ALTERNATIVAS

Mostrando entradas con la etiqueta estrategia electoral. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta estrategia electoral. Mostrar todas las entradas

30 de mayo de 2024

VISION DE PAIS

EL ESPÍRITU DE ESTA PROPUESTA

1. Lo importante es entender que VISÓN DE PAÍS no es un programa de acción electoral ni un Plan de Gobierno. VISIÓN DE PAÍS es una meta a alcanzar, es una imagen que prefigura el objetivo que una sociedad se propone lograr.

2. Hemos construido esta imagen, rescatando una narrativa que explica y justifica la existencia de un hogar común, para todas y todos los bolivianos. Durante dos décadas el etnonacionalismo masista ha intentado borrar de la memoria la construcción de la Bolivia contemporánea, reemplazándola con un mito prehispánico, como si durante siglos no hubiera acontecido nada.

Las y los bolivianos tenemos conciencia de nuestra identidad nacional, por encima de regiones, culturas o etnias, somos bolivianos y bolivianas. Vivimos bajo un techo común, donde hemos construido nuestra institucionalidad estatal y democrática, hemos diseñado nuestras autonomías regionales y hemos impulsado poderosos procesos de inclusión e integración social. Todo eso hace a nuestra identidad, esta es la Bolivia de hoy y debemos rescatarla para nuestra memoria.

El ESPÍRITU de esta VISIÓN DE PAÍS se sostiene en continuar construyendo una Bolivia donde nadie sea prescindible, sino al contrario, todos y todas seamos importantes y necesarios. Este texto se puede cambiar o mejorar, salvo con aquellos añadidos que expulsen o impidan la incorporación de cada quien, respetando siempre su personalidad, su identidad y sus intereses.

Esta es una VISIÓN DE PAÍS que nos contiene e integra a las y los bolivianos, sin excepciones.

29 de enero de 2019

¿QUÉ SE NOS VIENE AHORA?

Pasadas las internas y puesto en evidencia el MAS y su esqueleto antidemocrático, y convencido de que hay una candidatura que se ha favorecido de las circunstancias hasta alcanzar 2/5 de la preferencia electoral, asegurando una segunda vuelta y por lo tanto su victoria, cabe pensar en los planes que el gobierno tendrá que activar para garantizar su re-re-re-re, que es lo único que verdaderamente le interesa.

Cuando el pueblo y el voto le dijeron ¡NO! el 21F, los masistas se reunieron para decidir cuatro vías para burlar el mandato popular y la ley. Hoy estarán haciendo lo mismo, tienen que tener un plan, solo que este no puede hacerse público, porque raya en la actividad delincuencial.

1. Deben eliminar al candidato con posibilidades de derrotarlos. Por el momento se llama Carlos Mesa Gisbert y nada parece poner en peligro la tendencia que lo ha instalado en ese sitio, desde el que puede disputar con Morales Ayma el 80% de la totalidad de votos a emitirse en octubre (5% blancos y nulos, 15% para los demás candidatos). Eso quiere decir inhabilitarlo políticamente, aunque no faltarán psicópatas que piensen que la "revolución" masista está por encima de todo y se pongan a planear en solitario salidas más contundentes.

Frente a esto hay que cuidar al candidato; jurídica y físicamente. Es tiempo de organizar sistemas de seguridad personal, equipo de abogados, inteligencia y contrainteligencia de campaña. Es un tema técnico, en ambos casos.

2. Van a preparar un fraude electoral de dimensiones bochornosas. El sistema boliviano de recuento de votos es muy bueno, de los mejores en la región y no hay tiempo ya para que lo cambien; el concepto de preclusión en mesa permite controlar la limpieza electoral, con la única condición de tener un delegado en todas y cada una de las mesas, capacitado para controlar la votación, el recuento, firmar y recoger el acta correspondiente y llevarla al centro partidario de control; porque (es necesario aclarar) solo los partidos pueden hacer control electoral.



Frente a esto, hay que organizar una enorme movilización, organización y capacitación ciudadana para el control. Hay que listar cuarenta o cincuenta mil personas, mayores de edad en lo posible, entrenarlas y que se hagan cargo mesa por mesa y recinto por recinto. Toda otra acción es testimonial, porque con conteos rápidos paralelos o con fotografías de los resultados, se puede denunciar el fraude, pero no defender el voto; para ello es necesaria la "copia original" (así se llama) del acta emitida en la mesa de votación. Es el único documento válido para este fin.

