ALTERNATIVAS

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19 de marzo de 2014

TRILOGIA

Hace años que vengo repitiendo, como un loro y sin cansarme, que la trilogía dell narcotráfico, la corrupción y las organización de mafias, vinculadas (los tres) orgánicamente al MAS y a la burocracia estatal masista, serán la tumba del Proceso de Cambio y de sus líderes. Un botón para ejemplo de lo que fueron advertencias varias, cuando el año 2009 denunciábamos "El Contenido de Clase del estado plurinacional", utilizando un lenguaje tradicionalmente marxólogo: "Solo falta que se encuentren los tres, la burocracia corrupta, el narcotráfico y las mafias sindicales, que se conozcan bien, que se den cuenta que sus intereses son convergentes. Que se organicen..."


Y no es que "la historia nos esté dando la razón", es que hemos visto muchas veces la misma película y sabemos cómo acaba. La literatura latinoamericana ha descrito esto de Evo desde diferentes ángulos y con diferentes matices, hasta con lujo de detalles, revisemos Señor Presidente, Yo El Supremo, El Otoño del Patriarca, La Fiesta del Chivo... y cuantas otras más. Todas empiezan igual y todas terminan igual. No estamos descubriendo nada que esté alejado de la memoria de los pueblos latinoamericanos.


Hormachea ahora y enseguida Sosa han disparado los detalles escabrosos de la corrupción, la extorsión, la falta de ética y escrúpulos para gobernar. De las mafias ya sabemos y es cosa de averiguar un poco más, el prebendalismo y la clientela asomada a los balcones de los llamados "movimientos sociales" que son en realidad grupos masistas, más o menos organizados, que sustenta efectivamente al gobierno y que son y serán capaces desde perseguir personas chicote en mano, hasta bloquear instituciones, o "tomar las armas", según requiera el proceso, a cambio de prebendas, pegas, becas, concesiones varias, a cambio de dinero.


Queda por develar con ese detalle y valentía (mis respetos a Carmen Eva Gonzalez) la relación orgánica y el entretejido que hay entre el gobierno y el narcotráfico. Creo que con los personajes que han empezado a "cantar" (junto a algunos otros que el proceso degradado irá expulsando) se puede reunir información suficiente, y hacerla pública para asustar a todos, a los bolivianos primero y de allí a la Casa Blanca o el Palacio de la Moncloa, pasando por Itamaratí, que alguito tendrán que opinar sobre semejantes temas, así lo hagan entre bambalinas.


Y al pueblo de Bolivia. A quienes me dice preocupados que esto no servirá para nada porque no cambiará el voto, quiero decirles que no importan tanto lo que cambie del voto masista, fundamentalmente campesino, suburbano, falto de información y alejado del conocimiento y la educación modernos; ellos tienen razones suficientes para seguir votando por Evo y hay que saber reconocerlo. Pero lo que si importa es el remezón en las ciudades, grande y pequeñas, no para conseguir más o menos votos (ese es un problema de los candidatos y espero que hagan sus tareas bien), sino para cuestionar el destino patrio, el de cada uno de nosotros y el de nuestro hijos y los que vendrán después. En un país como el que Evo y su pandilla están construyendo, hay muy poco futuro para construir el bien de todos.


Estamos de corrupción, inseguridad y cocaína, hasta el cuello y esperando que "no hagan olas". Lo que sobran son billetes y ese es como el opio de este pueblo, en este momento.

15 de noviembre de 2013

¿EXPORTACION?

Más perdidos que un “masista en biblioteca” los cocaleros han anunciado la necesidad de otro estudio (el de la Comunidad Europea no les satisface) que investigue la cantidad de hoja de coca que se exporta a los países vecinos, y han adelantado un dato parcial que ellos calculan, con el objetivo de añadir esas cantidades a la suma que posibilitaría la legalización de 20.000 Hs o más de sembradíos, que se producen libres de controles, lo mismo que se comercializan libres de impuestos en nuestro país.


