilidad a políticas sobre Seguridad Ciudadana para la población y Seguridad Jurídica para las empresas pequeñas y grandes; que encare la tragedia que vive la Justicia con una Reforma Judicial pendiente que le otorgue la independencia que requiere y le devuelva una carrera meritocrática sobre la experiencia probada y la honorabilidad de los jueces; un Estado que recupere la Independencia de los Poderes, reconstruya las autonomías regionales y municipales, que logre un verdadero y justo pacto fiscal devolviéndo a las regiones no solo su dinero, sino su capacidad para gobernarlo y adminístralo en beneficio propio, restableciendo el equilibrio político y el contrapeso para frenar los abusos; que coloque a las FF.AA. en su lugar como corresponde a un estado Democrático y Pacifista. Pero y sobre todo, que concentre el esfuerzo nacional en la Educación. Educación, educación y más educación, debiera ser el lema, para que los populismos no nos vuelvan a ocurrir nunca.


Para lograr esto no hay un solo camino de unidad, hay varios.


La Unidad Posible se basa en la construcción de un polo de atracción, que a la altura de las circunstancias, es el Imperativo Insoslayable del que hablé al principio, y que se sustenta en un acuerdo electoral entre Samuel Doria Medina y Rubén Costas Aguilera, lo encabece quien lo encabece, con la diferencia de que el techo de voto negativo de Rubén es más alto que el de Samuel (por el voto colla difícil de penetrar en la coyuntura desde una candidatura oriental-conservadora, menos permeable que el voto camba a una propuesta de occidente), lo que le da a Doria Medina una ventaja considerable. Ellos deben decidir cómo se elije y la propuesta de unas internas, pareciera la más acertada.


De darse esta convergencia, en la que se podría amparar con facilidad, a más de una propuesta de unidad política, otra de convergencia campo-ciudad, occidente-oriente, indios-mestizos-blancos, fortalecidas por la incorporación de las clases medias urbanas, progresistas y democráticas en sí mismas; a muchos otros nos les quedaría sino sumarse. Por ejemplo a Juan del Granado y ni qué decir, tutos, jaimes, manfredos, adrianas, felixs, mallkus, y toda la gama de personajes que quieren reavivar candidaturas, tendrían que sumarse, so pena de quedar marginales, ser una molestia  y salir sobrando.


Pero existe una posibilidad de que esto no suceda. Que los dirigentes (como un resabio filtrado desde el pasado) no estén a la altura de este Imperativo Insoslayable y no puedan acordar entre ellos. Entonces habría que volcar los ojos a la nueva generación. Si Samuel y Rubén no pueden, queda el resquicio y el tiempo para que sus seguidores asuman el reto y por eso yo tuiteaba ayer (para el enojo de algunos amigos) que habría que repensar la Unidad y que la construyan gente como Suarez, Revilla y Chapetón, por decir algunos nombres, entre otros que también se me ocurren.


Otra alternativa son los outsiders. Las encuestas dicen que una candidatura de unidad con nuevos nombres, con candidatos ideales, sería muy atractiva. Una candidatura de otra especie (una candidatura especial), que utilice herramientas y estrategias del nuevo siglo, una candidatura no analógica, sino digital (en el sentido cultural de la palabra) podría ser también un remedio para la dispersión y falta de alternativas que parece contener la fuerza de la democracia frente a la pobreza del autoritarismo. Quienes promueven esta idea hablan de Samuel, Rubén, Victor Hugo, Carlos Mesa y otros de esa talla y peso en el Senado, equilibrando desde el legislativo el poder del presidencialismo que dejaría de ser incontestable. A mi no me parece mala idea.


Una, dos y tres opciones de Unidad, en ese orden. Nuestra tarea ciudadana es impulsar, dar a conocer, comentar, escribir, presionar. Los y las líderes de los partidos democráticos y grupos de presión deben saber que esto es lo que reclama la gente, y que de no hacernos caso en este IMPERATIVO INSOSLAYABLE su memoria quedará convertida en un escupidero de la historia.