¡Eso es lo que tenemos que organizar entre todos! Dentro y fuera de los partidos, sobre todo de los que se perfilan ganadores, que de este asunto saben poco y tienen nula experiencia. Bien haría Samuel Doría Medina en aportar con eso, porque de lejos, es el que más sabe.

El 21F, cuando Unidad Nacional y el Movimiento Demócrata y Social se pusieron de acuerdo, lograron cubrir apenas un 78% de las mesas, aunque fueron eficientes recogiendo y concentrando las actas en los Tribunales Electorales Departamentales, lo que ayudó al buen control. Se filtraron -dicen- un 4% o 5% de actas alteradas justamente en ese 22% de sitios no controlados.

3. Si el Gobierno pluri no puede inhabilitar a su(s) más peligroso(s) competidor(es), ni logra organizar un bochornoso fraude, tiene que hacer lo necesario para que se suspendan o se posterguen las elecciones; bajo cualquier disculpa, inventando incluso los motivos. Pero sabe que ese escenario venezolaniza el país y coloca al tirano en evidente ilegitimidad, incluso antes de cumplir con el mandato que le permite gobernar hasta el 22 de enero de 2020.

Frente a esta posibilidad, hay que alertar desde ahora y en detalle, a las fuerzas democráticas dentro y fuera del país. A los países hermanos, principalmente a los que se han mostrado dispuesto a bloquear la dictadura de Maduro, que mirarán Bolivia, porque tendrán despierta la sensibilidad sobre casos parecidos, aunque los países que los sufran carezcamos de la importancia estratégica que sintetiza Caracas.

Dentro del país hay que hacer lo mismo, en las iglesias, los cuarteles, los sindicatos y hasta el propio MAS, que ha mostrado un inusual descontento interno que no podemos dejar pasar. Lo mejor, desde luego, sería un "motín a bordo".

4. Finalmente, si no logran inhabilitar, organizar el fraude, ni suspender las elecciones, les queda "perder como en la guerra" y negarse a entregar el gobierno. Eso es Venezuela, eso es Nicaragua, y hay que estar atentos a cómo esos países y esos pueblos se deshacen de sus propios dictadores. Yo por el momento me voy a inscribir, a pesar de mis años, en una escuela de karate.

14 de marzo de 2018

NARRATIVA

LA NUEVA NARRATIVA POLÍTICA, que es el cimiento de toda propuesta que solo construye opinión pública si se instala en el imaginario social como parte del sentido común ciudadano, TIENE CUATRO CONDICIONES:

Debe ser NACIONAL, no sirven los relatos regionales ni locales; en ella se tiene que sentir cómodo lo mismo un potosino que un beniano, y así para todos.

Debe ser TRANSVERSAL, no sirve si hace referencia a la causa específica o a la afinidad del grupo que la promueve; debiera hilvanar causas tan disimiles como a los animalistas junto a quienes están interesados solamente por defender los resultados del 21F.

Debe tener RAÍCES, no sirve si aparece descolgada como expresión generacional nacida de la nada; una narrativa necesita héroes, próceres, grupos que defendieron los principios, gente que construyó o luchó por el poder estatal para lograrlo.

Debe INTEGRAR las demandas de los descontentos que suben con las de los descontentos que bajan. No se puede trabajar en democracia si no se integra a todos los descontentos, algunos estuvieron y se decepcionaron del poder vigente los últimos años, otros lo criticaron con firmeza, otros fueron indiferentes. Se los necesita a todos.

Y un acápite necesario: Los actores de las democracias contemporáneas no son ya los Partidos Políticos exclusivamente, porque no alcanzan a integrar en su seno las causas y reivindicaciones sociales, disimiles y hasta contradictorias, que se organizan en Plataformas Ciudadanas de diverso tipo. Sin embargo, al final del día, estas plataformas no pueden reemplazar a los partidos que son actores únicos en los procesos electorales nacionales. La NARRATIVA es un mecanismo para el acercamiento de unos y otros; sin ella la ciudadanía estará cada día más lejos de la política.