El error está en anunciarlo, porque todo intercambio con el exterior no es exportación, es tráfico, ya que la coca está prohibida de comercializarse internacionalmente, por la Convención  Unica de Viena sobre Estupefacientes; la que Bolivia denunció y a la que tuvo que adherirse casi inmediatamente de nuevo, so pena de quedar etiquetado como lo que parece ser, un Estado vinculado y cómplice del narcotráfico internacional.

Inmediatamente el Brasil y Chile se ha alertado del hecho de que los narco-cocaleros, con el apoyo del Estado plurinacional boliviano, han develado que introducen ilegalmente no solo cocaína sino coca, en los países vecinos. Ahora anuncian que mejorarán sus controles, para evitar que el tráfico de hojas de coca llegue hasta sus sociedades, perjudicando la vida de chilenos o brasileños, que son naciones que crecen y se desarrollan mejor que las otras en el subcontinente.

No se puede utilizar con ningún fin las cantidades de coca para la exportación, porque la exportación está prohibida internacionalmente, la exportación es tráfico, la exportación es un delito. El que sume, es cómplice.

24 de octubre de 2013

APOLO

No sé muy bien qué sucedió en Apolo. Las noticias son confusas y las acusaciones variadas, pero la muerte y las heridas de tantos compatriotas cumpliendo su deber es algo que indigna y que debe castigarse.

Me queda claro que con el mismo racero debiera tratarse a los cultivos de coca excedentaria e ilegal que proliferan en el Chapare, que igualmente van a parar a la elaboración de cocaína y que están defendidos por las federaciones de productores de coca en ese territorio de nadie.

Si se miran México y Honduras (para dar dos ejemplos destacables) la violencia generada por el narcotráfico es superior y más dañina en los territorios dedicados al tránsito de la droga, que aquellos dedicados a la producción de la coca o su elaboración en cocaína. En Bolivia, desgraciadamente, se siembra, se produce y somos tránsito. La violencia es y será creciente e inevitable.

De no procederse con igualdad de acciones frente a la coca excedentaria del Chapare, y mientras nuestro Presidente del Estado plurinacional continúe presidiendo las seis federaciones de productores, se podrá argumentar protección y encubrimiento, sea justa o mentirosa esta aseveración.

Más aún, las acciones anteriores, como la expulsión de la DEA, la denuncia del tratado de Viena de 1961 contra el tráfico y comercialización de estupefacientes, muestran un país interesado en proteger y promover la droga. Ya he mencionado que la penetración orgánica de los intereses vinculados a la coca en las instituciones gubernamentales es una realidad que otorga “contenido de clase” (como dicen los marxólogos) al Estado plurinacional boliviano.

Mientras esto siga así, se podrá argumentar que todo esfuerzo por destruir los cultivos ilegales solo en otras partes del país y no en el Chapare, no es sino parte de una guerra interna por controlar los mercados ilegales de la producción y tráfico. Una pelea entre mafiosos.



Ya lo escribí hace mucho tiempo, años atrás, cuando todo esto empezó: el narcotráfico y la corrupción son y serán el veneno que va a destruir las buenas intenciones que enarboló en su momento el gobierno del cambio. Corrupción y narcotráfico son fuerzas poderosas, más fuertes que Evo Morales, solo un acuerdo nacional entre todas las fuerzas vivas y activas de la política puede parar esta amenaza, y Evo Morales no puede ya encabezarlo, porque ha lastimado de muerte la confianza y el dialogo entre los políticos del país.

28 de agosto de 2013

¿QUE PASA CON BRASIL?

Brasil ha tenido que recurrir a un sainete teatral para solucionar uno de sus problemas con Bolivia, forzando un equilibrio entre su necesidad de actuar rescatando al Senador Pinto, refugiado por más de 400 días en su embajada en La Paz, y su imposibilidad de mostrar esa voluntad, porque hacerlo significaría exponer un acto de intervención directa sobre la soberanía de un Estado vecino.

La reacción boliviana es elocuente. Si algo parecido hubiera sucedido con la delegación diplomática de Estados Unidos o España, en este momento el Gobierno boliviano estaría ostentando alharacas de guerra, acusando a sendos “imperios”, de irrumpir a obscuras en nuestro territorio, para llevarse a un secuestrado, o algo así. Y los movimientos sociales estarían quemando banderas y pidiendo la expulsión de los embajadores y de sus porteros, si fuera necesario.