26 de septiembre de 2013

DE ALTERNATIVA SE TRATA

¿Cómo que no hay una agenda alternativa a la perspectiva que nos dejan ocho años de gobierno populista y autoritario? La historia no se detiene y menos cuando un pueblo toma conciencia de su realidad, asume su responsabilidad ciudadana, entiende su lugar y rol en el mundo global, se pone de pie y comienza a caminar.

Hasta aquí … hemos guardado un silencio bastante parecido a la estupidez

Hay problemas que el MAS ya no puede solucionar, ni siquiera prometer. El narcotráfico ha penetrado las raíces del proceso por una relación orgánica, no interrumpible, con los productores de coca-cocaína, cuya siembra se ha extendido a todo lugar. O la corrupción, que ha invadido las instituciones, ahora que a nadie le sorprende que ningún funcionario se mueva sin la respectiva coima; más aún en instituciones tan importantes como la Justicia o la Policía, que han logrado dar el salto al amedrentamiento y la extorsión, consolidando verdaderas mafias.

Los problemas son más grandes que Evo Morales y requiere la fuerza de un acuerdo nacional que él ya no puede convocar.

La paradoja marítima, mirando el Pacífico y los mercados del Asia, por la que Bolivia expresa cada día su vocación, y sin embargo se han construido todos los escollos posibles para no poder lograrlo. Y otro asunto que no se puede resolver con este equipo gubernamental es el tema autonómico regional, acorralado por una comprensión sesgada y racista, que privilegia los derechos originario/indígeno/campesinos frente a las ciudades, la cultura rural frente a la cultura global, y nos encierra con barrotes de ignorancia y atraso, dignos de siglos atrás.

El otro gran tema: los hidrocarburos que ya no hay. El actual régimen se ha beneficiado de de una larga saga que instaló a Bolivia como una potencia gasífera en la región, iniciada durante la Guerra del Chaco y la Revolución Nacional en 1952, continuada por Banzer que abrió las compuertas con Brasil, Paz Zamora que cerró los contratos, Goni que construyó la infraestructura, y Hormando Vaca Diez que recuperó de las transnacionales el pago de utilidades e impuestos; para que llegaran Evo, sus muchachos y la "nacionalización" (figurada, porque cuando se nacionalizan los recursos naturales, el Estado se apropia de las plantas productoras, no del gas; en 1952 se nacionalizaron las minas, no los minerales) y dilapidaran el dinero de los bolivianos. No hay hidrocarburos plurinacionales y se están terminando los neoliberales. Superar este problema sin cambiar las limitantes constitucionales y aplicar otro modelo de producción que acorte los plazos entre inversión y extracción es algo que tampoco puede hacer el actual gobierno, atrapado entre sus propias normas, y obligado a prostituirse si quiere nuevo gas dentro de ocho o diez años (en menos tiempo es imposible), evadiéndolas.

No se ha invertido en la mentada “industrialización, o se ha hecho tan mal, que no funciona; no vale la pena reiterar la lista, pero se podría hacer: el acero del Mutún, el litio de Uyuni, el plomo de Karachipampa... y podríamos seguir. No hay una sola experiencia al margen del capitalismo estatal, clientelar, corrupto y depredador, que muestre un atisbo de modelo alternativo de producción, y por tanto de organización social más equitativa o igualitaria, como se nos prometió. El MAS es un “bluff”, el MAS no ha hecho nada en el campo de revolucionar el viejo modelo de acumulación.

Frente a tales temas, la recuperación de la democracia, el retorno a la libertad, el fin del etnonacionalismo autoritario (emulando fascismos), la revalorización del conocimiento, la productividad y del trabajo intelectual, junto a la recuperación de una mínima capacidad de gestión administrativa en las instituciones estatales y paraestatales, son importantísimas, pero son un detalle trillado que ha comprendido y embandera la oposición en su conjunto. No me preocupan tanto.

Me preocupa, en cambio, quién lo pueda hacer. ¿Samuel,  Rubén, o Juan? parecen dar la talla, han logrado subir al podio de la preferencia electoral. Pero no se les escucha aún con una propuesta alternativa de futuro, sino preocupados sustancialmente porque Evo se vaya, y eso no es una propuesta alternativa. Si el plan de gobierno que se propone es que “Evo se vaya”, no vamos a llegar muy lejos. Y ellos tres están atrapados eventualmente por entornos, los unos sin vínculos orgánicos con las instancias vivas de la sociedad, los otros conservadores y restauradores, y los demás, empeñados en competir con Evo el liderazgo del “proceso de cambio” y redireccionarlo, lo que les resta credibilidad.