2 de febrero de 2018

PASO A PASO... CAMINANDO

La reciente encuesta de Página Siete aclara en mucho el panorama. Primero porque no figura Carlos Mesa cuyo nombre distorsiona los resultados si es verdad que no se va a presentar, y segundo, porque muestra que si bien la intención de voto para Morales Ayma baja, baja y baja, al otro lado no hay nadie que realmente suba, suba y suba. El 30% de Costas y Doria Medina (sumados) no es sino una distribución de quienes desde la oposición preferirían votar por Mesa y ahora se ven obligados a escoger por otro.

Entre que votarían por algún otro y el no sabe/no responde suman 34% y ganan la elección. Esto reafirma la percepción de un tercio azul, otro tercio opositor y otro tercio de indecisos, para redondear en bruto y trabajar en consecuencia. Yo sostengo que un 20% va a votar, sin importar quien sea, por aquel que demuestre que realmente puede enfrentar a Morales Ayma con un mínimo de posibilidades de éxito. El resto es a conquistar, estamos hablando de un 50% del electorado.

Hace tres años que vengo explicando a quien me quiera oír, la importancia de reconstruir un relato que rivalice con el desgastado discurso etnonacionalista del MAS, que ha mostrado vigencia hasta ahora, representando el sentir de los sectores más pobres y marginales de la sociedad boliviana.

Porque para ser alternativa se necesitan al menos cuatro cosas, a saber: a) Una organización política vigente jurídicamente, con los papeles en orden, y organizada territorialmente; b) Un liderazgo fuerte, a tiempo que carismático; c) La narrativa que explique lo que somos y señale futuro, y un programa de gobierno, sintético, fácil de comprender y actualizado; y d) suficiente dinero para encarar el desafío.

Ahora que las agrupaciones ciudadanas, las plataformas y los colectivos han tomado protagonismo y demostrado que al masismo decadente se lo puede frenar y vencer, aparece la necesidad del RELATO. Veo circulando en las redes no solo esa preocupación, sino intentos de estructurar semejante narrativa, pero hay tres problemas casi insuperables.

El primero es que ninguna agrupación, plataforma o colectivo ciudadanos tiene personería jurídica que los habilite a participar en las futuras elecciones; por lo que tendrán que enfrentarse, a la hora de armar candidaturas, con las cerradas expresiones de los partidos existentes, que si bien están dispuestos a hacer hasta lo imposible por contener nuevas adhesiones, difícilmente pueden mantener en su seno expresiones tan disimiles y cambiantes como las de los grupos ciudadanos, como lo han demostrado hasta ahora.

Segundo, porque la estructura orgánica de los partidos responde a la mentalidad analógica del centralismo democrático, que no da espacio a la organización ciudadana, que con mentalidad de una red distribuida, se autoconvoca por causas, afinidades e intereses. Cuanto más se fortalece la estructura sectorial de los partidos en desmedro de su organicidad territorial, menos democrático resulta su funcionamiento, y las cúpulas de siempre terminan dominando la estructura y no representando a nadie. Sabedores de ellos, o intuyéndolo, los ciudadanos se niegan a compartir el espacio de representación que han conquistado en las calles.

Y tercero, porque no hay relato alternativo posible si no está arraigado a la historia del país, en lo más profundo de sus raíces. Todo relato nacional tiene que explicar lo que estamos viviendo empezando desde la colonia, siguiendo por la República y aterrizando en la ensalada plurinacional. Los colectivos y las plataformas no tienen esa posibilidad, son entidades nuevas que, repito, se organizan alrededor de causas, afinidades y/o intereses muy concretos.


Cuatro son las cosas que hace un partido político para ser tal. Recoge las demandas de la población y las convierte a un programa de gobierno, y organiza la representación política de la sociedad en el espacio estatal para expresar y conseguir esos fines. Finalmente, OTORGA SENTIDO al conjunto del quehacer social, señala una meta, muestra una dirección, esboza un camino; hace lo que necesita y no tiene la oposición democrática, para pasar de pura oposición a ser una alternativa. Pero es condición para ello el gozar de credibilidad suficiente, sería difícil enlazar el colegio médico con una propuesta que incluya una nueva política de hidrocarburos, por ejemplo.

