ALTERNATIVAS

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12 de mayo de 2019

La OEA en el Chapere

La figura de Luis Leonardo Almagro Lemes, Secretario General de la OEA es controvertida. Militante del Frente Amplio del Uruguay, coalición de la izquierda democrática que gobierna ese país desde hace décadas, pero expulsado del mismo por su posición frontal y confrontacional contra la tiranía de Maduro en Venezuela, fue Embajador y Canciller de Tabaré Vasquez y José Mújica.
Su visita a Bolivia los próximos días no es un viaje improvisado; se viene organizando hace meses en la sede de la OEA en Washington y está referido a actividades programadas con la Cancillería boliviana relacionadas con actividades del Organism Interamericano que Almagro preside, centralmente sobre el rol de la OEA durante las próximas elecciones generales en 20 de octubre de 2019. Hasta allí no hay Chapare, ni coca/ccaina, ni proclamaciones truchas.
Como los masistas son ladinos y se consideran vivillos, además, quieren aprovechar esta visita para poner en la agenda, tanto el Chapare para destacar el gran esfuerzo plurinacional para que la coca no se convierta en clorhidrato, como para hacerlo sentar a la derecha del Evo en el atril levantado en pleno aeropuerto de Chimoré, único sitio que puede dar cabida a semejante multitud, que los masistas están obligando a concentrar para proclamar al candidato ilegal que quiere ser Presidente por cuarta vez, aunque las leyes bolivianas establezcan un máximo de dos, y un referéndum lo prohíba.
¿Se va a prestar a esto el Sr. Almagro?
No, no se va a prestar. No va a ir a la proclamación, de eso estoy seguro, por razones de principio también, pero y sobre todo, porque su investidura no lo permite, y encontraría frente suyo el rechazo de la mayoría de los países miembros de la OEA. Al Chapare puede que vaya, finalmente es una invitación de su anfitrión, aunque Almagro sabe perfectamente lo que esto significa y a más de felicitar por los esfuerzos a Su Excelencia, como es de rigor y educación, tendrá que reflexionar públicamente sobre lo que significa el tráfico y el consumo de cocaína en la región. Habrá que ver con qué nos sale el controvertido Sr.
Pero lo que sí tiene que hacer Almagro es reunirse con Carlos Mesa y con Oscar Ortiz (pudiera incluir a otros más, pero no es relevante), así sea por separado, y brindar declaraciones claras sobre lo que es y no es la democracia en el Continente, y decir cosas al respecto también sobre Bolivia. Esto depende mucho de la gestión que Carlos y Oscar puedan hacer; al menos le he pedido al primero (a ver si lo considera) que llame a Almagro y le advierta (aunque él ya lo sabe, seguro) del contexto al que está llegando; y haría muy bien el Representante Residente de la OEA en La Paz, enriqueciendo la Agenda de Trabajo del Secretario General, con un encuentro trascendente durante su visita, con las oposiciones que representan al final de los finales, lo poco de democracia que queda en este nuestro país maravilloso.

4 de abril de 2017

EL GOLPE EN LA OEA

Un grave problema en el Gobierno pluritutifrútico en Bolivia es que ha perdido el rumbo de su accionar comunicacional. No hay mejor demostración para ello que la portada del periódico oficialista CAMBIO del día de hoy.

Lo que ha sido un tremendo gafe diplomático que ha puesto a Bolivia como un Estado títere, o al menos al servicio de una dictadura como la venezolana, y a su embajador Diego Pary como a un payaso desconocedor del sistema y las normas de la Organización de Estados Americanos, está siendo mostrado en Bolivia como un intento de impedir que nuestra representación ejerza la presidencia del Consejo Permanente de la OEA, que le toca los próximos tres meses.

Cada día que pasa creo más que el gobierno de Morales Ayma se miente a sí mismo, lo que le ha hecho perder el rumbo de sus decisiones. Si una equivocación de magnitud, como la ocurrida este fin de semana con relación a Venezuela, que comienza con el comunicado oficial de apoyo incondicional al frustrado auto-Golpe de Estado propiciado por Maduro y termina con la acusación de Golpe Institucional en el seno de la OEA, no concluye con una crítica interna y un pedido de excusas, sino a la inversa, victimándose ante el resto de las naciones, solo seremos el hazmerreír del sistema internacional y peor aún, de nuestros históricos adversarios.