Por eso es necesaria la convergencia, la integración de las pocas virtudes que sí hay, por eso el camino a la Unidad, que cada uno de ellos pregona a su manera. Pero para lograrlo, ninguno de los tres les puede pedir a los otros que se suba a “su proyecto”. Por lo menos dos, sino los tres, tienen que encontrarse como iguales, hablar entre iguales y concertar una alternativa programática con los grandes temas, cerrar un acuerdo y ponerse a caminar. Un eventual tercero y los otros aspirantes a candidatos más pequeños tendrán que subirse a ese carro, para sobrevivir, o marginalizarse y desaparecer. Entonces sí estaremos viviendo otro momento.


Nos guste o no nos guste, esto es lo que hay hasta el momento. O lo tomamos o continuaremos permitiendo y protestando el prorroguismo del MAS

No importa tanto el candidato (ese es un problema que tienen que resolver ellos), nos debe importar construir alternativas, mejor si la posible, la viable, a la que debemos apoyar para que se construya ya.

12 de junio de 2013

UN DAKAR JUSTICIERO

Se ha iniciado una campaña mundial contra la corrupción en la justicia boliviana. Las próximas semanas seremos testigos de un inusual tipo de activismo internacional al que los bolivianos no estamos, ni de lejos, acostumbrados.

Para mirarlo desde el lado bueno, hay que reconocer el aporte del Estado plurinacional: Bolivia ha dejado de ser un lugar anónimo y desconocido; la cantaleta del mar es algo que en el mundo se sabe desde siempre, de la coca-cocaína se viene hablando desde hace algún tiempo, pero esta nueva faceta nos era desconocida hasta ahora.


Varios congresistas norteamericanos han firmado un pedido dirigido a empresas e instituciones solicitando lo que pidió Sean Penn: que la carrera del Dakar suspenda su tránsito por Bolivia, hasta que se libere a Ostreicher de las manos corruptas de fiscales y jueces, que según dice haber conocido, responden más a intereses espurios del gobierno boliviano, si no a redes de extorsión que se enriquecen a costa de los acusados.

Cuando Penn, el Embajador de causas nobles (gran actor, amigo de Chávez, de Ortega y de cuanto prototiranuelo asoma por el continente), nombrado así por el mismísimo Evo Morales, denunció el caso Ostreicher y abrió las puertas para que conociéramos la poderosa red de masistas extorsionadores, describió su visita a las cárceles en nuestro país, diciendo que aquí “miles de prisioneros viven rodeados del tipo de salvajismo humano que sólo imaginamos en pesadillas”.

Y parece que los bolivianos estamos acostumbrados a ello, como a otras cosas estrafalarias; cuando uno está acostumbrado a algo eso suele pasar desapercibido de tanto estar ante nuestras narices, uno hace como que no las ve. Por ejemplo, no vemos nuestros minibuses, creemos que el transporte es así en todo el mundo y si no hemos salido de nuestro barrio (nadie tiene obligación de hacerlo) ni siquiera podemos imaginar las comodidades de un metro o un bus, limpios y cómodos, con calefacción o aire acondicionado.

Tiene que venir alguien de visita y contarlo fuera (como les pasó a los argentinos con el tango): “No imaginas cómo viajan los paceños, doblados en cuatro”. O, “conozco un lugar donde los fiscales y los jueces están todos comprados”. O, “no puedes concebir un país donde el Presidente se jacta de no haber leído un libro”. Y si quien lo grita a sotavento ha ganado un Oscar en Hollywood, se sienta entre parlamentarios y políticos progresistas del mundo y sale en la tele todos los días, puede hacérnoslo creer hasta a nosotros.