Esas cuatro cosas no pueden hacerse desde un grupo de vegetarianos, o la promoción de bachilleres de un colegio, o desde un sindicato. En el momento en que se quiere encarar este desafío desde un grupo o una asociación civil, esta se convierte necesariamente en un partido o agrupación política, pero al no tener personería y validez jurídica, el momento de los quéhubos se convierte en nada, como si no existiera.

Lo que toca hacer ahora es eso, pero desde un partido político. ¿Podrán las anquilosadas estructuras analógicas de los partidos entender esto y actuar en consecuencia? Hay que mirar. Hay que busca. Hay que intentar. No dudo que se puede lograr. Hay que prepararse para dar el salto.

1 de septiembre de 2017

ANULAR


Ha llegado el momento cumbre del show al que le han llamado la elección de magistrados. El cinismo se ha mostrado sin camuflaje alguno ante el pueblo boliviano, cuando después de la selección trucha y amañada de méritos y saberes, donde vale más ser dirigente del sindicato de heladeros que un probo profesional del derecho, han escogido a mano alzada y obedeciendo una lista redactada en Palacio de Gobierno y enviada a los asambleístas por Whatsapp, a los amigos, los parientes, los parientes de parientes, los masistas obsecuentes y a algun desconocido que se filtró por ahí seguramente... todos masistas del MAS.

Y ahora viene lo mejor. Van a convocar al pueblo a que decida con su voto cual es el sátrapa mayor. A ver, cada uno póngale al menos 1.000.- Bs al Feisbuc (Facebook en inglés), a ver si la gente se entera quienes son, porque nadie va a investigar por si solo, porque a nadie le interesa en demasía si la candidata en mi ciudad es sobrina del diputado que la garantizó ante el Jefazo, asegurándole que tendría su obediencia incondicional cuando se vaya a tratar lo de la re-re-re-relección, que es lo que verdaderamente importa en este caso.

Hay que hacerlos conocer primero, pero ¡oh destino cruel y aciago!... hacer campaña está prohibido; tiene que ser por lo bajo y para eso no les queda sino recurrir al partido que para esos menesteres está; que el aparato se encargue de decir quién es él o la mejor, que tiene una propuesta para la justicia, una reforma para que funcione en bien de la comunidad, y que es magnánimo(a), neutral, salomónico(a), entendido(a) en los temas que llevan a los ciudadanos frente a un tribunal, que sabe de la familia, de lo civil, de lo penal, lo laboral, sabe de todo... y que siempre ha sido justo(a), que se puede confiar; ¡no se puede pedir más!

Que vergüenza. Que bochorno. Esto es impresentable... van a electoralizar la justicia, nos van a prometer el oro y el moro para que votemos por ellos o ellas, van a conseguir dinero entre el propio y el ajeno para hacerse notar, a ver si les conocemos, nos convencen y nos animamos en diciembre a votar. Por segunda vez en nuestra historia, la justicia y sus sentencias estarán empeñadas a los padrinos políticos y financiadores, por adelantado.

9 de octubre de 2015

GUERRA DE GUERRILLAS

"La guerra de Guerrillas es una táctica militar de conflictos, consistente en ver sin ser visto, hostigando al enemigo en el propio terreno que se conocen muy bien, con destacamentos irregulares y dispersos que actúan mediante ataques rápidos y sorpresivos". Reza Wikipedia.

Ante la enorme maquinaria gubernamental y el dinero que va a mover la campaña por el SI en el referéndum, la respuesta debe ser una "Guerra de Guerrillas" desde la ciudadanía, por el NO. Así jamás será interceptado el diverso contingente ciudadano, disperso en las ciudades, oculto en el campo, organizado detrás de cada esquina, atrincherado en cada hogar.

Si eres funcionario público y estás obligado a asistir a las movilizaciones masistas, "haz de tripas corazón" y ve obediente, que en ello se va tu sueldo y tu trabajo; pero cuando llegue la noche, agarra una brocha y pinta libertad en las paredes: Pinta NO, en ello se nos va el desarrollo, la democracia, tu futuro y el de nuestros hijos.