Brasil sabe lo que está sucediendo en Bolivia y lo mucho que le concierne. Sus funcionarios no se hacen problema en repetirlo a quienes quieran escuchar en un marco mínimo de confianzas. Ellos saben la cantidad de cocaína que atraviesa la frontera, dicen saber la cantidad de aviones que sobrevuelan su espacio aéreo todos los días para dejar su carga en Caracas, han movilizado más de 30.000 hombres para cuidar la frontera en una movilización militar sin precedentes. Bolivia es el único país entre sus vecinos de tránsito o producción de drogas, donde las agencias especializadas brasileñas no trabajan directamente y en colaboración, como en el Perú o el Paraguay.

Brasil sabe que no puede confiar en los contratos comerciales con Bolivia, por la experiencia que tiene con el gas y con las carreteras, como la del TIPNIS. Sabe de los niveles de corrupción gubernamental que afectan sus negocios. Sabe que no sabe cómo puede reaccionar Evo Morales a sus pedidos de cumplir los compromisos y hacerlo en el marco de los convenios comerciales internacionales.

El único país de la región al que no ha visitado la Presidente Dilma Rousseff es Bolivia, el único Presidente que no la ha visitado personalmente es Evo Morales. ¿Por qué? Se recuerda la última visita a La Paz de la entonces ministra Rousseff, cuando se "nacionalizó" el gas (que no es lo mismo que nacionalizar las empresas y los pozos productores, como se demostraría luego), que llegó apurada y se quedó esperando en antesala poder entrevistarse con el primer Presidente indígena de la historia universal, que no la recibió ni tuvo la gentileza de saludarla, es más, se dejo escuchar por ella, al salir apresurado de su despacho, con algo así como "y encima me mandan una mujer". Esa frase debe recordarse de vez en cuando en los pasillos del poder, allá en Brasilia.

¿Por qué Brasil no reacciona y golpea la mesa, como lo haría cualquier Estado con un vecino molestoso? Algo hay que lo obliga a montar estos actos teatrales tan costosos para su imagen internacional. Para decirlo en lenguaje diplomático, parece que el PT invirtió demasiado en apoyo al proyecto masista y está “atrapado” en ese pecado original de cuando Lula y Evo estaban empezando. Entre ambos han de tener “un muerto enterrado en el sótano” que les impide actuar, so pena que la oposición brasileña adquiera la posibilidad de armar un lío de gran envergadura, imperdonable en etapa preelectoral.

31 de mayo de 2013

LA ESTRATEGIA ENVOLVENTE INTERNACIONAL

La situación del Estado plurinacional boliviano está cada día peor en el mundo y entre nuestros vecinos. Y no afirmo esto por autosatisfacer mi obsesión opositora de todos los días, que ya hasta pena da esto de despotricar contra el régimen sin que pase nada; lo hago para que quede claro lo que vendrá sobre el país –más temprano que tarde, conforme pasan los días- cuando se derrumbe el castillo popular de naipes plurinacionales, que en el mundo mundial se conocen más bien como bolivarianos.



¿En qué lugar de la estrategia marítima estaba lo de retirar de la Agenda de la Asamblea General en la OEA el tratamiento de nuestro centenario reclamo, después de 34 años de soberbio sostenimiento? El estilo masista de trabajo “envolvente” funciona dentro de casa, donde se puede improvisar imponiendo la fuerza y el desorden de la voluntad de un grupo incompetente empoderado, pero no hacia afuera, donde la profesionalidad y la cautela debieran primar siempre. Ahora resulta que la demanda marítima ante los tribunales de La Haya es nuestra prisión y que no podemos hacer nada antes de tratar el tema en esos estrados, otorgando una gran concesión a Chile al hacer absolutamente bilateral este asunto. ¿Quién lo pensó? ¿Quién asume la responsabilidad de este autogol?