Cuando Sean Penn dijo lo de sabotear el Dakar pareció una salida más bien testimonial, una iniciativa personal. Pero olvidamos que ya con un par de sus declaraciones la justicia boliviana fue desnudada y no se mostró nada bien en sus paños menores. Penn no es solo el maravilloso actor de Milk o El Árbol de la Vida, sino un activista de la izquierda democrática norteamericana, con seguidores e influencia practica en muchos lugares del mundo.


O sea que norteamericanos, europeos, chinos y japoneses van a iniciar una recolección de firmas (medio millón, dicen) para pedir que el Dakar no pase por Bolivia, para denunciar que los bolivianos vivimos entre la corrupción más extrema, de un sistema judicial que amenaza, persigue, encarcela, obliga a huir a la gente, por razones extrajudiciales, políticas más bien, la más de las veces.

Pasen o no pasen por aquí las motocicletas del Dakar (porque los autos de verdad no van a venir), yo... en minibus, a descansar leyendo un libro en casa.

1 de abril de 2013

Campaña democrática contra la re-re-elección



AULA LIBRE de Teoría Política y Ejercicio Ciudadano ha lanzado una campaña para recolectar adhesiones de personas que quieran manifestar su desacuerdo con la ilegal decisión de habilitar al Presidente Evo Morales para una tercera reelección.

Invitamos a leer y firmar el manifiesto que está disponible en la página Web del AULA LIBRE

LEER Y FIRMAR EL MANIFIESTO

24 de enero de 2013

LA UNIDAD Y LA VICTORIA


El llamado a la UNIDAD de la ciudadanía ha sido una de las consignas de la campaña de Carmelo Lens para la Gobernación del Beni, que se ha alzado con la victoria. Quiero afirmar que cada vez que la ciudadanía logra unificarse alrededor de una bandera democrática y llamar a la acción con una sola voz, es imbatible*; no hay etnonacionalismo ni populismo autoritarios, que puedan derrotarla. Se ha dado ahora en el Beni, pero antes lo hemos visto con el voto nulo en las elecciones judiciales, con la movilización cuando la octava marcha del TIPNIS, o en elecciones cuando la alcaldía de Sucre o en Quillacollo.

La UNIDAD de la que hablamos y que la gente está reclamando, no hay que construirla como un acuerdo exclusivo entre dirigentes políticos, porque al final trasciende como un pacto en la cúpula, una repartija del poder y eso no atrae a nadie; la UNIDAD que se ha sembrado en el Beni va más allá. Se trata de un puente entre oriente y occidente (mirando el futuro incluye también al sur) entre cambas, collas y chapacos; debe ser parte de una estrategia de reconciliación para el reencuentro étnico/racial/cultural entre indios, mestizos y blancos. La UNIDAD, si quiere ser tal, como en el Beni, debe sostenerse sobre una Plataforma común, donde puedan participar indistintamente militantes de una u otra agrupación junto a ciudadanos sin partido; y la UNIDAD requiere un programa alternativo que no sea una pura respuesta a los errores del MAS y miré el horizonte por encima de Evo Morales, una propuesta que vislumbre una nueva agenda para el futuro.

Las semillas están sembradas; Samuel, Rubén, Ernesto y otros dirigentes son los claros ganadores y se han hecho con la bandera de la UNIDAD, que ahora hay que cuidarla como a ninguna. Se trata de un acuerdo que debe reconstruir confianza ciudadana y complicidad (en el buen sentido) política, desde el liberalismo social hasta el socialismo democrático, sin complejos, perjuicios, ni exclusiones.

Hay que trabajar con Juan del Granado, aunque su actitud no sea la mejor; él sabe que se ha equivocado; los resultados marginales en las elecciones del Beni y en Sucre, junto al desastre del NO (por incontabilizable) en las judiciales, lo demuestran. En el seno del Movimiento Sin Miedo tiene que estar aconteciendo algo parecido al descontento, alguien tiene que estar preguntándose a dónde se va a llegar si siguen por este derrotero. Aún son muy importantes, Juan es una opción (así hayan disminuido sus acciones), ya que anticipa la ruptura del bastión paceño, tan importante y definitorio en las próximas elecciones; pero para eso tiene que asegurar su propio liderazgo y una buena relación con Revilla, su Alcalde, que viendo cómo van las cosas se debe estar preguntando si tanto esfuerzo valdrá o no valdrá la pena.
* Frase que no debe leerse como una afirmación fruto del análisis de la situación, sino como una consigna cargada de futuro.

