ALTERNATIVAS

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12 de diciembre de 2024

LA PAZ tiene un buen futuro

La ciudad de La Paz, como sede del Gobierno de Bolivia, concentra la mayoría de las instituciones gubernamentales, lo que la convierte en un centro político, administrativo y cultural de gran relevancia. Sin embargo, su condición actual no le otorga un estatus administrativo especial que le permita gestionar y autofinanciar adecuadamente su desarrollo urbano y su dinámica como núcleo nacional. Ejemplos internacionales, como la Ciudad de México y Washington D.C., muestran que ciudades con funciones capitalinas específicas pueden beneficiarse de estatus administrativos excepcionales que fortalecen su capacidad de autogestión y desarrollo. La Constitución Política del Estado Plurinacional de Bolivia y el sistema de autonomías abren la posibilidad de explorar este camino dentro del marco legal y político.

Puestos a proponer, PROPONGO:

1. Reforma Legislativa para Estatus Especial:
Se requiere un proceso legislativo que reconozca a La Paz como una "Ciudad Sede Especial". Esto implicaría la modificación o creación de leyes que definan un régimen administrativo diferenciado, con competencias adicionales y recursos específicos para su financiamiento. Este modelo podría inspirarse en otras ciudades internacionales, como Ciudad de México, que cuenta con un gobierno autónomo y recursos propios para administrar su complejidad.

2. Fondo Especial de Desarrollo Urbano:
Proponer la creación de un fondo especial de desarrollo urbano financiado por contribuciones nacionales e internacionales, así como ingresos propios derivados de impuestos, tasas o contribuciones específicas. Este fondo sería administrado por un ente autónomo, pero sujeto a transparencia y rendición de cuentas, garantizando la sostenibilidad financiera de la ciudad sin depender exclusivamente del presupuesto nacional.

3. Plan Estratégico y Participativo de Desarrollo:
Diseñar un plan estratégico que articule las demandas urbanas, sociales y culturales con las funciones gubernamentales. Este plan debe priorizar la modernización de infraestructura, transporte, vivienda y gestión ambiental, considerando los desafíos particulares de La Paz como ciudad de altura y de alta densidad poblacional. La participación ciudadana y la colaboración con expertos nacionales e internacionales serán claves para un diseño eficiente y sostenible.

4. Proyección Internacional y Cooperación:
Aprovechar la condición de sede de gobierno para fortalecer las relaciones internacionales y buscar cooperación técnica y financiera que contribuya al desarrollo urbano y social. Esto posicionará a La Paz como un modelo de ciudad capital sostenible en la región, promoviendo inversiones que impulsen su crecimiento y equilibrio territorial.



12 de agosto de 2019

El eje es el EJE*


El periódico El Deber de Santa Cruz ha confirmado este sábado 10 de agosto un dato que ya conocíamos pero que viene bien recordarlo, para tomar decisiones, políticas y de vida, porque como en cada elección, estamos definiendo nuestro futuro. 

Dice El Deber que el 73% del electorado boliviano vota en el Eje Central, es decir, en Santa Cruz, Cochabamba y La Paz + El Alto. Tres de cada cuatro compatriotas emiten su voto en esos deartamentos, que son decisivos, por lo tanto.



Nadie puede pretender ganar una elección si al menos no cuenta con el apoyo de uno de ellos. Por ejemplo, si la preferencia a una candidatura se concentra solo en el Beni y o Pando, el correspondiente partido no puede darse el tupé de contarnos que pretende ganar las elecciones. O sólo en el sur, entre Tarija, Potosí y Chuquisaca, tampoco le pueden decir a la nación que van a ganar, o que tienen la oportunidad de alcanzar una segunda vuelta en un albur de la suerte, que es el caso del Carlos Mesa, que, al repetirlo y repetirlo, solo nos está mintiendo.

Por eso sostengo que amenazar con que "o votan por mi, o estarán votando por el continuismo ilegal de Morales Ayma" es un chantaje a la ciudadanía, porque no se sostiene en la verdad, desde la que más bien debiéramos votar por quien veamos más conveniente para solidificar trincheras efectivas de resistencia en el próximo futuro. Es más importante decidir, por ejemplo, nuestros diputados uninominales que esforzarnos inútilmente en concentrar el voto en alguien que no lo merece, porque no ha hecho su trabajo de campaña y en ningún caso será parte de la resistencia.

¿O alguien imagina, por ventura, a Carlos D. Mesa, espada o mazo en mano, defendiendo la democracia, encabezando su bancada en una batalla de verdad, frente a los tribunales, en las calles, o en una huelga de hambre, o desde la clandestinidad?

Y no me digan que por decirlo, y aclarar así la percepción de mis lectores, estoy favoreciendo a otros candidatos, y menos a los indeseables que sabemos. En tanto que jubilado e independiente, no me cabe favorecer a nadie, sino decir lo que creo desde mi saber y mi experiencia. Hubiera apoyado, de existir una mínima oportunidad de que un segundo bien posicionado se aprontara a dar batalla a Morales Ayma, pero no es el caso; y apoye o no apoye, reniegue o no reniegue, no soy nadie para cambiar la realidad que viene.

Tampoco esto pretende apoyar a Oscar Ortiz, quien, desde mi punto de vista socialdemócrata, es la derecha y yo no apoyo nunca a las derechas, aunque los partidos en Bolivia, unos y otros, son bolsas de gatos donde caben de todos los colores. Y esto sirve para el MAS, lo mismo que para CC o para BDN.