La casi ruptura de relaciones con estado Unidos de Norteamérica es un llamado de atención a la comunidad internacional, que ha de evaluar de manera contraria a nuestros intereses esta situación. La Embajada, la DEA, la NAS y finalmente USAID son el resultado de la presión cocalera del Chapare cochabambino, el resultado de una nefasta gestión que no puede dejar sino un tufillo a coca y a cocaína. Solo los países de la ALBA pueden comprender nuestra determinación revolucionaria, pero la ALBA está sufriendo momentos terminales y su opinión no vale casi nada.

Es cierto que la política antidrogas de Estados Unidos está cambiando radicalmente y dejando de ser una guerra para pasar a contar con una estrategía más integral e inteligente, pero en un mundo donde la colaboración entre países, instituciones, asociaciones e incluso personas es el motor principal del desarrollo, perder este nexo es un salto atrás difícil de aquilatar ahora; más aún cuando la retirada de EE.UU. nos deja en manos casi exclusivas de lo que diga y haga el nuevo gigante de la región, Brasil, que ese si está aquí al lado.

El Brasil empieza a dar muestras de enojo. Nuestro principal comprador de gas y potencia regional indiscutible, podría esperar algo de mayor consideración de su vecino. Lo del Senador Pinto asilado sin salvoconducto en la Embajada brasileña en La Paz ya es un exabrupto; lo de los hinchas futboleros presos en Oruro es otro gafe que han dejado pasar. Pero lo que no pueden y no dejarán pasar es la cantidad creciente de cocaína que desde el Perú y Bolivia les llega a través de nuestras fronteras. Y este problema es extensible al resto de los vecinos, cada vez más preocupados.

La Bolivia plurinacional, bajo la hegemonía campesino-aimara (de originaria, nada) mira el Pacífico y se olvida de Brasil. Esto no sería un grave problema, si se circunscribiera a la incapacidad e inoperancia de generar políticas hacia el Pacífico, como lo viene demostrando hace años la Cancillería –seguramente plurinacional– , que eso se solucionará en algún tiempo, cambiando a los actuales administradores; lo tremendo es olvidar la Amazonía, sobre todo Santa Cruz, que carente de una élite política con proyecto propio, está entregándose cada día más a la influencia e intereses de la potencia vecina.

Por otro lado, Sean Penn ha demostrado que el imperialismo tradicional tampoco se ha ido del todo, está mirando desde palco. Basta la opinión de un actor del cine norteamericano para que se descalabre todo y quede al descubierto la trama de corrupción, extorsión, utilización de la justicia… o como dice Penn, un mundo donde “miles de prisioneros viven rodeados del tipo de salvajismo humano que sólo imaginamos en pesadillas”. Ese mundo que denunciamos cada día los ciudadanos en Bolivia, pero que solo se ve cuando se trata el tema en California.

¿Y qué decir del Irán, que nos inserta cada día a la lista de naciones peligrosas? ¿No se está encubando ahí un riesgo de grandes dimensiones, sin que pueda venir ya el Comandante Chavez u otro Chapulín de la ALBA a salvarnos?

Pero todo eso importa poco. De lo que se trata finalmente es de Vivir Bien, de que Bolivia Cambia y que Evo Cumple.

29 de febrero de 2012

¿acullico?

El Presidente del Estado plurinacional y también algo boliviano ha decidido no visitar La Haya en Holanda y no enterarse (a ver si se entera de algo y lo hace notar) personalmente cómo los países se hacen juicios los unos a los otros, a ver si aplicamos nosotros con lo del improvisado plan para recuperar o retornar al mar, demandas de por medio, ahora que contamos con un valiente e indomable cacique aimara al mando de la nave terrestre del Estado. Evo ha decidido viajar por algo mucho más importante para los bolivianos (como él nos ve), a Viena, que queda en Austria y es la capital; llegará acompañado de dirigentes campesinos cocaleros, vestidos como en su lugar, portando mates, licores y tostado, y ojala que no masticando coca, para promocionar las bondades del acullico, que dícese así de una práctica milenaria que practican algunos grupos de indios aborígenes de los Andes Centrales en América del Sur, cuando mastican hojas de erythroxylum-coca, para saciar el hambre y la sed y poder trabajar a esas alturas de tres mil metros y más, sobre el nivel del mar. Cabe hacer notar que cada vez son menos los que practican este ritual, ya que en esa zona se han desarrollado costumbres nuevas y más bien urbanas, mejorándose la calidad de la comida, el acceso al deporte, la salud en general.