Sobre los USOS Y COSTUMBRES

Lo del asambleísta departamental, violador y masista, abre el debate sobre los usos y costumbres de cada quien. Más aún cuando en su defensa se ha argumentado que ese tipo de práctica sexual es parte de los usos y costumbres en las comunidades campesinas de la región.


En algunos pueblos del África la ablación es parte de sus usos y costumbres, y hay quienes han argumentado tal condición para defenderla frente a sus detractores, que en nombre de los derechos humanos, de las personas y sobre todo las mujeres, hemos condenado tal práctica, no solo como cruel, sino como un resabio de ignorancia y de barbarie.


De igual manera y siendo cuidadosos para no producir entre los afectados la falsa idea de que se discriminan sus costumbres al valorarlas, o de que quienes las juzgan den la sensación de ser superiores por no haber practicado en la vida semejantes hábitos (lo que rompería todo dialogo con un interlocutor extremadamente sensible y susceptible, por su condición de 'históricamente marginado'), tiene que llegar el momento de discutir lo que es permisible o no, sin complejos.


Así como los sectores más atrasados y menos educados de nuestra sociedad defienden su derecho a practicar usos 'ancestrales' y mantener costumbres, sean cuales fueren, quienes hemos gozado del privilegio de desarrollar nuestra personalidad en ambientes mejor cultivados, con información y formación más compleja, y habiendo conocido de antiguos y profundos pensadores universales, las condiciones éticas que permiten a una sociedad vivir y desarrollarse de otra manera (en el sentido de cultivar normas de respeto y valoración de los demás, como las que se exige para uno mismo), no podemos quedar callados e indiferentes. Tenemos que perder el complejo que nos ha impuesto la derrota político-ideológica infligida por el MAS a las clases medias, profesionales y más educadas para la vida, en nombre de culturas rurales y campesinas que no han alcanzado aún el nivel de complejidad necesaria para entender estos asuntos más allá de los limites culturales que impone el aislamiento de sus propias etnias.


Al pan, pan y al vino, vino. Si esas son las costumbres y los usos de algunos grupos minoritarios de nuestra población, son rasgos culturales denigrantes, indefendibles y que deben ser denunciados, como una forma incorrecta e inmoral de ser y de hacer las cosas.


¡Una violación es imperdonable, no hay argumento para defenderla!

21 de diciembre de 2012

La CORRUPCIÓN

Cenando con buenos e importantes amigos, hablando sobre la red de extorsionadores construida por el MAS y todas las secuelas que podrían sobrevenir, reapareció la pregunta sobre la oposición que no existe, o la incapacidad para formular propuestas, y se dijo a bocajarro: ¿Qué harías tú, si fueras “la oposición”?

La Corrupción es un tema de fondo, que nos involucra a todos, porque si se nos acusó a los políticos (sin discriminación, justos y pecadores) del pasado de corruptos y no pudimos sacarnos el estigma, ahora, con el descubrimientos de el hecho de corrupción gubernamental más grande en la historia del país, tampoco el MAS podrá evitarlo, ni el impoluto Evo Morales, sobre el que pesa ya una gran duda, así logre tapar el escándalo como en otras ocasiones, crucificando a cuatro marionetas de su equipo intermedio.

Estamos cercados por la corrupción, todos estamos cercados; ergo, la solución también nos convoca a todos. Si yo fuera ‘la oposición” desafiaría a Evo Morales, afirmando que él no puede luchar solo contra la corrupción, que carcome los cimientos de su gobierno (igual que sucedió con anteriores gobiernos), y que es necesario un acuerdo de trascendentales dimensiones para lograrlo.

Rechiflas entre los comensales consiguió esa insinuación, que me salió así, como improvisada de pronto. Pero al día siguiente me puse a pensar y siento que hay algo de razonable en el planteamiento.


Junto con la corrupción, que es un tema que nos está destruyendo por dentro, hay otros temas que en el futuro debieran llamar a la colaboración y a un acuerdo entre las fuerzas políticas más importantes, cuando el gobierno central deje de ser el gobierno sectario que intenta representar y gobierna desde los intereses de solo una pequeña parte de la población (así el voto se muestre aún mayoritario), y quiera encarar realmente la solución a los problemas que impiden nuestro desarrollo.