Lo que si reconozco de Ortiz es que tiene un bastión de entre los grandes que defender, que es Santa Cruz, y no puede perderlo e irse, como le piden los y las mesistas, haciéndole al MAS semejante regalo, porque esa si es una trinchera para resistir lo que viene y proyectar desde allí un futuro mejor y en democracia, para el país entero.

Y miren Uds. que paradoja, lo mismo reconozco de varios candidatos y candidatas a senadores y diputados en Comunidad Ciudadana que van a estar en la Asamblea Legislativa, o en SOL.BO con Lucho Revilla y Pepo Bedregal, o en Juan del Granado, para LaPaz, o de UN con Samuel Doria Medina y Soledad Chapetón en El Alto; o las varias Agrupaciones Ciudadanas no formalizadas aún, que las conocemos como plataformas, inclaudicables con el 21F, que son trincheras democráticas insustituibles. Pero esa es otra historia, que habrá que dilucidar en las subnacionales y tendrá que ser escrita en otra ocasión.

Por el momento es suficiente saber que si alguien no gana al menos en un departamento, entre La Paz, Cochabamba o Santa Cruz, muy poco tiene que ofrecer.


*Nota: Este texto fue escrito antes de conocer las encuestas de la noche del 12.08.2019. Despues de conocerlas ha sido modificado en pequeños detalles de forma, que no hacen a su contenido.

29 de julio de 2017

ENTRADA UNIVERSITARIA

Hoy pasó por mi puerta la Entrada Folclórica Universitaria y me acordé de Fernando Cajías (lo he buscado en Feisbuc y en Tuiter, pero nada) con su Llamerada San Andrés, mucho antes que a su paso vibrara La Paz, como pasa ahora, para bien del colorido, la investigación y las danzas andinas y cholas redescubiertas desde las universidades; para el bien de las industrias de las cervezas también. Me dije, “que bien Fernando, tu sueño llegó lejos”.


Luego vi los repetidos bailes, ese machacar todos los días sobre “nuestra” identidad más que boliviana o paceña, andina y fundamentalmente aymara, en la cual nos obligamos a reconocernos diciendo que es la nuestra, cuando este pueblo, como todos los demás, comparte culturas venidas todas de lejanas tierras y mezcladas aquí para hacer sincréticas nuestras identidades. Y me dije, “esto ya no aporta, esto está hecho para mirarse el ombligo y poco más”.


Imaginé una universidad universal como es su nombre, abierta al mundo, cantando y bailando y enseñando el folclore de todos los pueblos del mundo; imaginé a nuestro universitarios y universitarias jóvenes bailando danzas africanas o australianas por las calles de La Paz, y pensé que en un futuro así será. Imaginé un boliviano universal, un ser humano sin tantas anclas ni atavismos, mirando el mundo, la ciencia, el desarrollo desde su propio imaginario y desde su propia identidad.



2 de diciembre de 2014

CAMINO A LA ALCALDIA

Luis Revilla lo tiene complicado en este su camino de reelección a la Alcaldía de La Paz, y si no lo hace muy, pero muy bien, terminará por regalársela al MAS, que ha de estar como un mastín hambriento, esperando atrapar el hueso que le vaya a caer de la mesa de los principales invitados.
La tiene complicada primero por la estructura del voto que lo sustenta. Gran parte de esa votación no es incondicional, opta por Revilla en las municipales y vota por Evo en las nacionales. Eso hace temer que si el candidato masista realiza una campaña que convenza a ese electorado de clases medias emergentes que votar por el MAS es mejor para La Paz, eventualmente podría llevarse una buena cantidad de esos electores a su lado. Para la agrupación de Revilla es más complicado, ese dato le indica que su campaña no puede ser confrontacional, directa y dura contra el MAS, porque puede dañar la sensibilidad de esos electores, tan importantes para cualquier triunfo. A la inversa, una actitud así parecerá tibia y poco comprometida con las clases medias tradicionales, más afectas a votar por alguien claramente enfrentado con el autoritarismo masista, como se demostró con Tuto estas últimas nacionales.

Y habrá contendores en los cuales pensar. Tremendos, duros y poderosos contendores los que UN y el PDC pondrán para frenar a Revilla, porque queda en la memoria la posibilidad que él encarnó de constituirse en la cabeza de una candidatura única de oposición, que se calificó en su momento como más apta y viable que la de Samuel o la de Tuto. Es decir, Samuel y Tuto, que se creen habilitados para las nacionales del 2019 van a hacer todo lo que sea necesario para frenar a Revilla, que aparece como el peor escollo a sus respectivas carreras presidenciales. ¡Si puedes eliminarlo ahora que es aún débil, mátalo ya!

El otro problema es “el síndrome sin miedo”. Por origen, por historia y por proyección, los seguidores de Juan del Granado, que son los mismos que rodean a Lucho Revilla, y él mismo, creen que el espacio de su pelea está en la disputa por la conducción del Proceso de Cambio (y no se equivocan, lo que me ha hecho pensar siempre que ellos están más en la vereda del autoritarismo que en la de la democracia), lo que los ha obligado a disputarle a Evo Morales un liderazgo que es imperturbable, y en cuyo empeño se han alejado de los sectores que podrían servir de mejor y más fiel sustento aunque eso significara cambiar de bando, por lo que son vistos como una rémora o un lastre por estar vinculados al pasado o con la derecha. En ese camino Juan y ahora Lucho guardan dentro suyo una tendencia al aislamiento, que ya los ha llevado al despeñadero.

Y finalmente la soberbia. Eso de creer que uno es el elegido, tan fácil en nuestra cultura de caudillos y jefecitos: ¡Ahora que el Chapulín se ha muerto… solo yo puedo ayudarlos!