El problema está en que esta hoja (sagrada para algunos) contiene un alcaloide que es base para la fabricación de una droga cuyo tráfico y comercialización están prohibidos por una Convención Internacional que cuida a los seres humanos de su consumo indebido. Ni la coca ni la cocaína, pueden ser exportadas, vendidas, promocionadas, ni consumidas a nivel internacional. Pero el Presidente boliviano sufre la presión de las leyes de su país, que ha constitucionalizado los hábitos de uso y consumo del arbusto. Y Evo Morales va a explicarlo en Viena, o por lo menos esa parece ser la intención.

Pero lo que le van a preguntar a este famoso presidente sudamericano es por qué su país ha abandonado la Convención de 1961 que une las voluntades de todos los países y naciones para luchar contra el tráfico de drogas. ¿Por qué Bolivia está fuera de los compromisos contra la cocaína? Otros le van a preguntar a qué se debe que durante su gestión hayan crecido de manera desorbitada y sin control, las plantaciones del famoso arbusto. Y puede que alguno se anime y le espete de frente esto que ya se sabe en todos los corrillos, que el singular, simpático y folclórico gobierno boliviano, se ha convertido en un problema para todos los demás en el mundo, porque sin estarlo, desde lejos parece a veces un gobierno de narcotraficantes y eso es demasiado para soportar sin al menos denunciarlo en algún lugar, y qué mejor que Viena.

Para más INRI, existe la seria duda sobre si Bolivia podría o no ser readmitida en la Convención de Viena, dando por los suelos la sorprendente estrategia masista de salir para entrar con reservas sobre el acullico. Podría suceder que las cantidad de votos necesarios para ello no se alcancen durante todo el año que tiene Bolivia para convencer a 184 paises signatarios, de que esto no es una grosería dilomática (si cabe el término) sino un puro juego de cintura del presidente futbolero de esas altitudes.

O sea que de acullico nada, o por lo menos muy poco.

1 de octubre de 2011

EN LOS LÍMITES DEL ENFRENTAMIENTO CIVIL

coyuntura para principiantes


Seis años de etnonacionalismo en el gobierno de Bolivia han bastado para convertir nuestro país en un lugar para violencia intercultural. Bolivia es un país productivamente atrasado, dependiente de la extracción de minerales y gas, pero nunca como hasta ahora, con tal alta corrupción gubernamental y un centro productor y exportador de cocaína. Lo más grave, una sociedad donde se han reavivado las diferencias y los odios étnicos.


El partido de gobierno (MAS) es una agrupación política campesina sin estructura orgánica, que funciona como una federación de sindicatos, que encuentran así una forma de acceder a las ventajas del poder estatal y a la distribución de dinero gubernamental, que se utilizan para la captación de adhesiones y el mantenimiento de lealtades, a cambio de un apoyo obsecuente con todo lo que determine el régimen. Evo Morales es el caudillo, autoproclamado lider espiritual aimara, promete a los suyos la victoria sobre siglos de colonialismo de cultura occidental.

Los primeros años de gobierno le sirvieron para concentrar todo el poder posible, borrando la independencia de los poderes ejecutivo, legislativo y judicial, y centralizando las decisiones en sus manos como cabeza del gobierno, líder del partido gobernante y jefe de las federaciones agrarias de campesinos que cultivan coca. Logrado este primer objetivo, le corresponde ahora la construcción de la hegemonía, o el "poder total", como dice Alvaro García Linera, Vicepresidente.

La coca es un elemento central para entender lo que está pasando en Bolivia. Los cocaleros del Chapare, cuya producción se destina a la elaboración de cocaína, han apoyado y financiado gran parte de las campañas del actual Presidente. Desde el Palacio de Gobierno en La Paz, son los cocaleros,  sus asociaciones gremiales y otros aliados, quienes determinan (en última instancia) el destino de la nación, apoyados por los servicios de seguridad de los gobiernos de Cuba y Venezuela. La idelogía del grupo gobernante ha decantado, como antaño, en un desarrollismo dependiente y depredador, y su conducta, como antaño, en prácticas populistas de lo nacional-popular boliviano, como el viejo MNR.