Estoy pensando en la Causa Marítima. ¿Con qué cara podremos esgrimir nuestros argumentos no solo en La Haya, sino en la OEA, después de semejante desaguisado? Mientras Diego Pary esté hablando del tema en las sesiones o los pasillos de la OEA, un chascarrillo de risas recorrerá el ambiente, y Chile se regodeará por ello. Lo mínimo que tendría que hacer el dizque embajador Pary es renunciar a ese puesto y no aparecer más en el ambiente de los diplomáticos en serio. Y Bolivia, el gobierno boliviano, lo mínimo que puede hacer es callarse en siete idiomas y no abrir más la boca sobre este tema por un tiempo.

31 de mayo de 2013

LA ESTRATEGIA ENVOLVENTE INTERNACIONAL

La situación del Estado plurinacional boliviano está cada día peor en el mundo y entre nuestros vecinos. Y no afirmo esto por autosatisfacer mi obsesión opositora de todos los días, que ya hasta pena da esto de despotricar contra el régimen sin que pase nada; lo hago para que quede claro lo que vendrá sobre el país –más temprano que tarde, conforme pasan los días- cuando se derrumbe el castillo popular de naipes plurinacionales, que en el mundo mundial se conocen más bien como bolivarianos.



¿En qué lugar de la estrategia marítima estaba lo de retirar de la Agenda de la Asamblea General en la OEA el tratamiento de nuestro centenario reclamo, después de 34 años de soberbio sostenimiento? El estilo masista de trabajo “envolvente” funciona dentro de casa, donde se puede improvisar imponiendo la fuerza y el desorden de la voluntad de un grupo incompetente empoderado, pero no hacia afuera, donde la profesionalidad y la cautela debieran primar siempre. Ahora resulta que la demanda marítima ante los tribunales de La Haya es nuestra prisión y que no podemos hacer nada antes de tratar el tema en esos estrados, otorgando una gran concesión a Chile al hacer absolutamente bilateral este asunto. ¿Quién lo pensó? ¿Quién asume la responsabilidad de este autogol?

La casi ruptura de relaciones con estado Unidos de Norteamérica es un llamado de atención a la comunidad internacional, que ha de evaluar de manera contraria a nuestros intereses esta situación. La Embajada, la DEA, la NAS y finalmente USAID son el resultado de la presión cocalera del Chapare cochabambino, el resultado de una nefasta gestión que no puede dejar sino un tufillo a coca y a cocaína. Solo los países de la ALBA pueden comprender nuestra determinación revolucionaria, pero la ALBA está sufriendo momentos terminales y su opinión no vale casi nada.

Es cierto que la política antidrogas de Estados Unidos está cambiando radicalmente y dejando de ser una guerra para pasar a contar con una estrategía más integral e inteligente, pero en un mundo donde la colaboración entre países, instituciones, asociaciones e incluso personas es el motor principal del desarrollo, perder este nexo es un salto atrás difícil de aquilatar ahora; más aún cuando la retirada de EE.UU. nos deja en manos casi exclusivas de lo que diga y haga el nuevo gigante de la región, Brasil, que ese si está aquí al lado.

El Brasil empieza a dar muestras de enojo. Nuestro principal comprador de gas y potencia regional indiscutible, podría esperar algo de mayor consideración de su vecino. Lo del Senador Pinto asilado sin salvoconducto en la Embajada brasileña en La Paz ya es un exabrupto; lo de los hinchas futboleros presos en Oruro es otro gafe que han dejado pasar. Pero lo que no pueden y no dejarán pasar es la cantidad creciente de cocaína que desde el Perú y Bolivia les llega a través de nuestras fronteras. Y este problema es extensible al resto de los vecinos, cada vez más preocupados.

La Bolivia plurinacional, bajo la hegemonía campesino-aimara (de originaria, nada) mira el Pacífico y se olvida de Brasil. Esto no sería un grave problema, si se circunscribiera a la incapacidad e inoperancia de generar políticas hacia el Pacífico, como lo viene demostrando hace años la Cancillería –seguramente plurinacional– , que eso se solucionará en algún tiempo, cambiando a los actuales administradores; lo tremendo es olvidar la Amazonía, sobre todo Santa Cruz, que carente de una élite política con proyecto propio, está entregándose cada día más a la influencia e intereses de la potencia vecina.

