ALTERNATIVAS

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29 de marzo de 2020

ESTADO Y MERCADOS ¿Otra vez?

La pandemia del coronavirus ha puesto de relieve, una vez más, la tensión entre Estado y mercado en el mundo entero. Esta reflexión no tiene carácter localista, entiéndaseme bien, no vayamos a cometer la injusticia de juzgar este pequeño texto desde la coyuntura nacional boliviana, aunque sirva también para aportar en la deliberación interna.


La tensión se expresa puntualmente en el recurso social a un Estado fuerte, que tenga la capacidad para administrar la crisis y sus impactos, no solo controlando el cumplimiento de las normas que se dicten en cada país, sino garantizando la atención a todas y todos los ciudadanos, sobre todo los más pobres y necesitados, al tiempo que, garantice la circulación de los bienes necesarios para asegurar la sobrevivencia de la gente.

Sucede que los liberales del mundo consideran (y está bien desde su perspectiva, pero no es suficiente) que el aporte del mercado en esta crisis se sintetiza en la entrega de alcohol en gel, barbijos, guantes y así, hasta respiradores y unidades de terapia intensiva. Ese es nuestro aporte, escriben, proclaman y reiteran desde la defensa a ultranza de “la mano invisible” que a estas alturas nos sirve tanto como a cualquier manco; a tiempo que esperan la contraparte desde la seguridad social, la rebaja de los servicios, la subvención de parte del trabajo no esencial recluido en los domicilios de sus trabajadores.

Pero cuando se les toca el bolsillo, cuando se les pide que sigan pagando trabajadores que no producen por algunos días, o que no se los despida de nóminas y planillas, a ver cómo sobreviven; cuando se les dice que la banca va a dejar de cobrar unos meses capitales e intereses, entonces sí que el mercado solicita subvenciones y grita por el rol del Estado y se siente aliviado cuando los jefes de gobierno decretan la inyección de miles de millones para paliar esos problemas. Sino, previenen a gritos sobre la desestructuración de la producción y el empleo.

En resumen, el aporte es que compremos barbijos y respiradores. El mentado aporte empresarial es multiplicar la capacidad de producción para atender a tantos. Y van a abaratar los precios y mejorar las ayudas hasta los confines del planeta, con artículos de primera, segunda y quinta, más caros y baratos según los puedan pagar en cada lugar del mundo.

¡No es así! Así no vale. Aquí el aporte lo ponemos todos y todas, sin que importe dónde se ubica cada quien en el sistema productivo. Los que menos tienen con menos y los que más tienen con todo lo posible, que ha de ser bastante, como corresponde. La justicia y los equilibrios democráticos exigen hoy la participación y corresponsabilidad de todos y todas para salvarnos de esto, y si los estados no pueden solos, el sistema empresarial tiene que poner de su parte, como en cualquier economía de guerra, porque en ello estamos.


Otra es la reflexión sobre los efectos políticos de la pandemia. Eso vendrá después, porque tampoco podemos permitir que la necesidad de estados fuertes y eficientes, devenga en fortalecer los populismos autoritarios que pululan por todos los rincones en desmedro de las democracias liberales, que son la fuente de la convivencia pacífica y el desarrollo económico en los países de occidente.

10 de febrero de 2019

¡NO AFLOJAR! es la consigna

Bastó que Trump metiera sus narices en el drama venezolano para que las dictaduras populistas rencontraran su razón de ser, y sus seguidoras y seguidores reabrieran las compuertas de su antiimperialismo, pudiendo superar, en un cerrar y abrir de ojos, la vergüenza que sentían por apoyar a tiranos impresentables que vienen azotando a sus respectivas poblaciones con eso de que si de antiimperialismo se trata, es necesario quedarse en el poder para siempre.

Las redes se han llenado de textos, grabaciones de voz y vídeos, desde donde nos advierten que el Haliaeetus Leucocephalus amenaza con invadirnos y prepara sus misiles y sus tanques en nombre de la democracia y la libertad, empezando por Maduro, al que hay que expulsar del palacio de Miraflores en Caracas, porque los gringos lo han marcado como su próxima víctima; "¡como hicieron con Husein y con Gadafi!", claman espantados. Y esperan que al clamor la gente olvide que han pasado veinte, años y todo lo que hay detrás.