Los campesinos cocaleros están ahora decididos a ampliar su frontera agrícola y han penetrado en el “Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure” (TIPNIS), tierra protegida desde décadas y uno de los lugares de mayor biodiversidad en el planeta Tierra. Allí viven otras comunidades aborígenes que están siendo avasalladas y que protestan por ello, habiendo iniciado una larga caminata, hasta la sede de gobierno en La Paz, para reclamar el respeto a sus territorios ancestrales. Evo Morales ha desatado sobre ellos una represión violenta, pero la solidaridad y el apoyo de las ciudades han obligado al gobierno a retroceder en sus pretenciones.

Ante la imposibilidad de detener y dispersar la protesta que se acerca a la capital del país, el gobierno está organizando (la fecha es el próximo 12 de octubre, con el simbolismo que implica) a los campesinos aimaras en una contramarcha sobre la ciudad capital, que podría derivar, como nunca en la historia de Bolivia, en un enfrentamiento étnico de proporciones. Aimaras contra yuracarés, chimanes y trinitarios, acompañados por cientos de ciudadanos de todas las clases, razas y culturas, asemejan en algo esta historia al inicio de las masacres étnicas en Ruanda. Así de grave aparece el problema, si no detenemos esto a tiempo.

Hay altos dirigentes en el gobierno boliviano del MAS que sueñan con una victoria para que el colonialismo interno pueda imponer a los aimaras sobre toda otra cultura, como en las peores épocas de fascistas y nazis en otras partes del mundo.

La mayoría de mestizos que conforman las clases medias urbanas, observan casi impotentes el avance de los acontecimientos, mostrando su clara solidaridad con las etnias indígenas minoritarias de los marchistas del TIPNIS, pero poco pueden hacer en su defensa, desorganizados como están y sin representación política, dadas las asimetrías impuestas desde una Constitución Política etnoracial recientemente aprobada.

La pregunta obligatoria es: ¿Quién o quienes se benefician con un enfrentamiento civil de estas características? Tengo tres hipótesis, que pueden correr paralelas. Los sectores no democráticos de la oposición residual, que desean que Evo Morales terminé ya, sin entender que el final debe ser democrático y por las urnas, o no habrá final; unidos a ellos pueden concurrir intereses de otros gobiernos que sienten que el MAS es una verdadera molestia en el continente. Otros grupos informales que tienen rencores profundos, porque han sido (o se sienten) lastimados, humillados, vejados, entre los que destacan los aparatos represivos del propio Estado. Finalmente está una caterva de psicópatas que creen que están haciendo la revolución (para ellos con mayúscula) y que caminan desde el gobierno hacia el enfrentamiento final, y de ellos se conocen varios con mucho poder de decisión e influencia sobre los actores de este encontrón. Entre todos pueden estar azuzando el conflicto, minuto a minuto.


No permitamos que esto suceda.


Protejamos a los marchitas del TIPNIS que caminan hacia La Paz.


Denunciemos las intenciones fratricidas del etnonacionalismo autoritario que gobierna Bolivia.

23 de junio de 2011

196 a 1

Lo de Cancún fue catastrófico, una memorable paliza de 193 a 1, cuando lo de la Cumbre sobre el Cambio Climático y nadie en Bolivia dijo nada, acostumbrados al victimismo, como están quienes gobiernan este singular país. Todos los estados del planeta Tierra en una dirección (intentando alcanzar un dificil acuerdo), salvo Bolivia que decidió ir en otra, ante la imposibilidad de bloquear una declaración mínima sobre el medio ambiente, como hizo Morales meses antes en Copenhaguen.