Por otro lado, Sean Penn ha demostrado que el imperialismo tradicional tampoco se ha ido del todo, está mirando desde palco. Basta la opinión de un actor del cine norteamericano para que se descalabre todo y quede al descubierto la trama de corrupción, extorsión, utilización de la justicia… o como dice Penn, un mundo donde “miles de prisioneros viven rodeados del tipo de salvajismo humano que sólo imaginamos en pesadillas”. Ese mundo que denunciamos cada día los ciudadanos en Bolivia, pero que solo se ve cuando se trata el tema en California.

¿Y qué decir del Irán, que nos inserta cada día a la lista de naciones peligrosas? ¿No se está encubando ahí un riesgo de grandes dimensiones, sin que pueda venir ya el Comandante Chavez u otro Chapulín de la ALBA a salvarnos?

Pero todo eso importa poco. De lo que se trata finalmente es de Vivir Bien, de que Bolivia Cambia y que Evo Cumple.

22 de mayo de 2013

SIEMBRA VIENTOS...

Ni tú, ni yo, ni nadie, sabíamos que presentar la demanda boliviana por el mar ante el Tribunal Internacional de La Haya significaría romper con la insistencia multilateral en la OEA. Renunciar a la tesis boliviana de la multilateralidad y aceptar la tesis chilena de la bilateralidad, donde solo ellos tienen para ganar, más aún si el Perú sigue y seguirá siendo un país tranca (peor si no se lo toma en cuenta).

La renuncia es más que no tratar el tema marítimo en la Asamblea General, es abandonar un camino que Bolivia siguió consecuentemente durante décadas. Evo Morales ha impuesto otro rumbo, altamente riesgoso a la demanda boliviana.

Nuestra nueva estrategia (que yo la pensé envolvente, al estilo masista: "metale con todo y sin importar nada") parecía contemplar varias batallas en escenarios distintos. En los organismos multilaterales de la región y el mundo, en los tribunales internacionales, en el dialogo directo entre Chile, Perú y Bolivia, en la diplomacia directa, en el invento este de la diplomacia de los pueblos. Bolivia dando batalla en todos los rincones.

A decir de Chile fue su diplomacia la que amenazó con evitar-empantanar-denunciar la inclusión del centenario reclamo boliviano en la agenda de la próxima Asamblea General, entendiendo que el conflicto se trasladó definitivamente al ámbito bilateral gracias al nuevo contencioso internacional planteado por Bolivia. Ellos dicen que no se puede, según estatutos y normas de la OEA, tratar el tema en dos ámbitos distintos al mismo tiempo.

Y parece que tienen razón, porque Bolivia ha retirado después de 34 años consecutivos su solicitud de incluir este reclamo entre los temas a ser reconocido y discutido por todos los países del continente americano.

Ni tú, ni yo, ni nadie lo sabíamos, porque no somos expertos. Los expertos tampoco lo dijeron o son expertos de cuarta, como suelen proliferar en este gobierno. El resultado es amargo. Hemos cambiado el escenario difícilmente conquistado en 1979 a otro que no garantiza sino el reconocimiento al pedido boliviano de exigirle a Chile que negocie de buena fe (?) una solución al conflicto, corriendo el riesgo de que el resultado pudiera sernos adverso.

Magro resultado. Un primer paso en falso de la nueva estrategia del etnonacionalismo autoritario que no mira más allá de sus narices y se autosatisface con el apoyo interno y la esperanza de miles de bolivianos engañados con espejitos de colores. Hay personas en Bolivia que creen que el Tribunal de La Haya tiene la potestad de decidir que Chile nos devuelva o nos otorgue una salida al mar con soberanía.

6 de junio de 2012

La OEA y el MAR

Cuando Evo Morales Ayma llegó el año 2006 a ser Presidente de la entonces República de Bolivia, y como no asistió nunca a estudiar en la universidad (de lo que se ufana) y sabía muy poco de la historia marítima del país, sus avatares, avances y retrocesos en más de cien años de controvertida diplomacia, se dejó seducir por los ojitos que le hizo la entonces Presidente de Chile Michelle Bachelet Jería (médica, titulada por la Universidad de Chile, una ventaja comparativa en su formación intelectual), quien lo convenció que el problemita ese lo podían resolver entre ellos dos, tan revolucionarios como seguramente le decía ella que eran ambos, ella y él, dos socialistas, un solo corazón.