Quisieran que de pronto Maduro pase de dictador y asesino, a defensor de la soberanía de los pueblos. Vamos a agarrar esto con pinzas, porque los defensores de esta tiranía están rebosantes de dicha y gritando en todos los idiomas, que van a convertir en un nuevo Vietnam de los sesenta a toda América Latina, desde el Rio Bravo hasta la Patagonia, si los yankees hozan poner un pie en nuestro mapa y que Playa Girón va a parecer una fiesta infantil al lado de lo que se viene.

¡No señor! Maduro no se va a ir porque lo digan los gringos; se va a ir porque está usurpando la voluntad del pueblo venezolano expresada en la Asamblea Nacional donde radica la Soberanía del Pueblo, fruto de elecciones que el tirano no pudo amañar como las suyas propias, y que le dio a Venezuela la posibilidad, al fin, de representar legítima e institucionalmente sus anhelos democráticos, clamando por una justicia proba, por un Estado con los poderes independientes, por una corte electoral neutral, y como no, por instituciones que funcionen, regulen, cumplan la ley y permitan a las y los venezolanos vivir y ganarse con dignidad el pan de todos los días.

Igual que Morales Ayma, que se va a ir, no porque les disguste a los brasileños, o porque los chilenos no lo traguen ni tomándolo como purgante después de tantos insultos e improperios, sino porque los bolivianos le dijimos NO el 21F a su intento de perpetuarse en el poder, gracias a un Referéndum Nacional, que marcó sin vuelta de hoja el destino de su presidencia, porque todo intento por perpetuarse está fuera de la ley y lo convierte en un delincuente con poder a partir del día 22 de enero del año 2020, que es cuando fenece su mandato.

Escribo esto para prevenir que no empecemos a dudar de nosotros mismos porque nos pongan la foto de Trump en las propagandas que pasan por la tele y nos desportillen parte de la personalidad democrática que merecidamente hemos acuñado como ciudadanos de verdad, durante años de resistencia a estas tiranías; menos ahora que estamos ganando y que la consigna es no aflojar. Que la sombra de los norteamericanos no nos impida ver que Ignacio en Brasil, Cristina en Argentina, Morales en Bolivia, Maduro en Venezuela y Ortega en Nicaragua, son la cabeza de sendos clanes organizados desde La Habana, para la sobrevivencia y reproducción de un lumpen corrompido por el poder, gracias a las drogas que trafican, aliados a contrabandistas y otros delincuentes de toda laya y condición.

Hay un par de teclas en el subconsciente popular, que cuando se tocan producen reacciones poco elaboradas, pero profundas e inevitables, porque han calado dentro nuestro desde hace mucho tiempo atrás.

Aunque se apropie de mismo lenguaje, matizado con adornos bagatela de las consignas de la frustrada izquierda guerrillera, ésta, la de Morales Ayma, Maduro y Ortega, no es la lucha nación / antinación con la que irrumpieron nuestros padres o abuelos a mediados del siglo pasado, que encumbró a Harbens, Perón o Paz Estenssoro, y también a Fidel que andaba jovencito en ese entonces, luchando ellos contra la pobreza, el intercambio desigual y la defensa de las materias primas del subcontinente, y buscando al mismo tiempo abonar de identidad a un grupo de naciones que no terminaban de serlo; así se llenó de contenido el populismo de esa época, sazonado con la parafernalia heredada de la Guerra Fría; ahí están las reformas agrarias y la nacionalizaciones verdaderas, malas o buenas, de minas y pozos petroleros que hacen a nuestra identidad sigloveintera, que arrastramos desde entonces, incluidos los millenians latinoamericanos de hoy.

Pero no; Chávez no era Bolívar, ni Ortega es Sandino, ni Morales será Tupaj Katari nunca, así soñaran con serlo en los límites del delirio, que produce el poder absoluto del que estos sátrapas han gozado tanto tiempo.