Esto sigue a un cúmulo de desaciertos de Cancillería, destinados a enlodar lo poco de Política Exterior de la pasada República, en el lodazal de improvisaciones con que se inauguraron las relaciones internacionales del Estado plurimultiple. El retroceso imperdonable en la política marítima con Chile, el paulatino alejamiento de la cooperación internacional de la cual casi ya no queda nada, la ofensa diplomática contra Argentina cuando la invitación oficial a Bolivia del terrorista iraní responsable de los atentados AMIA en Buenos Aires, la legalización de los autos robados que denuncia Brasil, la sensación de carrera armamentística instalada en Paraguay, la expulsión del embajador de los Estados Unidos, y un largo etcétera que se suma la una creciente lista de exiliados políticos que buscan refugio allende nuestras fronteras. Un cuadro lúgubre que dibuja el último indigenista que queda en el gobierno de Evo Morales Ayma.

Ahora es peor, ya que la decisión del gobierno de Evo, de denunciar (así sea coyunturalmente como explica Solón: "divorciarse para volverse a casar") y abandonar (Cesar Guedes explica como Bolivia dejará de ser parte de la Convención por lo menos un año) la Convención de las Naciones Unidas sobre el control de Estupefacientes, nos coloca en un record de 196 a 1.  Esta vez se trata de retirarse de un acuerdo mundial para el control de sustancias peligrosas y su tráfico: todos controlando y Bolivia apoyando el descontrol.

¿La razón? Que esta Convención no reconoce la práctica ancestral del acullico y la señala como un mal hábito, colocando a la sagrada hoja de coca como un vejetal portador de un peligroso estupefaciente llamado cocaína, cuyo consumo y adicción –dicen los imperialistas y neoliberales de occidente– hace daño a la salud de los seres humanos.

Si no fuera boliviano –como soy y a mucha honra– vería esta actitud como inexplicable y tendería a compararla con una imaginaria denuncia de alguna convención internacional que cualquier presidente africano pudiera hacer, en nombre de sus antiguas costumbres tribales, porque no reconoce la ablación como una práctica generalizable, o la condena como negativa. ¿Qué diría un ruso o un japonés ante tales circunstancias? Exáctamente lo mismo que ahora, frente a la coca chapareña y el acullicu aymara, en un mundo que no está ocupado en lo que hacemos o dejamos de hacer los bolivianos, y menos en pequeños detalles.

¿Usted cree que la Convención Única sobre Estupefacientes, aprobada el año 1961 en Viena y adoptada por 196 países en el mundo se refiere exclusivamente a la hoja de coca o a su producto principal, la cocaína? Pues no, la coca es uno más de los muchos productos clasificados en tres listas diferentes, que gracias a ese acuerdo, son controlados y no pueden transportarse libremente de un país a otro.

¿Usted cree que la Convención de 1961 penaliza o impide la práctica del acullico en algunas etnias en el mundo, allí donde se acostumbra a consumirla? Pues no, la convención aclara para este y otros casos, que en algunos lugares del mundo, donde el consumo de estos estupefacientes es común a la cultura local, se podrá permitir de manera controlada, aunque advierte sobre sus consecuencias en la salud humana.

¿Por qué, en nombre del acullico, el gobierno de Evo Morales abandona la supervisión y el control del flujo de cientos de sustancias dañinas, adictivas y peligrosas? ¿Se volverá Bolivia un paraíso para el flujo, el almacenamiento y la distribución de estupefacientes, a raíz de el abandono a este convenio que establece condiciones, limitaciones y penas a quienes trafican con drogas, lícitas e ilícitas?

Desde ya que la decisión parece apresurada (como que ya le ha costado el cargo al Embajador boliviano Solón). Más grave aún, ahonda la percepción de que Bolivia se convierte cada día más en un problema para sus vecinos y para el mundo, porque en Bolivia campea el narcotráfico, el contrabando, la delincuencia y crecen las relaciones con paises que promueven la violencia y el terrorismo.

Vamos de mal en peor.

4 de abril de 2009

EL CONTENIDO DE CLASE DEL ESTADO PLURINACIONAL


El tema es Bolivia, un almuerzo con ONGs de la iglesia católica, muestra la misma sensación de desasosiego que se puede encontrar conversando con los funcionarios de la oficina de la Internacional Socialista en Londres: Confusión, falta de interlocución e interlocutores, corrupción generalizada, ausencia de algún plan que permita intuir donde va a terminar el proceso de "cambio democrático y cultural" a la boliviana. Me lo dijo así Luis Ayala, Secretario General de la IS, sobre la decisión de no hacer nada con los bolivianos, porque no se sabe quien es quien, ni qué es lo que proponen y quieren.