Así que Evo olvidó el camino boliviano por la multilateralidad, que explica nuestra mediterraneidad no como un asunto exclusivo entre Bolivia y Chile, sino como que en realidad afecta moral, económica y diplomáticamente a todo el continente. Evo decidió que no, que entre él y Michelle lo resolverían, intercambio de charangos de por medio, lo que le iba muy bien ese momento (el más alto de su brillo y apogeo) gracias a que empezaba entonces a creer (tanto llunku repietiéndoselo día por medio): que con él comenzó la historia de verdad, la nueva era.

El romance transandino duró un tiempo y Bolivia olvidó hacer lo de todos los días, llevar a la OEA el planteamiento y repicar que este era un asunto de interés multilateral que atinge a todos los estados y gobiernos; por suerte Chile no aprovechó del todo aquel descuido para provocar una nueva resolución que barriera con la de 1979, que tanto nos favorece, y que sigue vigente, por no haber otra hasta ahora.

Terminado el mandato de Bachelet llegó Piñeira y a Morales esto le pareció muy mal, no porque dejara de hacerle ojitos (La Moneda debe haber considerado hasta eso para seguir engatusando al insólito vecino), sino porque era de derechas y con la derecha no se puede hablar. Sin previo aviso, sin alertar a nadie, el 23 de marzo de 2011, Bolivia decidió por su nuevo camino: Este asunto lo resolvemos en los tribunales internacionales y para ello, en un año, estaríamos con nuestra demanda internacional en los tribunales de La Haya –dijo el presidente aymara, conquistando aplausos de sus secuaces, que todavía le creen–.

Y llegó el 23 de marzo de 2012, que en Santiago deben haber esperado pertrechando una fila de especialistas para contrarrestar la demanda boliviana. Pero no pasó nada de nada. Era de prever la dificultad de una demanda por encima de un tratado internacional, que en su momento fue ratificado y tiene plena vigencia, así sea injusto como pocos y no haya resuelto un problema que algún día deberá encontrar solución definitiva retornando a Bolivia la cualidad marítima perdida en una cruenta guerra; a ver si había algún Tribunal Internacional que la aceptara, mejor si era La Haya, como se amenazó. Pero el 23 de marzo de 2012 Evo Morales no tenía ni redactado el pliego de la demanda, ni una letra, ni un escrito firmado por algún picapleitos de tercera siquiera, de los que deben abundar entre el masismo y que en su momento dijeran que podían hacerlo.

La 42 Asamblea General de la OEA nos alcanzó en esas condiciones y se preparó un show al estilo de una asamblea sindical de cocaleros del Chapare, pero no para cumplir con la amenaza antes dicha, sino para cambiar de nuevo el enfoque y la postura, ahora se le pide a Chile que revisemos el viejo tratado de 1904, conociendo de antemano la respuesta: Aquí no hay nada que revisar ni renegociar, todo está dicho, todo está acordado. De poco sirvió la buena barra que armaron los masistas en la OEA, que a grito pelado reclamó el mar y agitó wiphalas y banderas; menos aún el partido de futbol contra un equipo de chilenos que jugó el Presidente mientras sesionaba la Asamblea.

Es que así no se hace. Sino el ridículo al que ya nos han acostumbrado.

Chile, que sí cumplió con su tarea, hablando delegación por delegación, con sus argumentos bien armados, logró que uno a uno los países presentes sin excepción alguna, declararan que ese no era sino un problema bilateral entre los involucrados. Ni Venezuela, el mejor aliado político del régimen, ni Perú que se sabe involucrado. Fue una victoria chilena de proporciones, en nuestra propia cancha.

Una mirada desde el siglo XXI, cuando el capitalismo mundial se traslada a la Cuenca del Pacífico, muestra la creciente importancia de las costas que bordean el territorio que antes fuera boliviano, para todos los países que lo rodean y para otros igualmente interesados, como el Brasil, que junto a Bolivia, Perú y Chile, pueden encontrar en él una plataforma de integración económica y comercial sin precedentes. Claro que este problema centenario es continental, cada día con más fuerza, porque esas playas y farallones están mirando de frente los mercados de la China y de los países del Asia, que requieren puertos para embarcar y desembarcar las mercancías del futuro próximo, no solo para Bolivia, sino para toda la zona de influencia en esa parte de América del Sur, y frente a ello no se puede seguir con improvisaciones que se parecen cada día más a payasadas.