31 de enero de 2017

TIRAR LA TOALLA*

Estados Unidos de Norteamérica votó por Donald Trump y su proteccionismo trasnochado, en contra de la globalización; fue una reacción tardía que otros vivieron antes, afirmando sus costumbres e identidades locales frente al monstruo estandarizador que pasó por encima de todos con el peso de una aplanadora, de allí tanta Europa de las Regiones, el localismo y líderes con mentalidad provinciana en el mundo, de allí tanto financiamiento a las identidades como el indigenismo indoamericano. En América Latina nos encontró vulnerables, con nuestras sociedades y estados a medio construir y una cultura ciudadana poco desarrollada, lo que fue y es una desventaja para enfrentar los retos que significa participar (que en en capitalismo puro y duro quiere decir competir) en los procesos desatados por la marea expansiva del mercado global.

La respuesta defensiva** fue el populismo, las promesas fáciles a los problemas urgentes; el tiempo de las decisiones apresuradas se impuso dada la premura de las demandas emergentes, lo que dio sustento a la acción antisistémica, que piensa el poder por encima de las instituciones y algunas veces hasta por encima de las leyes. Unas sociedades más que otras tuvieron y tienen la capacidad de frenar este ímpetu que resultó en esencia antidemocrático, y unas más que otras dejaron inermes sus instituciones, como en el caso venezolano o boliviano.

Pero Estados Unidos de Norteamérica no es Bolivia ni Venezuela. Finalmente Evo Morales Ayma podrá quedar en la historia de la política internacional como un jefe tribal que alcanzó la presidencia de un país con el que hizo lo que quiso hasta dejarlo como nos va a dejar, y del que se recordarán dichos como el de los homosexuales que se volvieron tales por comer pollo o los calvos por tomar Coca-Cola en exceso. El caso de Trump es otra cosa, se trata de la primera potencia del mundo, el mismísimo imperialismo que tiene la culpa de todo, que ha decidido ocultarse en su caparazón y meter la cabeza en un hoyo ante los desafíos de la globalización. Estados Unidos de Norteamérica ha tirado la toalla.

Es por eso que Trump abre una nueva era. Trump es la rendición, es el bajar los brazos y escabullirse del esfuerzo que significa para cualquier Estado el tratar de liderar el escenario a escala global. Trump es la puerta para que otros asuman ese rol, justo cuando parece que los chinos sí están dispuestos. Una China autoritaria, capaz de tomar y ejecutar decisiones en tiempos cortos; una sociedad cuya cultura se sustenta en valores distantes a los de libertad, igualdad o solidaridad y la defensa de los derechos humanos y las democracias; una China, en fin, que está física y mentalmente preparada para salir de su introspección milenaria y arrasar con el mundo, llevándose por delante lo que sea necesario.

En Europa o en Norteamérica (Canadá y EE.UU.) hay leyes que penalizan a las empresas que sobornan gobiernos extranjeros donde las transnacionales invierten; en China no. En occidente hay reparos culturales, legales e institucionales sobre las actividades industriales y comerciales depredadoras del medio ambiente, y si no, el activismo social está para compensar su falta; en China no. En las democracias de occidente existen parlamentos donde la construcción de mayorias para aprobar una ley o echar otra para abajo tiene un costo de movilización y convencimiento muy complejo, porque la construcción de pactos y consensos implica la participación de muchos y eso toma su tiempo; en China no.

Estados Unidos se ha rendido frente al costo interno que significa liderar al mundo, por eso ha elegido un líder provinciano, una opción que se mira el ombligo y retrocede décadas, pensando en su industria automotriz y en sus agricultores y sus vaqueros, en tiempos del Internet y del conocimiento***. Estados Unidos de Norteamérica ha decidido cederle la hegemonía mundial a otros. Se viene una nueva repartija del mundo, los latinoamericanos seguiremos siendo el "patio trasero" de la potencia decadente, y será mayor la autonomía de las potencias regionales emergentes, por eso resentiremos el cambio con demora y será menos dramático y violento que en otras latitudes, pero debemos ser conscientes de lo que está sucediendo, porque el atractivo del autoritarismo asiático será muy fuerte, alentando el empoderamiento de los sectores más regresivos y conservadores de nuestras sociedades durante mucho tiempo.