Decepción con Evo, desasosiego con la oposición. Pobres ONGs y sus voluntarios; tanto deseo de cambio  para beneficiar a los indiecitos de allá, en las tierras promisorias del nuevo mundo de siempre; tanto esfuerzo, tanto dinero gastado, tanta esperanza, tanta creencia en el reclutamiento de marginales y marginados y pobres y empobrecidos…

Nuestra sociedad no se distingue por su honestidad a prueba de balas, sino todo lo contrario. Pero nunca como ahora, que se pueden comprar y vender los servicios de cualquier funcionario; se ha convertido este, en un país donde todo es posible. Y no vengan con que "siempre fue así" (en si mismo este argumento es una justificación inadmisible), hace diez años se respetaba la ley SAFCO y algo de vergüenza quedaba en las oficinas, en los ocultos rincones de la mala educación de las clases dominantes (así se llamaban hace diez años) que aspiraban a ser como las de Neva York, honestas y eficaces --vaya broma--.

Estaba en formación un tipo de control ciudadano, sostenido por la ética republicana a nuestro estilo (por decirlo de algún modo, no el mejor), que despreciaba las prácticas dolosas y los abusos del poder político; ahora ha sido reemplazado por otro tipo de control --dicen que social-- basado en una nueva moral, donde crecen los valores de la miseria: metir para sobrevivir, robar para sobrevivir, aprovecharse de toda oportunidad para sobrevivir; son los valores acumulados por siglos de pobreza y sobrevivencia, a como de lugar. Bajo el lema "ahora nos toca a nosotros" se ha instalado el reino del todo nos es posible, y hay quienes pueden más y parecen aspirar a muchísimo más.

¿El narcotráfico? Ahora campea su riqueza por calles y plazas, su poder y su influencia. Se va organizando más y mejor, al amparo de la inoperancia y la incapacidad de un gobierno de corruptos e ignorantes (la palabra ignorancia no es un insulto, describe una condición), cuando no de cómplices, que empiezan a disfrutar de los excedentes de tan buen negocio.

Están las mafias sindicales, que como otras mafias cualesquiera, controlan ahora sus parcelas de poder para-estatal con el apoyo y la complicidad gubernamental, exigiendo de la población un pago por su tranquilidad y seguridad. Estas mafias viven de los contribuciones de grandes y pequeños, obligándolos a aportar según sus posibilidades y sus necesidades. En su seno se reclutan los agentes del cambio, pajpakus del barrio, delincuentes de poca monta, proxenetas varios, para volverlos viceministros, directores generales, o gerentes de las languidecientes empresas estatales. Junta de vecinos, organización vecinal, sindicatos agrarios… así se llaman y ejercen su "contro social".

Solo falta que se encuentren los tres, la nueva burocracia corrupta, el narcotráfico y las mafias sindicales, que se conozcan bien, que se den cuenta que sus intereses son convergentes. Que se organicen

Para ello tienen funcionando una cosa construida en medio de la nada, el Instrumento le llaman. Es algo así como un sitio de convergencia de unos y otros, de los tres grupos seguro, más otros menores. Sin reglas claras, sin organización, sin un sistema político de partidos que funcione y se autocontrole, sin ciudadanos con posibilidad de ejercer sus derechos y menos el del voto que premia o castiga, porque entre el padrón electoral manipulado, una ley que cualifica la votación a favor de las áreas rurales y una Corte Electoral parcializada...

Solo falta que se organicen y tendremos el Estado Plurinacional Comunitario que nos ha ofrecido el MAS.

7 de noviembre de 2008

que la DEA no me vea

Dos preguntas necesarias, en son de encuesta callejera:


¿Le molesta a usted, le perjudica en algo, le incomoda, la presencia y el trabajo que realiza la DEA en Bolivia?


¿A quienes cree usted que les perjudica, les incomoda y les molesta, la presencia de la DEA?


Gracias por su tiempo. Esito nomás sería todo.