Todos los días vamos a hacer acciones por el NO. Acciones propias, creativas, acciones en Red Distribuida, que no respondan a ningún mando sino a la propia iniciativa. Pintar paredes, colgar letreros, organizar pequeñas reuniones para explicar argumentos; explicar el NO (así como cada quien lo entienda, porque habrán muchos NOs) en el trabajo, con los compañeros de estudios, con los clientes y las caseras y caseros en los mercados, en los minibuses, allí donde nos toque estar todos los días...

Que sea lúdico. Que sea alegre. Que sea amable. Que esté lleno de vida. Que muestre que el NO es un arma cargada de futuro.

Y al finalizar el día, todas las noches, transmitir en red las experiencias individuales. ¡Esto es muy importante! Los unos aprendiendo de los otros, utilizando mecanismos y herramientas que hayan urdido otros en lugares diferentes.

En el día las herramientas son Twitter y Whatsapp para la acción. En la noche Facebook y un blog personal para la reflección. Así funciona. Así se ha trabajado en otras partes y con buenos resultados.

Manos a la obra.

29 de marzo de 2009

La matriz indígena

Me dice Guillermo Cuentas, viejo amigo, con quien me encuentro en el (Café) Berlín del Sur (en La Paz) y nos ponemos a conversar una buena media hora, café irlandés incluidos, que el aporte del MAS a la historia es haber incorporado la matriz étnica a la construcción de la política nacional. “Ha convertido la matriz étnica en una categoría política” —me dice— y es verdad; "a partir de la emergencia victoriosa del MAS los indígenas son y serán parte sustancial de nuestra historia, han llegado para quedarse". “Ya era hora” —le respondo—. Él está de acuerdo.

Ya era hora, porque ningún país puede institucionalizarse ni como Estado ni como nación, si una cuarta parte de su población permanece marginada del proceso. Hay que reconocer el aporte del MAS y explicar que si hubieran concentrado su ambición en hacer eso bien hecho, habrían formado parte de un continuum histórico que desde la Guerra del Chaco rematará en un Estado boliviano, seguramente plurimultiple en muchas cosas, pero republicano y democrático. Como el MAS cree que su razón de ser va más allá de la inclusión (que era la demanda original de sus bases), nos embarcó en un proceso que a la inversa, lo convertirá en una mancha abominable; algo así como un garabato fallido, un lapsus histórico, aunque esto sea ya especular demasiado.

El tema es la matriz indígena. El MAS, en tanto que racista y no movimiento ciudadano, quiere hacer de esa matriz la principal en el debate electoral. Quiere que nos concentremos en el valor indígena de los candidatos, a ver cual es más y mejor indio, para encabezar las formulas de la oposición. No está logrando malos resultados: Los cruceños embanderan a Sabina y a Victor Hugo, Joaquino se postula en Potosí, Alejo Vélez desde Cochabamba, cada uno proclama su ser indígena como principal cualidad.

¿Por qué le interesa al MAS que pongamos así las cosas? Porque ese es su terreno. Frente a cualquiera de los mencionados, el MAS puede movilizar digamos que veinte mil campesinos, si no más, que los señalen como los indios malos, como los traidores, porque desde la “matriz indígena” ellos ya han posicionado un indio bueno y les va a durar. Les pregunto a los futuros candidatos: ¿Si Evo Morales los enfrenta de esa manera, desde la “matriz indígena”, puede cualquiera de ellos contrarrestarlo con otros veinte mil, con cincuenta mil?

Se trata de instalar las candidaturas fuera de la matriz indígena, sin desconocer su importancia y su peso relativo, pero quien encabece las opciones de la oposición, así sea descendiente directo de Mama Ojllo y Manco Kapac, debe situarse en la matriz democrática, que es la categoría de la oposición. Desde allí podemos movilizar siete o nueve ciudades que le reclamen la libertad y la democracia a Evo Morales y le digan “autoritario” y “dictador”.

Sin negar la validez y la importancia de las otras matrices que sustentan el proceso político boliviano (la étnica, la regional, la de clase), es la más política de todas, la democrática, la de los derechos humanos y civiles, la que nos corresponde embanderar; si no, estaremos en desventaja y no podremos construir una propuesta alternativa al etnonacionalismo que nos malgobierna.