¿Cómo combatirlo? ¿Cómo no irnos a pique con el barco que ha decidido encallar? Conocemos la receta base, pero habrá que dedicarle tiempo a encontrar los condimentos adecuados a la coyuntura: ¡No más muros! Más apertura, más institucionalidad, mayor respeto a las leyes, impulso y sostenibilidad jurídica a las inversiones nacionales y por encima de las fronteras, respeto a la ciudadanía y a sus derechos, a los derechos humanos también; más participación por canales legales y pacíficos, menos confrontación callejera, menos corrupción, menos narcotráfico; más democracia y mejor democracia. Educación, educación y educación, el capital humano es lo más valioso de todo en este tiempo. Y pactos y consensos sólidos, a largo plazo y altamente participativos, un país dividido en dos (como Venezuela o Bolivia actuales) no tiene nada que  incidir ni competir ni conseguir en esta época.

La respuesta boliviana a los tiempos de Trump debe ser la reconciliación interna y la búsqueda de un nuevo régimen que haga del acuerdo y de los pactos nacionales el sostén de sus decisiones; sin ellos los desafíos de la globalización serán infranqueables, y el desarrollo y progreso nacionales serán imposibles.

* Mientras escribía esto me tocó leer otro en el periódico El País de Madrid que explica el fenómeno Trump de manera parecida. Para que no se diga que ando copiando ideas, lo pongo como referencia:
http://elpais.com/elpais/2017/01/16/opinion/1484595953_620288.html

**Defensiva en cuanto reacción (en curso) de sectores o grupos sociales, instituciones o gobiernos, incapaces de enfrentar el embate globalizador; se dio en todo el mundo occidental, en los países más desarrollados y en los menos, aunque según la fortaleza y capacidad de sus élites alcanzó distintos resultados.

***Hago hincapié en el Internet por tratarse de un salto tecnológico en la comunicación como lo fue la Imprenta hace quinientos años. En ese entonces se crearon las condiciones para el mundo democrático que hoy conocemos y para la formación del liberalismo y socialismo como doctrinas para el desarrollo institucional y cultural. Las sociedades y grupos que no pudieron enfrentar los desafíos de semejante cambio, igual que hoy, quedaron marginales a los procesos modernizadores.

28 de noviembre de 2016

CUBA Y LA LIBERTAD

Cuba vive desde hace años un proceso lento y difícil de transición. Ha ido aflojando de a poco las libertades individuales y comerciales, ha reconocido la propiedad privada individual y el comercio en manos de pequeñas empresas, ha abierto los aeropuertos a los turistas y siendo cubano ya no requieres de abusivos permisos para viajar al extranjero; está camino a disponer Internet para el público. Camina lento, pero camina...

Esto es producto de un largo trabajo de mediación de muchos ciudadanos en el mundo, de los partidos y líderes del socialismo democrático europeo, de los de América Latina, del mismísimo Papa y de los Demócratas Norteamericanos, que con delicadeza y paciencia hemos apoyado las iniciativas dentro y fuera de La Isla para que los criterios del odio y el resentimiento, de los más fanáticos y radicales, no se impongan a la visión de nuevas generaciones que tienen menos por olvidar y mucho por construir.

No dejemos que la acción de los más radicales imponga su discurso. Apoyemos a los cubanos que en La Habana y en Miami quieren abrir y continuar el dialogo para sostener la transición. Cuba es un hermoso país con un pueblo educado, con una clase media ilustrada como hay pocos en el continente de habla hispana, y el día que se abran las puertas de la libertad y la democracia, florecerá como ninguno, porque tiene condiciones para hacerlo y, hay que reconocerlo, esas condiciones atrapadas y bloqueadas por una larga dictadura, son el resultado de una revolución frustrada en la que muchos creímos alguna vez.

26 de noviembre de 2016

FIDEL

Si hay una personalidad cuya presencia y muerte me causan sentimientos encontrados es Fidel Castro Ruz.