Algo tiene que cambiar para dejar de ser el hazmerreír de diplomáticos y embajadores en Santiago y construir un país al que se lo toma en serio. Se podría decir que se tienen que cambiar a Choquehuanca y la caterva de advenedizos con ínfula de diplomáticos atrincherados en nuestra humillada Cancillería, pero creo que no basta. La cirugía tendrá que ser de mayor envergadura.

7 de junio de 2011

En la OEA (¿quién se olvidó la demanda?)

Y llegó el Ministro Choquehuanca a San Salvador a exponer la demanda marítima boliviana, pero ni en su discurso solicitó la reposición del tema en la agenda de la OEA de este año, más allá de la propaganda que se hizo en Bolivia sobre este importante asunto; el Canciller se limitó a exponer el tema durante su intervención. Dicen los que más saben de estos temas que haberlo hecho conllevaría otra derrota internacional de magnitud (no tanto como el 193 a 1 que nos propinaron en Cancún cuando la Cumbre para el Cambio Climático), con solo 11 apoyos frente a 22, al menos indiferentes, los que cumplieron formalmente con expresar su preocupación sobre el tema.

Pero la Cancillería boliviana si presentó a tiempo una solicitud, pidiendo el cambio de fecha de la próxima Asamblea cuya sede ya estaba decidida hace tiempo, la ciudad de Cochabamba; el pedido de cambio de fechas fue aceptado y la noticia se difundió en Bolivia como un gran logro político: se informó que la OEA había decidido reunirse el próximo año en Cochabamba. Así funciona la cosa, la manipulación y la desinformación a la orden del día.

¿Y la demanda boliviana sobre el mar, quién la olvidó en La Paz, que no apareció nunca para tranquilidad de los chilenos? La verdad verdadera es que Bolivia dejó de presentar la demanda marítima hace seis años atrás, cuando el MAS llegó al gobierno. Pero este año el gobierno boliviano anunció su reposición con bombos y platillos, como suele hacer el etnonacionalismo plurimúltiple, mostrando viejos logros como suyos y como si se hicieran por primera vez; una vergüenza más, esta vez en El Salvador: "¡de vergüenza en vergüenza, patria o muerte, venceremos!".

En 1979, por primera vez en la historia, la Presidencia de Walter Guevara consiguió que la OEA aceptara tratar el reclamo marítimo de Bolivia como un asunto de interés continental. No fue fácil.

Bajo la Presidencia de Jaime Paz Zamora, Bolivia logró que la agenda anual de la OEA incluya la demanda marítima todos los años, como un asunto permanente de preocupación continental. Costó diez años de trabajo lograr eso y significó una linea de acción estatal compartida entre varios gobiernos consecutivos (como debe hacerse).

Cuando llegó Evo Morales al gobierno, fascinados como estaban con las medallitas que le regalaba el gobierno de Bachellet, BOLIVIA SUSPENDIÓ LA PRESENTACIÓN DE LA DEMANDA ANUAL A LA OEA y aceptó la tesis chilena de la bilateralidad. "Medallitas por demanda", parecido a lo que se cuenta de Melgarejo: “un caballo por el Mato Grosso”.

[caption id="" align="aligncenter" width="359" caption="Esta es la moneda que regaló Chile con motivo del Bicentenario del Grito Libertario el año 2009. Acuñaron la efigie de Evo Morales Ayma, reemplazando la de Juana Azurduy de Padilla, que figuraba en el diseño original."][/caption]

Evo Morales y el Canciller Choquehuanca cargan con esa culpa histórica, de haber hechado por la borda el avance conseguido por Bolivia durante décadas de trabajo, y quieren ahora enmendar y reponerse de lo perdido (hay que apoyarlos sin vacilaciones, porque esa es la línea correcta, la de la multilateralidad); aunque hay un problema en el camino (que también es por culpa de ellos)  que vuelve más complicado el planteamiento boliviano, y es la declaración constitucional del irrenunciable derecho a la soberanía como condición previa a la solución a un acceso al mar para Bolivia. Países que nos apoyaban tradicionalmente, seguramente se verán presionados por la diplomacia chilena para no reponer la demanda boliviana como un tema anual de agenda, porque la nueva condición puede mostrarnos como belicosos, ante la voluntad de convivencia pacífica que antes inspiraba antes nuestro pedido. La atrevida consigna chilena de “por la razón o por la fuerza”, ahora se ve compensada desde la nueva Constitución boliviana.