Me baso en concebir que el Proceso del no-Cambio y sus seguidores no son la ruptura que proclaman, con el colonialismo, la República y con el momento de Cambio más importante en nuestra historia, abierto en 1952, sino su apogeo y el inicio de su decadencia, que nos permitirá saltar a otro momento, cualitativamente diferente y esperemos que superior. Lo que ha cambiado en el país (y es un cambio trascendente e importante) son los grupos y sectores sociales que forman parte de Bloque de Poder o Bloque Social en el Poder, mientras que la Matriz Productiva sigue siendo exactamente la misma; quiero decir, han cambiado los actores, pero no han cambiado las cosas.

La corrupción, como la conocemos, es una lacra nacida en el seno de nuestra cultura política desde 1952, y todos los involucrados en ese proceso, tenemos responsabilidad para trabajar y lograr su agotamiento. Esta es una tarea de todos, donde cabemos los que habemos, los samueles, los juanes, los rubenes, los ernestos, y en el extremo una buena parte de los masistas, que no pueden estar contentos con lo que está pasando.


La otra opción, de un ensueño metafísico irrealizable, es esperar la aparición de un ángel “incorruptible” que como un o una joven mesías sin “cola de paja”, emerja de entre las ruinas de la democracia republicana, a salvarnos de todo el mal y el atraso económico, cultural y mental al que está condenado a su pueblo el primer indígena presidente. No hay eso y menos en el estado de represión política que estamos viviendo, y si sucediera, en un supuesto de política-ficción, el partido u organización que lo sustentara se llenaría otra vez de “los de siempre”, no en el sentido estricto, sino en el metafórico, porque es la mentalidad enraizada de que la política sirve para aprovechar oportunidades únicas , la que termina socavando el piso de los grandes sueños.

Entiendo que el proyecto etnonacionalista-populista-autoritario que encabeza Evo Morales Ayma tiene objetivos diametralmente opuestos a cualquier visión democrática, sea liberal o hasta socialista, y que en ese sentido no hay posibilidad de dialogo, como los propios masistas lo han demostrado. No se puede discutir entre el centralismo tajante y las autonomías regionales emergentes, es imposible coincidir entre el estatismo a ultranza, que valora lo ancestral-comunitario, con los principios de la libertad individual y el apoyo-respeto a las iniciativas personales y/o empresariales; es imposible combinar un concepto de desarrollo sustentado en las fuerzas del mercado y la regulación de estados más bien equitativos, enlazado a la economía mundializada y con nuestros vecinos, con este provincianismo masista arcaico, que pretende devolvernos a una sociedad con valores agrarios.



Pero hay cosas que los opositores (que decimos protestar sobre ideas y principios claros) tenemos que proponer como un anclaje de lucha al que debe aferrarse toda la sociedad, como es el caso de la corrupción. O para partir nuevas aguas, en la apertura de nuevos debates que nos convocan transversalmente, como ser, por ejemplo, la viabilidad o no del Estado Laico, que de no pachamamizarse, podría ser un gran aporte del MAS para el desarrollo futuro de nuestras sociedades plurimúltiples (ya que tanto gustan algunos de lo pluri).

Finalmente, construir un camino de unidad política, alternativo al poder del MAS, no es cosa solamente de acercar a los samueles con los juanes, sino sentar las bases de los grandes asuntos que nos van a reunificar a los bolivianos y bolivianas, más allá de nuestros orígenes étnicos o de clase, para redescubrir y revalorar los principios, idelógicos, económicos y culturales, que nos han permitido vivir juntos hasta ahora, a pesar del MAS, sus atavismos, sus resentimientos y sus odios.

6 de septiembre de 2012

OPONERSE SI, pero no así

La oposición política sigue atrapada en las redes del MAS y del gobierno de Evo Morales, que han tenido la cualidad de comunicar permanentemente a sus seguidores sobre las bondades del régimen, tengan o no razón, informen verdades o se obliguen a decir mentiras. Quienes por uno u otro motivo se oponen a lo que decide el gobierno (y no están presos o exiliados), continúan reaccionando a sus iniciativas, incapaces de incorporar temas propios en la Agenda Nacional.