No puedo colocarlo, aunque quisiera en mi galería de dictadores, no cabe su figura entre las fotografgías de Francisco Franco, Augusto Pinochet, Robert Mugabe o Idi Amin dada; uno podría decir que por ser de izquierdas, pero no; en esa galería me caben personajes como Muamar el Gadafi y puedo llamarles criminales a todos ellos, sin que se me mueva un pelo. En las cercanía rondan Hugo Chavez o Evo Morales Ayma, puedo colgar sus fotografías en el museo universal de la infamia.

Tampoco su figura cabe en mi galería de grandes socialistas que transformaron el mundo por su compromiso y apoyo a la democracia, Felipe Gonzales, Willy Brandt, Olof Palme, Salvador Allende o José Mujica, porque al lado de ellos Fidel es un dictador.

Lo que sé es que nadie puede ser indiferente, menos yo. Fidel Castro Ruz es, a no dudarlo, el latinoamericano que con mayor fuerza impactó en la vida de mi generación.


7 de septiembre de 2016

ABOGADOS TRUCHOS

Cada día nos trae una nueva sorpresa; esto de los abogados que fungen de tales sin tener título es el ribete de la corrupción que lo salpica todo. Tenemos abogados falsos en las universidades, en los ministerios, en los juzgados, pero faltaba la cereza en la torta, el fútbol tiene ahora su abogado trucho.



El señor, que no doctor, Walter Manuel Torrico Céspedes es Vocal (de no creerlo)  de la Comisión de Asuntos Legales de la Confederación Sudamericana de Fútbol (CONMEBOL) o CSF, a la que llegó aireando su título en tanto que Secretario General de la Federación Boliviana de Fútbol; este deshonroso caso trasciende nuestras fronteras, nos pone frente al mundo para vergüenza de todos, aficionados o no al rey de los deportes.


Cuando leí que Gabriela Zapata se hacía pasar por abogada habiendo vencido apenas unas pocas materias entendí que esas cosas pasan a veces, pero se trataba de una malandrina que podía dedicarse a hacer de todo para trepar, pero cuando me dijeron y mostraron que como o otros al Secretario General del fútbol boliviano, falsificando notas y certificados de la UMSA año tras año, hasta completar sus estudios con apenas 10 materias cursadas, engañando con esos papeles mal habidos a otras universidades para hacerlos reconocer y titularse, no tiene nombre. Eso es indigno y merece la condena social más dura para ejemplo de los y las jóvenes de todos los equipos, de todas las hinchadas, de todo el deporte.


¿Y si no pasa nada, como estamos acostumbrados a ver cuándo los poderosos eluden la justicia? Entonces sabremos que la corrupción sigue cabalgando, que para unos es el castigo y para los intocables el olvido. El fútbol boliviano no puede dejar pasar semejante afrenta a su historia, so pena de quedar manchado para siempre.

5 de septiembre de 2016

DINOSAURIOS

Solo quiero describir desde la imaginación, una próxima Cumbre latinoamericana de Presidentes. En medio del salón, Evo Morales Ayma, de Bolivia, el más viejo de todos, el más desgastado, el con peor imagen junto a Maduro que seguramente ni asistirá siquiera.

El argentino Macri, a su lado, por lo del orden alfabético, no porque esté especialmente interesado. Temer del Brasil, acompañado de Serra el de Relaciones Exteriores, que tuvo la osadía de acusar a Morales de narcotraficante y a nadie se le movió un pelo en ese entonces. Ambos son los que quieren hablar con Morales sobre temas del gas, ambos están preocupados porque Bolivia ya no garantiza nada con sus reservas agotándose y sin inversión alguna que pudiera renovarlas. Morales también quiere hablar con ellos, pero no sabe cómo; del tren bioceánico, por ejemplo, porque le han chismeado que Macri y Temer no quieren poner sus bienes y mercancías a pasar por entre cocaleros y mineros, que al amparo de la irresponsabilidad de los movimientos sociales que capuja el gobierno boliviano, podría cerrar las vías, apropiarse de las mercancías, pedir rescates o matar algunos de vez en cuando.

