ALTERNATIVAS

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14 de mayo de 2013

DE BLOQUEADOR A BLOQUEADORES

Dicen que Morales está desmoralizado. Él mismo lo mencionó hablando de Huanuni al borde de la quiebra. A pesar del crecimiento de los precios de las materias primas, que nos dan la falsa sensación de haber crecido, YPFB no explora más y le cuesta al Estado casi mil millones de dólares americanos en subvenciones, la COMIBOL trabaja en el límite, con algunas minas casi en quiebra, las AFPs ingresan cada vez menos y su sostenibilidad está en entredicho.

Vale decir, la nacionalización y estatización son un rotundo fracaso. La política ultraestatista da sensación de ganancias ahora (por mérito de otros, que es lo mismo que gozar de indulgencias ajenas), pero es insostenible en el tiempo.

El Estado plurinacional no ha podido crear y poner en marcha ni una fábrica de calcetines que funcione y Bolivia sigue viviendo de las empresas creadas en la República desde la Revolución Nacional en 1952. Lo demás es puro cuento: “estamos muy bien, crecemos como nunca”. Paralelamente los paros, huelgas y bloqueos se suceden en todas las ciudades.

¿Que debiera hacer el Presidente Morales para frenar al bochornoso desorden que tiene al frente?


¡MENTIR! Eso sabe hacer. Que aplique ahora la táctica de la re-elección. Digo, prometo y comprometo y luego no me acuerdo.

Si las finanzas estatales andan tan bien como predican (95.000.000.000 de $us en 7 años dicen los presupuestos aprobados), es hora de GOBERNAR OBEDECIENDO AL PUEBLO y que nos llegue a todos algo de lo que se dice tener. No vale sólo a los cocaleros. No sólo a los grupos prebendales y casi mafiosos que se autodenominan movimientos sociales. No sólo a la burocracia masista, ineficiente y corrupta.

Prometer aumentos, pensiones buenas para los jubilados, alguna compensación, alguna subvención. ¿No nacionalizaron y expropiaron para eso? ¿De qué sirve a los jubilados que justamente ahora los Fondos de Pensiones pasen a manos del Estado y a ser administrados por el gobierno, si cada vez vamos a recibir menos? Podrían decir, por ejemplo, que a los trabajadores y a los maestros se los va a tratar como si fueran militares; generar y aprobar de puño y letra alguna ley consecuente.

Y no cumplir. Decir que se tomó la decisión presionados por las movilizaciones. A eso se llama “estrategia envolvente” y el MAS es especialista. Ya todos sabemos que Evo Morales es un mentiroso. Diga lo que diga, prometa lo que prometa, yo no le voy a creer. Pasado mañana dirá y hará todo lo contrario.

19 de noviembre de 2006

Carta Abierta

Estimados amigos o amigas:

Este es el tercer día de huelga de hambre del grupo instalado en la Basílica Menor de San Francisco en la ciudad de Nuestra Señora de La Paz, templo colonial, el más importante de los que engalanan nuestra capital, representativo entre todos del barroco mestizo, integrador de la arquitectura española e indígena del antiguo Virreinato del Perú.

Hemos elegido este templo católico por esa su característica mestiza; porque simboliza el encuentro entre los dos mundos del sincretismo boliviano contemporáneo, porque está en la frontera entre los barrios indios de las laderas de la ciudad y los barrios de cultura occidental y europea de nuestra urbe; porque en su atrio se mezclan el castellano y el aymara, hablados indistintamente, con el inglés o el alemán de los turistas que visitan nuestra tierra. Porque a su alrededor se levantan los edificios nuevos, al lado de las construcciones coloniales y las republicanas de principios del siglo XX. Porque los vendedores ambulantes y el mercado de Las Brujas conviven con los locutorios de Internet y los teléfonos celulares de los apurados viandantes.

A las diez de la mañana del viernes 17 de noviembre intentamos establecer el piquete de huelga y fuimos agredidos por grupos del MAS que nos obligaron a refugiarnos en el templo, cuyas puertas resistieron el embate de los exaltados, como en los peores momentos de las persecuciones medioevales, lo que fue filmado por varios canales de televisión y formó parte de las noticias del día. Estamos, por lo tanto, refugiados dentro de la iglesia, en un salón lateral, que los franciscanos han tenido a bien cedernos mientras dure nuestra protesta.

Mientras tanto, el gobierno ha organizado una marcha campesina que amenaza cercar la ciudad, para presionar al Congreso Nacional y obligarlo a aprobar en el Senado, una nueva ley sobre la propiedad de la tierra que más allá de su contenido (uno puede estar de acuerdo o no) es un problema para el gobierno, porque le falta un voto para aprobarla sin discutirla ni presentarla siquiera. Lo importante es observar la presión externa. La amenaza del cerco campesino a la ciudad, o la presencia de campesinos indígenas, traídos desde todos los rincones de la geografía patria, que viven y duermen en improvisados campamentos alrededor de la sede de la Asambleas Constituyente en Sucre, para evitar que la oposición se exprese (ayer golpearon hasta herirlo al constituyente por la ciudad de El Alto, Emilio Gutiérrez, por el simple hecho de haberse pintado la consigna opositora de 2/3 en el pecho y exhibirse así en público) y para que nadie de los del MAS pueda expresar disenso alguno (hace una semana fueron expulsados del MAS dos diputados, Mena y Beckar, por expresar sus desacuerdos y temen ahora por las agresiones físicas que puedan sufrir, si llegan a presentarse entre los diputados en el Congreso).

Nuestra huelga es por la democracia y el régimen de libertades que está en peligro; pretende conmover a la opinión pública sobre la distorsión que impulsa el gobierno haciendo creer que se trata solo de intereses privados (la movilización de los campesinos por las tierras de oriente, por ejemplo) y pone al pueblo a la caza de oligarcas, mientras decide los mecanismos antidemocráticos que regirán las leyes del futuro. Ya ha logrado aprobar el mecanismo que excluye por completo a toda la oposición de las decisiones de la Asamblea Constituyente, ha logrado organizar a grupos que amedrentan a la oposición en las calles (como a nosotros ahora, encerrados en una iglesia) y quiere cercar y acallar la voz del Parlamento Nacional a partir de este martes 21 de noviembre.

Nuestra huelga no pretende terminar con una victoria política sobre la legitimidad del gobierno, obligándolo a obedecer la ley como quisiéramos, aún a sabiendas de que no tenemos la fuerza suficiente, sino sellando a fuego nuestra identidad democrática y casándola con la sociedad nacional, en un matrimonio indestructible, cuyos frutos se recogerán mañana. Por el momento somos 78 huelguistas distribuidos en 10 piquetes en todo el país, esperamos llegar a 200 en dos días más y crecer hasta el viernes próximo, si la sociedad nos apoya y se adhieren otros grupos y sectores.