 

15 de septiembre de 2008

Carta a UNASUR

Esta carta fue enviada hace unas horas a la Presidenta Pro Tempore de UNASUR, Michelle Bachelet, y el Secretario General de la OEA, José Miguel Insulza, con motivo de la Reunión Extraordinaria de UNASUR en Santiago de Chile, convocada para tratar la crisis en Bolivia.

La Paz, 15 de Septiembre de 2008.

EXCELENTISIMA SEÑORA MICHELLE BACHELET
PRESIDENTA PRO TEMPORE DE UNASUR


EXCMOS. SEÑORES JEFES DE ESTADO Y DE GOBIERNO DE UNASUR
SEÑOR SECRETARIO GENERAL DE LA OEA


Con ocasión de la reunión extraordinaria para tratar la crisis boliviana
Santiago – Chile.


De nuestra consideración:

Bolivianas y bolivianos nos dirigimos a Ustedes solicitándoles que interpongan sus buenos oficios para ayudar a pacificar nuestro país, para que no se derrame NI UNA GOTA DE SANGRE MÁS y para que podamos encontrar caminos de solución a los graves problemas que enfrentamos.

La población boliviana se encuentra prisionera de dos posiciones antagónicas y fundamentalistas, que nos han llevado a esta vorágine de violencia. Ninguno de los dos bandos actúa de acuerdo a derecho, ni demuestra voluntad para el dialogo y el entendimiento; al contrario, cada quien continua su propio camino sin considerar las reacciones del adversario o, peor aún, provocándolo intencionalmente.

No es posible aceptar la toma de instituciones públicas y estatales en nombre de intereses particulares, por más justos que se consideren, como están haciendo algunos gobiernos departamentales. No es posible aceptar que se movilicen a sectores, sindicatos y gremios, excitando la participación descontrolada de las muchedumbres, como está haciendo el Gobierno Nacional. No son admisibles pronunciamientos de incitación a la violencia como el del Presidente Evo Morales que llamó ayer “a los movimientos sociales a defender el proceso de cambio que impulsa el gobierno, o morir por la patria”. No es aceptable la agresión que sufre la prensa y que tiende a conculcar el derecho de libre expresión.

Rechazamos y denunciamos toda actitud antidemocrática y de violación a los derechos humanos, al mismo tiempo proponemos que se pueda establecer una mesa de negociación para pacificar el país y se sienten las bases de la reconciliación, sobre  el principio del respeto al Estado de Derecho, lo que debiera estar acompañado de las siguientes acciones básicas:

1.    Detener los enfrentamientos.
2.    Desarmar a los grupos irregulares.
3.    Desalojar los recintos de las instituciones públicas ocupadas y entregarlos a las autoridades respectivas.
4.    Restituir a los gobiernos departamentales los recursos asignados por ley, especialmente el Impuesto de   los Hidrocarburos.
5.    Rediscutir el proyecto constitucional, incorporando las demandas de inclusión social y de autonomía regional, garantizando la igualdad de todas las ciudadanas y ciudadanos frente a la ley.
6.    Depurar el padrón electoral y auditor al sistema electoral, para recuperar la confianza ciudadana en los procesos electorales.

Nuestro espíritu y nuestra convicción democrática nos impulsa a solicitarles que asuman un papel activo de mediación en estos difíciles momentos, lo que no significa que estemos pidiendo la violación de la soberanía nacional, a través de la intromisión en los asuntos internos de nuestra Patria, pretensión que la rechazaríamos firmemente.

Firman las y los ciudadanos:

Julio Eduardo Aliaga Lairana
Julio Gastón Alvarado Aguilar
Erika Brockmann Quiroga
Roberto Javier Moscoso Valderrama
Álvaro Munguía Romero
Rosario Paz Ballivían
Carlos Prieto Vargas
Walter Rómulo Reyesvilla Méndez
Fernanda Elena San Martín Carrasco