Ramón Guillermo Aveledo me comentaba que en Venezuela la unidad de la oposición fue posible cuando los opositores dejaron de pensar en Hugo Chávez y de reaccionar a sus burdos planteamientos, todos los días, como movidos por un resorte. La oposición boliviana podrá empezar a caminar el día en que dejemos de mirar, pensar y avergonzarnos de lo que hace y dice Evo Morales Ayma, y empecemos a preocuparnos por la gente, los pueblos y las culturas que habitan esta única nación. Nuestra nación.

El régimen derl MAS ha tenido la capacidad de mostrarse como iniciando una nueva era en la historia de Bolivia (todo se hace por primera vez, todo es un hecho inaugural), así, si alguien se opone a lo que dicen y hacen, resulta un conservador que quiere frenar el avance popular. Hay que salir de esa callejuela; debiéramos concentrarnos entre otras cosas en definir lo que significa el gobierno etnonacionalista y autoritario que rige los destinos patrios, hoy por hoy. Sostengo que no es nada nuevo, sino parte (y de las más tristes y pobres) del rumbo que abrió la Revolución Nacional de 1952. Tan es así (y repito) que el régimen cocalero no ha podido crear hasta ahora una sola empresa o entidad que reproduzca para el país el fruto de su trabajo; seguimos viviendo de YPFB y de COMIBOL, que son las empresas de la Revolución, la de verdad, la de 1952. El aporte de la coca-cocaína a los ingresos nacionales, y las deformaciones que esto conlleva en la formación social de la Bolivia de hoy, son desde ya delincuenciales y pasajeros ante la historia.

De ser esto así, la propuesta de la oposición estará también enmarcada bajo el horizonte abierto por esa Revolución, y nos evitará tener que inventar y experimentar con propuestas que de poco creíbles se tornan demagógicas; nos permitirá entender que todo proceso y todo bloque social alternativo de poder, tendrá la virtud y la posibilidad de concentrarse en avanzar por sobre las limitaciones del populismo masista (en Bolivia es posible ser oposición progresista), sin tener que restaurar nada, porque nada ha sido destruido en el fondo (no hay revolución masista), sino debilitado, reencaminado, reformado, contrahecho, etc. Eso nos evita los discursos restauradores sobre algo que nadie quiere volver a vivir.

Los conservadores en Bolivia son los militantes del etnonacionalismo autoritario que ante la incapacidad de modernizar, democratizar y otorgar condiciones económicas para que los sectores dinámicos y productivos se desarrollen en el marco de una nueva economía capaz de generar riqueza y distribuirla lejos de la informalidad, nos proponen un camino que raya en el límite de lo delincuencial, propulsando actividades informales como el contrabando, la corrupción y el narcotráfico; para ello hay que retrotraer la actividad estatal a los límites ensayados sin éxito el siglo pasado, o más allá aún, rescatando "usos y costumbres" arcaicas, dignas del mundo tribal, con las que contábamos para vivir en sociedad, incluso antes del encuentro entre las grandes culturas del siglo XV o XVI, cuando la llegada del Imperio Español a estas tierras.

La oposición debe dejar de quejarse y se debe ocupar de resolver sus problemas internos, rearticular la confianza, renovar los liderazgos, construir la unidad, mostrar que la colaboración es la nueva manera de encarar el desarrollo, ser verazmente democráticos para que podamos creerles. Esto es posible con las reglas establecidas para competir por el poder y constituir un nuevo gobierno los próximos años, ya que tenemos  la posibilidad de vivir una segunda vuelta electoral, así la oposición no logre caminar unida del todo en la primera vuelta. Queda claro que Morales no aguantará una segunda vuelta, él contra uno solo (autoritarismo versus democracia, censura versus libertad, confrontación versus cooperación, modernidad versus anacronismo), que esta vez le puede ganar y apartarlo democráticamente del poder, con la condición de no ser un Frankeistein, armado a pedacitos de entre tanto muerto del reciente pasado.