Al frente, PPK del Perú, Pedro Pablo Kuczynski con quien ya se habrá encontrado un par de veces antes y que lo mira por sobre el hombro, como miran a los pastores de cabras los de la rancia oligarquía limeña. Horacio Cártes del Paraguay que está hace apenas dos años, luego de la crisis democrática en ese país y que terminó con la aventura del sacerdote y múltiple padre de familia que como presidente parecía una broma. Los socialistas Tabaré Vázquez y Michelle Bachelet son harina de otro costal, de la izquierda democrática, de la Internacional Socialista que en el mundo tiene clarísimo que Morales y Maduro son unos tiranos de quinta fila, a más que Michelle le hará el quite para ni saludarse con él. Para qué vamos a hablar del Presidente Santos de Colombia, que será el héroe de la jornada, gracias a la paz en Colombia, recientemente conquistada.

O sea que Morales tendrá que tomarse la consabida copa de después del almuerzo con algún tiranuelo de alguna de las variadas islas del caribe que fungen como países, de igual a igual en la reunión; o sentarse con Maduro en un rincón a contarse sus penas, mientras que el resto negocia sobre la Alianza del Pacífico que resultó ser el sistema de integración que capitaneará la economía y las decisiones latinoamericanas las próximas décadas y a la que, para sorpresa de muchos, Correa del Ecuador se quiere subir (ha de ser porque de entre todos este sí estudió en una de las mejores universidades del mundo y sabe lo que está pasando), dejando atrás las consignas de la ALBA cuyos estertores también serán parte de los comentarios.

Vaya panorama el de los abuelos del país sin renovación, Morales Ayma y Choquehuanca, anclados en un discurso que hace tiempo terminó y que es parte del anacronismo continental. No solo por protocolo se les acercarán los otros mandatarios, sino por la curiosidad de conocer a estos dinosaurios etnonacionalistas, sobrevivientes de la década del populismo autoritario que ya pasó. 

6 de septiembre de 2015

SOCIO ASOCIADO EN SOCIEDAD

El Parlamento de Puerto Rico tomo ayer una decisión que a mi me parece muy importante para la vida y la identidad de ese pueblo caribeño, restableció el castellano como primera lengua oficial de ese país, relegando a segundo lugar al ingles, que hasta ayer era el idioma jurídicamente más importante.

Y es que Puerto Rico es parte de nuestra comunidad hispano-hablante y no es hijo de la cultura, la tradición y el lenguaje anglosajón. Bien-retornados amigos y hermanos portorriqueños.


Esto me recordó un poema de Nicolás Guillén, cubano universal que piensa y escribe al ritmo del son, que lo he leído muchas veces, y lo he escuchado cantado por Ana Belén, Rosa León, Paco Ibañez:


CANCION PORTORIQUEÑA

¿Cómo estás, Puerto rico, 
tú de socio asociado en sociedad? 
al pie de cocoteros y guitarras, 
bajo la luna y junto al mar, 
¡qué suave honor andar del brazo, 
brazo con brazo del Tío Sam! 
¿En qué lengua me entiendes, 
en qué lengua por fin te podré hablar, 
si en yes, 
si en sí, 
si en bien, 
si en well, 
si en mal, 
si en bad, si en very bad? 

Juran los que te matan 
que eres feliz... ¿Será verdad? 
Arde tu frente pálida, 
la anemia en tu mirada logra un brillo fatal; 
masticas una jerigonza 
medio española, medio slang; 
de un empujón te hundieron en Corea, 
sin que supieras por quién ibas a pelear, 
si en yes, 
si en sí, 
si en bien, 
si en well, 
si en mal, 
si en bad, si en very bad? 

Ay, yo bien conozco a tu enemigo, 
el mismo que tenemos por acá, 
socio en la sangre y el azúcar, 
socio asociado en sociedad: 
United States and Puerto Rico 
es decir New York City with San Juan, 
Manhattan y Borinquen, soga y cuello, 
apenas nada más... 
No yes, 
no sí, 
no bien, 
no well, 
sí mal, 
sí bad, sí very bad!